“Al país de los sueños…
hoy, tierra de pesadillas”.
…vengo de ver la muerte rondar mi barrio
escupir, sacudir sus manos
y alargar su aliento
ir vestida de balazos y cuchillos
para penetrar sonriente con un rictus lúgubre
en la boca… vengo de ver la muerte posar sus delgadas manos
sobre cuerpos ardientes… rápida como un rayo
y dejar al corazón, sin rítmico sonido.
Vengo de ver la muerte y no me asusto
Me preocupa la forma de callar y soportar
de cada uno de nosotros… ante el golpe sigiloso de la noche.
Hoy vuelvo a navegar
sobre ríos meditabundos… y nada detiene este dolor
de vernos morir en cada uno de ustedes… y en cada uno
de tantos y tantos que mueren por nosotros… Vengo de ver
y aún no es tarde, podemos regalar otra sonrisa…
y escuchar las notas musicales de las aves
y pintar un nuevo cielo de colores diferentes, otras tintas más alegres
más sonrientes, menos rojas, menos sangre… ¿Sangre?
pequeñas gotas, del que cruza la calle indiferente
sin presentir la angustia, la reja que se cierra: la soledad,
la única huella absoluta, escondida detrás de los cristales…
y el país está en calma, una calma mortal. Rumores, rumores…
malas noticias, alguien quiere jugar a los vaqueros
con balas y cuchillos de verdad… ¡Vengo de ver la muerte
y le he escrito este poema!
Autor: Dalit R. Escorcia Marchena,
Barranquilla, noviembre 12 de 1987.
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