Los países como las personas, son más polémicos unos que otros. Para bien o mal, el mío es uno de los más controversiales del continente, quizá del mundo.
Con más frecuencia de lo se imagina, me veo emplazado a responder preguntas fundadas en el desconocimiento, el mito o la astucia política. ¿Y es verdad que en Cuba…? ¿Es verdad que los cubanos…?. Las respuestas, como la realidad, dependen del cristal con que se les mire. Hoy, en las páginas de Mi Gente, divulgamos un artículo publicado por un visitante a Cuba, que por ser extranjero, carece del perjuicio que el nativo pudiera aportar. Es una crónica desgarradora que quizá ponga en perspectiva para muchos de nuestros hermanos latinoamericanos, la realidad de un
país gobernado por más de cincuenta años por una dictadura comunista.
Quizás luego de leer estos artículos, puedan entender el porqué una familia entera prefi ere morir devorada por los tiburones en el estrecho de la fl orida, antes de seguir viviendo en un país donde la desesperanza es el único atisbo de futuro.
Quizás también, puedan entender la razón por la que un hombre prefi ere morir de hambre y sed, antes de seguir permitiendo que sus derechos elementales le sean pisoteados.
Espero que luego de leer éste artículo, puedan arribar a sus propias conclusiones.
(Publicado en el 2007 por el Dr. Rodrigo Siman Siri en el periódico salvadoreño “El diario de Hoy”)
Hablar de Cuba es hablar de un paraíso donde la belleza natural se entremezcla con el sueño de todo un pueblo bueno y trabajador. Estoy sentado en el balcón de un hotel de La Habana, viendo uno de los atardeceres más alucinantes que jamás haya imaginado, con una mezcla de sentimientos tan fuertes como el olor de los puros cubanos.
Pensé que escribir unas líneas sobre Cuba iba ser de lo más sencillo después de estar aquí por una semana, pero es difícil ser objetivo cuando las ideas se nublan y los ojos se humedecen constantemente con la cantidad de sensaciones vividas en estos días. Fui invitado por las autoridades de salud de este bello país con motivo de un congreso médico, perfectamente organizado por los galenos cubanos. En el congreso tuve la oportunidad de ver al legendario Fidel Castro, que no es más que los restos de lo que ha de haber sido un fornido guerrillero.
Llegó fuertemente custodiado en su caravana de tres Mercedes Benz negros, exactamente iguales a los que utilizó el general Pinochet y también Idi Amin, dictador del África. Casualidades de la vida, pensé. Vimos a un anciano vestido de verde olivo hablar confusamente en el foro por más de una hora sobre mil cosas, palabras sueltas sin mensaje alguno, desde la guerra en Irak hasta los mosquitos que causan el dengue.
Como médico llegué a Cuba sabiendo que si bien aquí no habría libertades, el sistema de salud era uno de los mejores del mundo, pues así lo refl ejan sus indicadores de salud e indicadores sociales, y nos lo repiten constantemente los dirigentes del FMLN. No sé qué parámetros utilizan los políticos en Cuba, pero ayer un niño que parecía de siete años me contó que acababa de cumplir 15 años, y en sus pellejos traslucía una desnutrición severa y crónica. Pedimos visitar un hospital y se nos llevó a un hospital turístico exclusivo para extranjeros, elegante e impecablemente limpio, para después enterarnos de que los hospitales públicos están paupérrimos y se ven más destrozados que nuestro hospital Rosales.
Son viejos, con fi las eternas de gente esperando ser atendidas, escasos de medicinas y con un personal de salud exigiendo, por debajo de la mesa, algunos dólares extras a los usuarios si se quiere que el enfermo se atienda oportunamente y con las mejores medicinas.
Y mi mayor sorpresa fue saber que un médico especialista gana mensualmente la cuantiosa suma de 20 dólares…Así es, 20 dólares al mes, cuando una botella de agua cuesta un dólar en la calle, agua que por cierto no se puede tomar del chorro pues está contaminada, según nos advirtieron los colegas de Cuba. Si todo esto sucede en La Habana, me imagino lo que será en las provincias rurales.
En Cuba verdaderamente no hay mendigos harapientos, ni niños descalzos deambulando por las calles. Pero sobran los viejos, jóvenes y niños que se acercan a los turistas en los restaurantes rogando por unas monedas, o un pedazo de pan.
Los turistas tienen acceso a los lugares creados exclusivamente para ellos, hoteles gigantescos, restaurantes de lujo, todo en dólares, por supuesto. Los cubanos sólo pueden ser testigos masivos de la buena vida que se le ofrece al extranjero. Como me comentó un amigo taxista, con los ojos humedecidos por la rabia y la tristeza: acá los turistas son los humanos y nosotros somos los extraterrestres.
Descubrir Cuba y su gente es descubrir el heroísmo y la valentía de un pueblo que vive, o más bien, sobrevive en un régimen de opresión, miedo y miseria. Gracias al auge del turismo que hay en este país, los cubanos pueden ver ahora las diferencias entre ellos y el mundo libre.
Al bajar del avión se me acercó calladamente un señor, y luego de preguntarme de dónde era, me pidió un periódico de El Salvador; están hambrientos de noticias reales del mundo real, no de éste fantasma creado por sus autoridades, que acá ya nadie se la cree.
Muchos me han preguntado por nuestro ex-presidente Flores, quieren saber cómo es su personalidad, están impresionados con él, ya que es el único que ha puesto a Fidel en su sitio. De todo esto se han enterado porque alguien les ha contado, ya que ésta noticia, como muchas otras, nunca se transmitió en Cuba.
“La Semana pasada fueron fusilados en La Habana tres jóvenes por haber soñadoj con su libertad y haber tratado de huir de Cuba en una lancha robada. Por este grave delito, fueron juzgados en un día, y 24 horas después, fusilados salvajemente, como ejemplo para el pueblo de lo que le puede suceder al que esté en contra del régimen.”
Cuando me contaba este injusto hecho, una hermosa cubana con una mirada conformista, sólo se me ocurrió decirle
que hay que tener fe en que las cosas van a cambiar pronto. Qué estúpido me sentí cuando me contestó que eso han
esperado desde hace 48 años y acá siguen muriendo muchos.
Unos a tiros, como estos tres jóvenes y cientos que viven pero que les han fusilado la esperanza de ser libres, de trabajar y superarse, de exigir sus derechos sin ser reprimidos.
Pero sería injusto hablar de Cuba y sólo mencionar las miserias de un régimen obsoleto y tirano..Y AHORA siguen Venezuela, Ecuador, Bolivia-Nicaragua.
Hablar de Cuba es hablar de sus mujeres, de las más lindas del mundo, del ritmo y de la calidez de su gente, de la mirada buena de su pueblo, de las bellezas de sus calles con olor a sal, tabaco y ron.
Hablar de Cuba es hablar de un paraíso donde la belleza natural se entremezcla con el sueño de todo un pueblo bueno y trabajador que sigue esperando su verdadera revolución.
Dr. Rodrigo Siman Siri.
Director Nacional Programa Nacional de Infecciones de Transmisión
Sexual
ITS/VIH/SIDA MINISTERIO DE SALUD, EL SALVADOR
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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