LA MUSA

[ADELFA MARTIN]

Me gusta cuando callas,
porque estas como ausente…

¡Que gusto da leerte, amigo Neruda!


Callada y en silencio me quedo al terminar cada estrofa, pensando, recapacitando, analizando...¿que pensarà un poeta cuando se siente inspirado?, ¿que poder tienen para transportarnos y hacernos soñar sus propios sueños?. Me encantarìa vivir unos minutos dentro del alma de uno de ellos, buscar allì, escudriñar sus secretos, deshojar esas olorosas rosas llenas de espinas, con las cuales parecen abrigarse; arrebujarse sin herirse, cuando sabemos que no es asi.

¿Serà cierto que hay que sufrir para escribir cosas hermosas?, ¿serà por ello solo privilegio de unos pocos el hacernos llenar los ojos de làgrimas, de nudos el estòmago y volvernos chitiquico el corazòn?

Trazo y trazo lìnea tras lìnea buscando ese momentum, esa musa que como nube pasa rauda, alejàndose entre risas como si se burlara, esquiva, traviesa, juguetona.

Baila y baila a mi alrededor sabiendo que no tengo posibilidades de atraparla y conociendo ademàs mis intenciones, pues claramente se ha dado cuenta de la jaula de oro que tengo sobre mi mesa de trabajo, adornada, cómoda, brillante, con la cual trato de atraerla…

Busco una mùsica suave, dicen que es la mejor arma para someter a los indomables y de ello trato de valerme, pero la muy pìcara parece conocer mis pensamientos antes incluso de visualizarlos yò misma.

Cierro los ojos tratando de concentrarme, de no pensar, de limpiar de impurezas mi mente, para que la fugaz musa pueda sentirse còmoda, como en su propia casa. La atraigo con imàgenes hermosas, inspiradoras, llenas de amor y sensibilidad hacia el pròjimo, trato de que no entren los egrègores que siempre intentan penetrar la luz para hacer de las suyas, pero ella continùa rièndose de mi, danzando sin cesar como Campanita, inatrapable, inconquistable…insobornable…

¡Como sabe de mis limitaciones! , ¿en que momento de mis largos insomnios he hablado de viva voz?, eso debe ser, porque por mucho que la busco, que la procuro, que la adulo, cada vez se muestra màs y màs reacia, dura e indiferente. Jirones de piel he ido dejando en cada fracasado intento.

¡Oh! mi querida musa, bien dicen los que saben que se desea y añora lo que no se puede conseguir. Veo negro mi futuro corriendo en pos de ti, llorando mis desengaños, ansiando que te dignes aunque sea por un instante poner tus ojos sobre esta humilde mortal, que solo sueña con poder escribir algo que realmente conmueva a quien lo lea, que los seres sensibles encuentren en las palabras inspiradores reflejos de sus propias historias, que desgarren la quietud de la noche sus suspiros, y sus gargantas atenazadas por el llanto, no sean capaces de pronunciar una sola palabra.

No voy a conformarme, no dejarè que te salgas con la tuya, algún encantamiento habrè de encontrar en mis viejos libros de magia. Llegarè cuando menos te lo esperes, cuando creyèndome resignada, decidas descansar y bajes la guardia. Te atraparè musa sutil, transparente...etérea…

¡algún dìa seràs mìa!

ARMIDA MARTÌN