Inhalantes: Las drogas caseras.

[Vilma Lilia Osella]

Inhalantes: Las drogas caseras.

 

El licenciado Eduardo Lavorato es un referente en el tema de las adicciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ha escrito un libro que va por su segunda edición “Marginalidad, Delincuencia y Adicciones ¿Suicidio Social?”. Y lo ha hecho desde un profundo compromiso existencial. Se formó en la Universidad Argentina John Kennedy, afiató sus conocimientos en la Asociación Psicoanalítica Argentina, el Hospital Thomson, la Fundación Umbral y la misma universidad Kennedy, realizando diversos estudios de post grado. La docencia lo incluyó en aquella casa de estudios y la Universidad del Salvador (USAL). Formó equipos de operadores psicoterapéuticos. Fue director de varias comunidades cerradas para la rehabilitación de drogodependientes. Hoy desempeña sus funciones en la entidad judía  Jabad Luvabich Internation, Programa Iealedinu. Tiene experiencia institucional con púberes y adolescente en Situaciones de Riesgo.

 

Inhalantes: Las drogas caseras.

El hábito de consumo  de inhalantes en niños y en púberes vislumbra un problema aún mayor que la toxicidad que estas sustancias generan. Estos hábitos, a la vista de todos, en toda hora y en cualquier lugar, expresan una problemática social, que muestran los escasos recursos que aún contamos, para poder contener y propiciar, en esta franja de población, expectativas de vida diferentes, que logren disuadirlos de esta elección de drogarse y ayudarlos a cambiar su realidad.  ¿Cuándo y por qué se da su consumo?

Su consumo incipiente comienza generalmente en púberes de 12 y 16 años. Y en menor medida entre los 18 y 25. Se trata de sustancias de uso doméstico y de venta libre. Son sustancias “que se encuentran a mano”. No suelen presentar mayores obstáculos para conseguirla. Para muchos de los adolescentes, los inhalantes son sus drogas de inicio.  En la medida que van descubriendo diversas vías de obtener dinero,  Continúan luego con el consumo de sustancias que requieran de un mayor poder adquisitivo como por ejemplo la marihuana, el paco, etc.

¿Cuándo hablamos de “estos inhalantes” de qué estamos hablando?

De pegamentos, gas, el “liquido de los encendedores”, pinturas, naftas, aerosoles, quitamanchas, desodorantes para pisos y otras sustancias parecidas. Están dentro del rango de aquellas de uso casero, cuya finalidad  de fabricación es totalmente ajena al consumo tóxico.

¿Estas sustancias generan adicción?

Su dependencia es psicológica y las sustancias en sí no generan adicción, pero sí un alto nivel de toxicidad. Su ingestión, suele ser tan dañina que va desde secuelas irreversibles en el organismo hasta la propia muerte. Estos productos contienen una gran variedad de sustancias químicas, que por su fuerte concentración de toxinas afectan sensiblemente el organismo. Entre estas sustancias están: el  butano (gas para los encendedores, desodorantes ambientales); los hidrocarburos clorados (químicos para el lavado en seco, líquidos de corrección); el tolueno que se encuentra en las pinturas pulverizadas, el cemento de contacto, la gasolina; el óxido nitroso

 (dispensadores de crema batida en aerosol, cilindros de gas); el hexano

(pegamentos, gasolina); el benceno (gasolina) y el Cloruro de metileno

(removedores de barnices, diluyentes de pintura).

 

¿Qué efectos provocan estas sustancias en el organismo?

 Efectos psicoactivos; esto es la estimulación que recibe el cerebro modificando su funcionamiento habitual. Estos efectos generan distorsiones en la sensopercepción, produciendo una distorsión del criterio de realidad para poder vincularse con ella adecuadamente. En el caso de los inhalantes, sus efectos son parecidos a los del alcohol, son sustancias desihinibitorias y producen excitación. En altas dosis; se incluyen dificultad para hablar, euforia, mareo y falta de coordinación.

¿Qué provoca su consumo sostenido en la vida de estos jóvenes?

Puede desencadenar alucinaciones y delirio. Temores, trastornos de pánico y ansiedad generalizada. Ilusiones, alucinaciones auditivas y visuales, percepción distorsionada del tamaño corporal y hasta podría ocasionar confusión mental y cuadros psicóticos con ideación persecutoria.

¿Ocasiona también trastornos orgánicos?

En la medida que en el organismo se registran altas concentraciones de tóxicos por el consumo de estas sustancias, se generan diversos síntomas según el químico que se inhale, se observa entre otros: trastornos auditivos, en el que pueden sentirse aturdimiento, mareos, dolor de cabeza persistente, vómitos, somnolencia, embotamiento. Ceguera. Lesiones irreversibles en los músculos. Convulsiones. Daño permanente del hígado, riñón y pulmones. En cuanto al deterioro de las terminaciones nerviosas, el uso a largo plazo de inhalantes puede descomponer la mielina, el tejido graso que forma la envoltura protectora de algunas fibras nerviosas. Y como se presentan espasmos musculares y temblores,  puede haber dificultad permanente para realizar actividades básicas como caminar, agacharse y hablar.

¿Esta situación genera secuelas para el posterior desarrollo de vida?

Las lesiones en el cerebro provocan daños irreversibles en el aprendizaje, debido a los daños que impactan en la memoria y el rendimiento intelectual. Su consumo sostenido hasta podría desencadenar en demencia definitiva. Pero lo que vemos más frecuentemente en la clínica es la incapacidad de utilizar en su plenitud las funciones psíquicas (atención, memoria, etc.) y esto disminuye la capacidad de aprender y hasta de sostener conversaciones sencillas, incidiendo en la precaria mediación reflexiva del comportamiento y propiciando conductas impulsivas y agresivas. Son todos factores que predisponen a comportamientos antisociales. Si estos hábitos de toxicidad no son tratados mediante tratamientos especializados, terminan comprometiendo el ulterior desarrollo de los recursos y las habilidades sociales para adecuarse a la sociedad y propiciar su desarrollo.

¿Hay riesgo de muerte en la ingestión de estas sustancias?

Al desplazar el aire de los pulmones, los inhalantes le quitan oxígeno al organismo, lo que se conoce como hipoxia. La hipoxia puede lesionar las células corporales, y las células del cerebro son especialmente vulnerables. La aspiración de cantidades altamente concentradas de las sustancias químicas que se encuentran en los disolventes o aerosoles puede provocar insuficiencia cardiaca y muerte a los pocos minutos de una sesión de inhalación. Este síndrome, es conocido como “muerte súbita por inhalación”. También puede producir la muerte por coma respiratorio, aspiración del vómito con asfixia, y pueden provocarse diversos accidentes como consecuencia de la disminución de la conciencia.

¿Podría explicar los efectos dañinos de cada sustancia tóxica que se inhala?

En la nafta y combustibles: daño a la médula ósea.

En las pinturas en aerosol, líquidos de lavado en seco, pegamentos, removedores de cera, y líquidos de corrección: pérdida de la audición.

En los pegamentos, gas de garrafas, gasolina, dispensadores de crema batida en aerosol: neuropatías periféricas que se pueden manifestar como espasmos en las extremidades.

En las pinturas en aerosol, pegamentos y removedores de cera: Daño al sistema nervioso central, incluyendo al cerebro.

 

 

Cuidar a nuestros jóvenes es un deber de todo adulto, cualquiera sea su condición social o económica. Los intelectuales, quienes usamos la pluma

diariamente para transmitir cultura, no debemos estar ausentes en estos temas que afectan a la sociedad toda. Es conociendo las cosas que la cotidianeidad nos presenta como podemos combatir, paso a paso, el serio

problema de las adicciones, la violencia, y los diversos riesgos que hoy afectan, en todo el mundo, a la sociedad.

 

Vilma Lilia Osella

Ciudad Autónoma de Buenos Aires 

[Vilma Lilia Osella]

Gracias Elias por receptar la intención del reportaje.

Vilma Lilia

[Elias Antonio Almada]

Muy buen trabajo, gracias por compartirnos, es muy importante ilustrarnos sobre este tema, lo destaco por el compromiso social del mismo