Conflictos II

[Bertha Rebeca Linker Zinguer]

Conflictos II

Por: Bertha Linker

 

Hace poco termine de leer el libro "Aprender a escribir", de Alicia Steinberg. En el libro, la autora recomienda a sus estudiantes que hagan con sus ideas y experiencias cotidianas, lo mismo que hacia su abuela con los retazos de tela, los iba acumulando en una bolsa y cada vez que necesitaba remendar algo buscaba el retazo que mejor combinara con la pieza que arreglaba.

 

En general, el conocimiento que adquirimos lo debemos ir guardando en esa bolsa, pero, colocarlo allí en stand by, esperando recibir nuevos conceptos,  que amalgamaremos con los archivados y así generaremos las nuevas y lo mas importante, nuestras propias ideas.

 

En la actualidad, el área en el que estoy concentrando mi formación, es en la escritura, sin embargo mis conocimientos profesionales son en economía.  Un tema central  en el taller de escritura creativa, donde participo, es la forma y el tipo de conflicto que dará vida a nuestros relatos, por tanto, la profesora, Andrea Bauab, se esmera inculcándonos diversas técnicas, tanto para pensar los conflictos, como la forma de  presentarlos al lector.

 

En la última clase, Andrea nos enseñó que una fuente para generar conflictos, es tener que elegir entre dos opciones que son igualmente de buenas, lo contrario, elegir entre una opción muy buena, y una que lo es menos, no genera conflicto. La naturaleza humana siempre prefiere lo que es "mas y mejor". El ejemplo particular que dió, fue de una chica que tiene que elegir entre dos pretendientes, ambos con excelentes cualidades.

 

Esta teoría la había escuchado antes, pero en las clases de economía. Esa es la base de la Teoría del Consumo: el individuo satisface sus necesidades consumiendo, este consumo le genera satisfacción y la medida de la satisfacción se denomina utilidad. Dado que los fines son múltiples y los recursos escasos, el individuo tiene que elegir entre dos bienes que le reporten el mismo nivel de utilidad. Por ejemplo, un niño tiene mucha sed y su presupuesto es de un dólar, tiene que decidir entre comprarse una gaseosa de un litro o dos naranjas, sabiendo que ambas opciones le

calmarán la sed. Podría también renunciar a una naranja y comprarse medio litro de gaseosa, pero no puede comprarse el litro completo y las dos naranjas, porque recordemos que solo tiene un dólar y no le alcanza para ambas cosas. Es decir, tiene una restricción presupuestaria.

 

En  la literatura el conflicto no lo trae las dos opciones, sino precisamente la restricción presupuestaria. En el ejemplo de Andrea viene expresada en forma de monogamia. Si no somos monógamos o files a nuestra pareja, no habría ningún conflicto, seriamos muy felices saliendo con dos chicos guapísimos, inteligentes y millonarios.  El término presupuestario, quedará pues remplazado por osadía, libertad, moral, principios, valores…