"Mientras tu hablabas sobre el ahorro de la energía eléctrica y del agua
mis ojos derramaban lagrimas
desde mi ultimo asiento donde te miraba.
Apenas supe que en tu escuela iba a presentarse la Brigada Bicentenaria
salí corriendo para verte y escuchar tus palabras.
Me oculte para que no me miraras
y así poder escuchar tu charla;
no quería ser advertido por ti
para no perturbar tus ideas claras.
Estabas sonriente con una felicidad que se reflejaba en tu cara.
Vestías un jin con una chemis azul que combinabas,
y en la solapa tu nombre bordado y el de tu escuela mostrabas
En tu mano izquierda una pulsera de piedras azules calzabas.
Que sonrisa tan bella mi reina, como aquellas que tantas veces me regalabas.
Lastima que no pude salir de mi escondrijo
para felicitarte con muchas ganas
porque de ti en ese momento me ocultaba,
pues no se me ha olvidado
que conmigo tu estas enojada
Y me conforme con mirarte desde un rinconcito de la sala.
Y al terminar la charla salí corriendo y me pose en la barranca
cerca de por medio y una valla, que dice "Escuela Peña de Mota Altagracia"
y allí seguí ocultándome para que no me miraras;
pero yo si te miraba cuando un fotógrafo una foto te tomaba
junto a tus compañeras de charla.
¡Que hermosa sonrisa se dibujaba en tu cara,
la misma que hace siete años me enamoraba!
Y ya con la garganta estrangulada corrí mas
hasta llegar al Guatopo y soltar mis gritos sin esperanza,
porque aun amándote hay kilómetros de distancia que nos separa;
pero no es la tierra que nos aparta sino los dolares del alma.
Imagino que mucho me reprochas y por mi sientes tanta rabia
pero no se te olvide:
que te ame, te amo y te amare hasta el final de mi alborada."
De Ignacio del Castillo Perez. Un gran saludo mi querida Altagracia de Orituco, donde este poeta que te habla amo a la mas bella mujer y sembró una esperanza.
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