La fuerza estuvo conmigo
Sé que mi fantasma deambulará por allí. Casi puedo verlo, me adelanto a mi muerte y recorro caminos. Fueron tantas las horas arrastrando el tanque de Hidrógeno o la cesta de hielo rumbo al laboratorio. Y no eran horas normales, no, eran horas de madrugada, cuando todos dormían, yo trabajaba.
-No puedo fracasar- me decía, sacando fuerzas de donde no tenía, flaca, flaquísima, desnutrida, siempre pensando en completar la tesis y regresar a mi Isla. Allí me esperaba mi madre. Esa que se quedó a lágrima viva cuando me despedí en el portal de la casa rumbo a ese país de sacrificios.
- No puedo fracasar, no, debo demostrar que puedo, y pude. Fueron cuatro años de insomnios, de largas horas sobre los libros de termodinámica, sobre las ecuaciones de electroquímica, y de vez en cuando un poema. Sí, un poema. Eran mi alivio, eran mi consuelo. Julia de Burgos, Clara Lear, Eugenio María de Hostos, José de Diego. Ellos ayudaron con mi pesada carga, siempre recordándome el orgullo de ser puertorriqueña en ese mundo donde me miraban con extrañeza. De dónde saca esa muchachita flaca y morena tanta fuerza para competir con nosotros, gigantes gringos del norte, hombres burlones y engreidos.
Y yo ahí, como guerrera incansable, arrastrando mis tanques de Hidrógeno. En cualquier descuido podía explotar y llegar en pedazos devuelta al hogar donde mi hermana me esperaba, donde mi padre latía de orgullo porque su hija mayor ya casi era una doctora en ciencias. Ese orgullo lo heredé, ese orgullo fue la fuerza brutal que impulsaba mi cuerpo y mi mente.
Y ahora estoy aquí, mirando a mi fantasma deambular por aquellos largos y tenebrosos corredores del edificio de Química en Gainesville. Estoy segura que toda la energía que brotaba de mi espíritu debe estar concentrada en esos pasillos oscuros y fatigosos. Han pasado 38 años desde mi último recorrido. No he cambiado nada, solamente que ahora estoy convencida de que mi fantasma deambulará por Gainesville, mientras mi espíritu se ríe a carcajadas de aquellos temores de niña aplicada y estudiosa.
La fuerza estuvo conmigo.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Comentario
University of Southern Mississippi
Hattiesburg, MS
Dulces recuerdos del "Alma Mater" y sus desvelos, amiga Carmen Amarilis... pero no los de la Universidad, pues ella nunca pierde el sueño, sino los trasnochos de los estudiantes que asisten a sus campus.
Gracias por habernos trasladado a nuestros años juveniles, también en el gigante del norte y de la misma forma, levantándonos aún oscuro, bajo cualquier condición climática, para abrir las puertas de la biblioteca, donde trabajabamos para tener un dinerito extra...
Hoy hemos recorrido contigo los pasillos hacia el laboratorio... y casi que nos pisamos una mano con la pesada bombona de hodrógeno, lo cual no hubiera sido muy problemático, pues a mano estaba la cesta con hielo para bajar la hinchazón. Lo que si no logré fue permanecer despierto toda la noche y cuando me di cuenta, dormía plácidamente sobre un libro de Termodinámica y otro de Geometría Analítica y del Espacio...
Una verdadera delicia de lectura, amiga.
Bendiciones incesantes
Por lo que puedo entender de tus reflexiones sobre tus vivencias de tu juventud eres mujer batalladora y guerrera como hay también en mi patria...la felicito y la exhorto a seguir luchando los muchos años que te quedan aún por transitar...¡¡
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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