La libélula, luciendo sus alas de cristal, todos los días se paseaba por el valle, buscando la flor más bella para descansar.
Un mañana infeliz, con sus ojos tornasolados vio una flor que parecía ser sol y, decidió dormir sobre ella envuelta con los rayos solares.
Gritaron las flores: ¡Libélula, libélula despierta! Ahí vienen los niños que matan a las aves y a los sapos. Son los mismos niños que atrapan mariposas y libélulas para jugar.
¿Creen qué podrán atraparme? Preguntó la inocente libélula.
El girasol exclamó: ¡Libélula! no preguntes. Vuela lo más alto que puedas.
En el acto cercó una malla a la libélula. ¡Ay! La libélula quedó prisionera.
Los girasoles clamaron libertad, las aves trinaron, las abejas zumbaron pidiendo libertad.
A los niños no les importó. Felices y sonrientes se sentaron a un costado del camino y a la libélula con hilo delgado le ataron del tórax.
La libélula, en su afán de escapar voló espantada. Los niños decían: ¡Miren mi avión! Avión con alas de cristal jajaja.
La pobre libélula volaba sin libertad. Haciendo un gran esfuerzo rompió el hilo y, se vio libre. Se fue volando arrastrando el pedazo de hilo, ante la mirada atónita de los niños.
La libélula unos días después retornó al lugar donde fue atrapada. Grande fue la sorpresa cuando encontró cortado y pisoteado a los girasoles. Llorando llamó a las aves y les dijo:
¡Miren! los girasoles están muertos. Nunca más florecerán.
Las aves respondieron: Nosotros vamos a salvar. Recogeremos las semillas para esparcirlas por todas partes de la tierra.
La libélula buscó un refugio, ahí se puso a descansar.
¡Miren! ahí vienen otra vez esos niños. Alertó una abeja.
Las abejas salieron indignadas y dijeron en coro: ¡Hoy aprenderán estos niños a respetar la vida de las aves y los insectos.
Cuando los pequeños iban a atrapar a la libélula, las abejas salieron enfurecidas de su escondite y clavaron sus lancetas en la cara, en las manos, en las cejas, en las orejas y en la frente.
Los niños se fueron sollozando y horrorizados.
Pasó el tiempo, aquel lugar donde ocurrieron los sucesos, florecen hermosos girasoles y sobre sus pétalos de oro duermen muchas libélulas, revolotean orgullosas mariposas luciendo sus alas.
Zumban las abejas, cuelgan sus nidos vivaces picaflores, surcan el cielo blancas gaviotas, trinan diminutos jilgueros, chirrían los grillos violinistas y croan sapos saltarines
Uno de los niños de esa vez, hoy es ingeniero ambientalistas, enseñan a niños, a las niñas y a la ciudadanía en general a cuidar el medio ambiente y a disfrutar de la belleza de la naturaleza.
Moraleja: Los insectos no son juguetes.
Comentario
Exacto los insectos no son juguetes, gracias por compartir tan excelente texto.
Saludos
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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