BUSCANDO EN EL SILENCIO

[ELISAIN MALDONADO]

Fui a buscarte al cementerio y no te encontré. Caminé entre las lápidas, leyendo nombres que no eran el tuyo, esperando que el viento me devolviera tu voz.

Tal vez habías salido temprano, como solías hacerlo, dejando tu ausencia como rastro.

Recordé entonces tus mañanas, cuando el alba te llamaba primero, y comprendí que incluso ahora sigue escapando a la rutina de la muerte.

Tu espíritu, inquieto, habita donde la vida aún vive.

Me senté junto a una vieja banca, esperando quizás un indicio, un movimiento entre las hojas o el leve perfume de tu presencia.

El cementerio, en su quietud, parecía observarme, como si conociera un secreto que yo no podía develar.

Y entonces, lo entendí: no estabas allí porque nunca te quedaste. Tú perteneces al viento, a las luces del amanecer ya los sueños que se niegan a morir.

Al levantarme, una calma inesperada me envolvió. No necesitaba buscarte más, porque, de algún modo, siempre estarías conmigo, más allá.

[Beto Brom]

Shalom colega de la pluma

[Elias Antonio Almada]