GENERAL MANUEL BELGRANO (ENTRONACION EN EL EJERCITO ARGENTINO)
Alicia Carbone de Gómez instala su espíritu creador en cada escultura que empasta con profundidad. El asombroso desgarro con que compone los materiales que luego utilizará en su obra, la convierte en un signo de energía renovadora que devendrá en un objeto que marca, artísticamente, un decidido cambio. Así, vemos hoy este Belgrano esculpido de manera incomparable. Su prestancia, sus charreteras abultadas, los perfectos bordados de la chaqueta. Ellos sintieron el dolor de la gubia y absorbieron el sudor de los dedos (como lágrimas surgida del trabajo) y los restos de piel de la autora. Ellos se aunaron a la obra y permanecieron. Usando el hacha y la azuela Alicia había desbastado primero la curiosa mezcla de metales junto a piedra, madera, bronce, hierro y un sinfín de materia prima con que construyó su modelo. Esculpir, quitar las partículas al bloque ya desbastado la aproximó a la figura, pero necesitó moldear, añadir, quitar masa, vaciar, cincelar para sus bajos relieves, repujar a fuerza de martillo, y finalmente retocar la figura obtenida.
Hay un tema que no podemos obviar: ella siente por Manuel Belgrano, la más profunda de las admiraciones. Lo ve Padre de la Patria. Abogado devenido general por amor a esa Patria. Hombre desprendido de los valores materiales tras una idea superior. Lo ve despojado de ambición personal e imbuido de la única ambición posible para un héroe: la libertad de su Patria, a la que soñó fuerte, pujante, triunfadora.
Había nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. El joven Belgrano estudió en el Colegio de San Carlos y luego en las Universidades de Salamanca y Valladolid (España). En 1793 Belgrano se recibió de abogado y ese mismo año, ya en Buenos Aires, fue designado a los 23 años como primer secretario del Consulado. Desde allí se propuso fomentar la educación y capacitar a la gente para que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Creó escuelas de Dibujo, de Matemáticas y Náutica. En 1806 durante las invasiones inglesas, se incorporó a las milicias criollas para defender la ciudad. A partir de entonces, compartió su pasión por la política y la economía con una carrera militar que no lo entusiasmaba demasiado. Pensaba que podía ser más útil aplicando sus amplios conocimientos económicos y políticos. Cumplió un rol protagónico en la Revolución de Mayo y fue nombrado vocal. Se le encomendó la expedición al Paraguay. En su transcurso creó la bandera en Rosario, a orillas del Río Paraná, el 27 de febrero de 1812. En el Norte encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán y Salta. Luego devienen las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y su retiro del Ejército del Norte, el que heredó San Martín. En 1816 participó activamente en el Congreso de Tucumán.
Como premio por los triunfos de Tucumán y Salta, la Asamblea del Año XIII le otorgó a Belgrano 40.000 pesos oro. Don Manuel lo destinará a la construcción de cuatro escuelas públicas ubicadas en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero. Belgrano redactó además un moderno reglamento para estas escuelas que decía, por ejemplo, en su artículo primero que el maestro de escuela debe ser bien remunerado por ser su tarea de las más importantes de las que se puedan ejercer. Pero lamentablemente, el dinero donado por Belgrano fue destinado por el Triunvirato y los gobiernos sucesivos a otras cosas y las escuelas nunca se construyeron. Murió en la pobreza total el 20 de junio de 1820 en una Buenos Aires asolada por la guerra civil que llegó a tener ese día tres gobernadores distintos. Sólo un diario, El Despertador Teofilantrópico se ocupó de la muerte de Belgrano. Para los demás no fue noticia.
A ese Belgrano perpetúa Alicia. Debemos decir que una réplica de esta escultura que se entroniza hoy en este especial lugar del Ejército Argentino, y luego viajará a Pehué, provincia de Buenos Aires, para quedarse en el 3º Cuerpo del Ejército Argentino, General Belgrano, permanece en la Universidad de Salamanca, España, donde Belgrano estudió y donde la autora, junto a las autoridades de la Academia Nacional Belgraniana, presidida por el profesor Jorge Gulló y Paternó, la acompañaron. Digo con orgullo que yo también fui de la partida y que las autoridades de esa emblemática Casa de Estudios valoraron mucho este obsequio de la entidad y la autora. Allí está hoy presidiendo el Patio del Instituto Latinoamericano y de Portugal de la Universidad de Salamanca y su hermana melliza está aquí en pleno corazón de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires, cuna del prócer.
Pero volvamos a Alicia. Ella no escapa a la frecuencia del artista argentino que admite todos los temas, todas las tendencias, las asimila y reelabora. Ella viene de un pasado de esculturas variadas: hizo un San Martín maravilloso que descansa en el lobby del Círculo Militar, en la Escuela República del Paraguay y otro, no menos importante que está en el Congreso Nacional. Esculpió “Stella Maris” y la Virgen de Filermo que se repite en una versión más grande en la Embajada de los Hospitalarios Caballeros de la Soberana y Militar Orden de Malta y en la Catedral Castrense. En Parque Norte se lucen María y José padres de Jesús, el Nazareno, se lucen en la Parroquia Santa Elena, esta santa y San Lucas. Santa Elena también está en el Instituto de Ceremonial Jorge Blanco Villalba. Hay otras obras que surgen de la cotidianeidad: “De la noche a la mañana”, “Los bucles de Hortensia”, “Pudorosa”, “Eternidad” para nombrar algunas. En todas se instala su espíritu inquieto que también frecuenta la poesía, la plástica en varios de sus aspectos y la interpretación del verso, disciplina en la que fue iniciada por la memorable maestra Lilia Roberti. ¿Cómo calificamos a Alicia Carbone de Gómez y su arte? ¿Es una afirmación del clasicismo? ¿Un desleimiento de los espacios que encierran diversas tendencias, diversas culturas? Es una gran valentía. Es una universalidad, un grito de libertad. Y es desde allí donde surge la sutileza de su mensaje: la espiritualidad.
Muchas gracias.
Vilma Lilia Osella
Embajadora de la Paz
Presidente Honoraria de la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE)
Integrante del Consejo Directivo de Gente de Letras.
Periodista – Escritora.
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Comentario
Hermosa forma de recordar a Belgrano,uno de nuestros héroes Patrios!!
Un placer leerte Vilma.
Cariños de Inesita
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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