El búho, cansado de filosofar todo el día, salió de su claustro, al ver que la noche estaba totalmente iluminada. Admiró la hermosura de la luna llena, entonces, voló hacia ella para darle un beso, más no pudo. Se conformó con mirarla casi de cerca.
El búho, desalentado con cierta suavidad movió sus alas y, se dejó llevar por el viento, hasta caer a la orilla del río. Se dispuso a beber agua, grande fue su sorpresa, al verla a la luna ahí, abajo. Entró al agua para darle un beso. Se desengañó, al darse cuenta, que solo era una imagen.
El búho, decepcionado se puso a beber y a saborear el agua del río. En un santiamén el agua cambió de color y olor.
¿Quién es, aquel que ensució el agua? Acaso no piensa que hade beber el también. – Vociferó el búho.
¿Quién crees que eres tú, para llamarme la atención? – Respondió el hombre.
Entonces el búho dijo: ¡Tukuu[1], tukuu!
El hombre se paralizó, creyó que era la voz de un espíritu. Susurró una oración. Luego monologó en voz alta. ¡Búho! ¡Búho malagüero! estas trayendo la muerte. ¡Vete de aquí!
Se oía, el triste murmullo del agua, que iba haciendo remolinos para tragar la basura.
El hombre, continúo echando basura. Alentándose a sí mismo. Yo no creo en fantasmas, ni en condenados, mucho menos en almas. Aquí no hay condenados, ni diablos.
El búho, no soportó la acción insólita. Golpeó bruscamente sus alas y nuevamente ululú con toda su fuerza. Rompió el silencio de la noche, el eco, avivó su voz, los perros aullaron, las aves acurrucaron a sus pichones, los gatos cimarrones maullaron con voz estremecedora.
La hermosa noche plateada se transformó en noche de terror.
El hombre empezó a correr, tropezó con una piedra, se cayó. De miedo se orinó en los pantalones.
¡Búh…oo!, sé que tú eres el que llevas la muerte. ¡Perdóname…! Nunca más vendré a echar basura al río.
El hombre temblando se puso de pie, otra vez se cayó al dar un paso. Haciendo un esfuerzo se acercó al río, estiró el brazo, sacó agua con la mano, bebió un sorbo, en el acto le causó asco porque él, sabía la inmundicia que echó al agua.
MORALEJA: No ensuciemos el agua porque vamos a necesitar.
Comentario
Excelente con un mensaje claro... Felicidades y un gusto leerte.
Robert
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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