JUEGOS DE ÁNGELES

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Vicente Antonio Vásquez Bonilla

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            Como ustedes saben, los ángeles son mensajeros de Dios, son seres de luz y aunque son eternos, suelen pasar por etapas de desarrollo y aprendizaje. Se puede decir que, al igual que los humanos, van adquiriendo experiencia conforme pasa el tiempo, antes de llegar a ser doctos en el papel que les toca desempeñar en el reino celestial.

 

            Así, una tarde, encontramos a los ángeles: Rafael, Gabriel y Miguel con la apariencia de niños, retozando por las praderas azules del firmamento; juegan sin preocuparse de la presencia de los serafines, querubines, tronos y demás miembros de las huestes celestiales, quienes, al igual que los adultos de nuestro mundo, esbozan una sonrisa y los ven con simpatía, tal como nosotros vemos a los niños en sus juegos infantiles.

 

            Rafael vestido con una bata blanca e imitando el sonido de una sirena, se desplaza entre estratos, nimbos y cúmulos, como quien recorre calles y avenidas de una gran ciudad, hasta llegar a donde está Gabriel, quien simula estar fracturado de un ala y con la ayuda de Miguel, con presteza recogen al supuesto accidentado. Lo suben a la imaginaria ambulancia que, con la sirena aullando a todo volumen, sortea callejones y bulevares que están en su infantil imaginación, así como, al denso transito formado por águilas-autobús y algunos zopilotes-automóvil  que despistados vuelan por esos rumbos,  lo llevan al virtual hospital, en donde Rafael, el doctor, procede a curarlo con diligencia. Él está presto, según dice con aire doctoral, a sanar a los enfermos, a curar a los heridos y a dar consuelo al que sufre. El juego se repite una y otra vez, inventando dolencias e intercambiando papeles de paciente y enfermero entre Miguel y Gabriel.

 

            Al otro día, de duración indeterminada, ya que por esos lares celestiales el tiempo se mide de otra manera, Gabriel con un morral al hombro juega a ser mensajero, les lleva cartas, telegramas o recados verbales, a sus dos amigos de juegos, con noticias de diferente índole. Casi todas las comunicaciones son portadoras de buenas noticias, las que inflaman de alegría a los destinatarios.

 

            Mas adelante, le toca el turno protagónico a Miguel, quién con un palo de escoba en la mano, a guisa de lanza, con sus dos amigos celestiales a la vera, comanda a un ejercito imaginario de ángeles para luchar contra el mal y desterrarlo del universo, y en particular, del planeta de los hombres, que tanto lo necesitan.

 

            Son juegos de niños, como los juegos de nosotros, que nos van llenando de ilusiones y nos preparan para el futuro. Aunque justo es decir, que los humanos cambiamos constantemente de personajes. Un día somos y deseamos ser para el futuro payasos; al otro, bomberos; luego, cantantes y así, hasta que la imaginación o los estímulos externos nos marquen el alto. Sin embargo entre juego y juego, algo queda y es posible que algún día seamos uno de los protagonistas de los personajes de nuestra infancia. Sólo el tiempo lo dirá.

 

            Así jugaban estos infantiles ángeles, sin imaginar que en el futuro llegarían a ser los interpretes de sus  sueños, con el grado de  arcángeles.

 

            Miguel, con intrepidez, llegó a luchar contra Satanás. 

           

            El ángel caído y rey de las tinieblas, muy ufano, se presentó  ante él y al grito de “¿Quién como yo?”, se le enfrentó con fingido coraje, pero el Arcángel de la luz y guardián de la nación hebrea, le contestó: “¿Quién como Dios?” y con rapidez y autentica valentía lo derrotó. Por tal proeza se ganó el titulo de comandante de las huestes celestiales y representante de la justicia.

           

            Su arrojo lo llevará en un tiempo no lejano a restablecer la paz y desterrar el mal que impera sobre la Tierra.

 

            Rafael, otro futuro Arcángel, gracias a sus ilusiones llegó a ser el protector de los enfermos, consolador de sus aflicciones y dolores. Es reconocido como el ángel de la sanación y de ribete el patrono de los escritores.

 

            ¿Y que pasó con Gabriel, nuestro cartero?

 

            Como era de esperarse, ejerció como mensajero y le tocó jugar un papel importante en la historia religiosa de la humanidad. Fue el Arcángel que le anunció a María su inmaculada concepción. En la actualidad, las mujeres que desean ser madres, lo invocan para que las ayude en su pretensión y además, colabora a sembrar paz en los hogares y a reunir a las personas distanciadas. FIN

 

            Como pueden ver, nuestros juegos infantiles son importantes y forman parte de nuestro desarrollo, por eso conviene que escojamos bien los papeles que vamos a representar porque alguno de ellos puede concretarse en nuestro futuro.

               Michel Eyquem de la Montaigne (1533-1592). Ensayista francés: Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades.

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[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Norma Cecilia linda: Gracias por sacar este cuento del limbo y por tu agradable comentario. Besos, Chente.

[Norma Cecilia Acosta Manzanares]

excelente relato amigo me encanto leerte.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Federico: Gracias por tus cenceptos, bellamente ilustrados. Abrazos, Chente.

[Federico Landaeta]

UNA VERDADERA DELICIA DE LECTURA, AMIGO CHENTE

AMENO CUENTO, FACIL DE COMPRENDER, EXCELENTEMENTE REDACTADO

f    e    l    i    c    i    t    a    c    i    o    n    e    s

 

Bendiciones incesantes

 

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Pedro: Gracias por tu lectura y tus amables palabras. Abrazos, Chente.

[Pedro Eugenio Betancourt Torres.]

Interesante ,escueta ,narración,que muestra con lenguaje sencillo y diáfano,la necesidad de creer y actuar,correctamente, para salvar primeramente la,vida  la paz,el amor y la hermandad...si cada uno de nosotros se lo propusiera ,con fé absoluta, podríamos llegar a ser Angeles del DIOS UNIVERSO...NIÑOS JUGANDO SIN MALDAD NI TEMORES...Me gustó Juego de Angeles...Seguimos en contacto...

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Cástor: Gracias por tu visita y bello comentario. Abrazos, Chente.

[Cástor Agustín Olivier Olivier]

BELLO RELATO CON BELLAS PINCELADAS INFANTILES.

HERMOSO, EXCELENTE AMIGO VICENTE.