ALGO PARA APRENDER
COLUMNA EDUCATIVA
PROYECTO AMBIENTAL ¿HACIA DÓNDE VAMOS?
Maigualida Pérez González
RCE: 3935132787LP
LAS PLÉYADES Y SUS MISTERIOS
Las Pléyades, palabra que significa palomas en griego, son un cúmulo de estrellas (más de tres mil) en la Constelación del Toro que forman una nube o mancha blanquecina. Se formaron estas estrellas en la Era Mesozoica a partir del colapso de una nube de gas interestelar. Las 74 más grandes se sitúan a una distancia de 450/500 años luz de la Tierra y son de color blanco azulado. El grupo constituye un sistema físico dotado de movimientos idénticos para todas las estrellas que lo forman. Están clasificadas con el nombre de Messier 45 (M45).
El significado de sus nombres y sus tamaños también son muy interesantes: Maia (Abuela) le da el nombre al mes de mayo. Esta estrella desprende 660 veces más energía que el Sol y es una de las que despiden Manganeso y Mercurio.
Alcione (Reina que ahuyenta el mal) es una estrella múltiple, formada por otras cuatro y es 1400 veces más brillante que el Sol.
Electra (Laguna) significa ámbar en griego. Tales de Mileto descubrió la electricidad estática en el siglo VII ac al frotar un trozo de ámbar y acercarlo a una paja. Por esta Pléyade lleva la electricidad su nombre.
Taigete (La de cuello largo) fue adorada por los espartanos por ser la madre del fundador de la ciudad de Esparta, Lacedemón.
Astérope (Abrir y Cerrar) está formada por dos estrellas.
Celeno (Cetrina) tiene un tamaño tres veces mayor que el Sol y Mérope (Comedora de abejas) tiene una velocidad de rotación muy rápida, completa su giro sobre sí misma en tan sólo 18 horas.
Todas las culturas tienen leyendas acerca de ellas y las conocieron por diversos nombres. Cuando aparecían se sabía que era la mejor época para la cosecha y la navegación. Desde nuestro planeta a simple vista podemos observar las siete estrellas principales conocidas como Las Siete Cabras o Las Siete Cabritas. Cuenta la mitología griega que estas estrellas eran siete hermanas hijas del Titán Atlas, el que es castigado a sostener sobre sus hombros la Bóveda Celeste después de la guerra entre los titanes y los dioses del Olimpo, y de la ninfa marina Pleione. Estas princesas fueron perseguidas durante siete años por el cazador Orión. Ellas imploraron ayuda a Júpiter que las transformó en palomas y las colocó en el cielo. Pero ello les trajo un compromiso: debían ser amadas por Dioses, solo Mérope se casó con un mortal llamado Sísifo y por eso fue castigada siendo la menos que brilla.
Otra leyenda dice que Zeus ante las protestas de Atlas por el acosamiento de Orión a sus hijas envió un toro para protegerlas que se interpuso entre ellas y el cazador. Igualmente envió un escorpión venenoso para ayudarlas. Por eso en el cielo la constelación de Tauro se encuentra entre la constelación de Orión y las Pléyades. Cuando en el este aparece la constelación de Scorpio (escorpión) Orión huye por el oeste y nunca se encuentran.
Los chinos, por su parte, las registraron en el siglo III AC.
Los persas las llamaron Thurayya de dónde deriva el nombre de Soraya.
Los mayas cuentan que Gucumatz, el gran corazón del cielo convirtió en estrellas a más de 400 guerreros muertos en batalla y los llamó Motz, que significa montón. Ellos basaron su calendario anual, el Tzolkin en las Pléyades.
Los navajos las conocieron por el nombre de los muchachos de pedernal.
Los cubeos de Colombia las consideraban como un avispero al que llamaban Uchiwu.
Los matacos del Gran Chaco argentino veían en este enjambre de estrellas una escalera de flechas para alcanzar el cielo.
Los incas la consideraban la madre de todo el firmamento y la llamaban Collca que quiere decir asamblea, consideraban que era el punto donde se había formado el Universo.
Para los japonenses las Pléyades se llaman Suburu y en Sánscrito se llaman Krittikas, que significa cortadores.
Los aborígenes de Australia las conocían como Makara.
Para los aztecas se llamaba Tianquiztli, que significa el lugar de reunión.
Los aborígenes bororo de Brasil y la etnia wayuu de la Guajira venezolana elaboran su calendario basado en las Pléyades.
En Polinesia son llamadas Mata-riki, que quiere decir Ojitos.
El pueblo kiowa de Norteamérica tiene una roca que llama Mateo Tepe. Ellos cuentan que en una región donde había muchos osos acamparon una vez siete doncellas a la orilla de un río. Uno de los osos comenzó a perseguirlas, ellas se arrodillaron implorando ayuda y la tierra se elevó hasta el cielo, el oso arañó la roca (son las marcas que se observan en ella) y el Gran Espíritu les permitió quedarse en el cielo como las siete hermanas, las Pléyades.
En el libro Don Quijote de la Mancha Cervantes pone en boca del Quijote a las Pléyades: Y sucedió que íbamos por parte donde están las siete cabrillas y en Dios y en mi ánima que como yo en mi niñez fui en mi tierra cabrerizo, que así como las vi, ¡me dio una gana de entrenerme con ellas un rato!
En el Canto V de La Odisea podemos leer: Con aquel dulce viento, Ulises divino desplegó su velamen; sentado rigió con destreza el timón; no bajaba a sus ojos el sueño, velaba a las Pléyades.
En el Canto XVIII de La Ilíada también aparecen: Hefesto hizo figurar en él la Tierra, el cielo y el mar, el infatigable sol y la luna llena, así como todos los astros que coronan el firmamento: las Pléyades.
El libro de Job en la Biblia dice: Él ha creado la Osa y Orión, las Pléyades y la Constelación del Sur y en otro refiere: ¿Anudas tú los lazos de las Pléyades o desatas las cuerdas de Orión?
Lo que llama la atención a los que consideramos ser herederos de algún legado perdido en la noche de los tiempos es un artículo de Sebastián Juan Pagano que nos dice que el número de letras que integran el nombre de Las Pléyades contiene una especie de Clave: Alcione Electra y Taigeta contienen 7 letras. Mérope y Celene seis letras. Astérope ocho letras y Maya cuatro. Ordenando esa numeración 7-7-7-6-6-8-4 sale la cifra 777 que es el número de la Divinidad.
En la creencia cristiana la paloma indica al Espíritu Santo, si relacionamos el caso de Mérope con ello, una divinidad que eligió por esposo a un mortal, encontramos mucha relación con la encarnación de Cristo (Dios hecho hombre que habitó entre nosotros). De igual forma nos invita el autor a suponer a través de nuestra imaginación que “alguien” de Las Pléyades llegó a nuesto planeta y luego volvió a su punto de origen.
Las posibilidades están dadas en la medida que la interpretación de la leyenda se ajuste a algún hecho real. En ese aspecto tenemos tantas incógnitas que realmente nos ponen a pensar de dónde emanó el asombroso conocimiento de la antigüedad. Pasado y presente vuelven a confundirse a tal punto que cada vez que deseamos conocer el futuro debemos sumergirnos en el pasado donde encontraremos todas las claves.
Hoy en día muchos hablan de Los Pleyadianos, un colectivo de extraterrestres que procederían de Las Pléyades. Sus enseñanzas podríamos compararlas con las de nuestros chamanes, dueños del conocimiento energético que sirve de intermediario entre lo físico y lo espiritual conociendo los vórtices energéticos de los que viven y respetan a la Tierra como un ente vivo que respira por cuenta propia y al cual debemos proteger y cuidar.
Saba yareta kara (agradezco tu lectura) y recuerda: todos formamos parte de este inmenso y desconocido Universo.
Comentario
Gracias a tí poeta por tu visita y tu gentil comentario. Besos y bendiciones
Gracias amada amiga hoy aprendí algo nuevo, Marco
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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