Jamás pensé cinco años atrás, que aceptar en mi laboratorio al peruano Blas Puma resultaría en una de las experiencias más intensas de mi vida. Puma llegó tímido a mi oficina y asomó su rostro Desde ese día comenzó su persecución. Puma se convirtió en mi sombra. Si salía del cuarto sanitario, allí estaba Puma esperando mi respuesta, si iba a la cafetería, allí estaba Puma, si sonaba el teléfono era Puma. Jamás conocí otra persona más tenaz y persistente. Finalmente le acepté en el grupo, no sé si como premio a su tenacidad o por librarme de su sombra perturbadora. Resultó excelente adquisición, investigador muy trabajador y dedicado. Hace dos meses completó la parte del proyecto que le asigné. Ya tiene su título de postgrado y se ha traído a su esposa y dos niñas con ojos oblicuos a la Isla. Desea vivir aquí con su familia. Cuando Puma se enteró de mi viaje a Perú apareció con toda su prole a mi casa. Deseaba darme el teléfono de su hermano. Las niñas lo miraban todo como si mi casa fuera un museo de extraterrestres. Me miraban a los ojos con sus ojos oblicuos y de un color negro penetrante, me tocaban la piel, los rizos del cabello, los brazos. Al llegar al Cuzco llamé a Puma II. Digo Puma II porque al verle llegar esa noche al recibidor del hotel donde me alojaba, me pareció tan idéntico a Puma que corrí a darle un beso de alegría, costumbre caribeña poco usual en los altiplanos de Sur América. Esta vez fue Puma II quien retrocedió, quedando en total confusión, mientras yo, en remolino, le daba información de su hermano. Puma II se quedó parado en medio del Lobby con un paquete en sus - Señora Carmen, reciba esta manta confeccionada por nuestra madre en agradecimiento y profundo respeto por la ayuda brindada a nuestro hermano en Norte América. Al recibir la manta me envolvió una sensación que no puedo describir. Sentí que recibía algo sagrado, algo lleno de magia y vida, de luz y amor, de ternura, de lágrimas de madre, de emoción de hermano, de dolor de adioses, de distancias y sufrimientos contenidos. Un nudo se apoderó de mi garganta, la manta ardía entre Pasaron uno minutos que me parecieron eternos, pero cuando al fin pude darle las gracias y moverme, Puma II tomó de nuevo la manta y me la acomodó con mucha reverencia sobre los hombros, haciendo un nudo perfecto y mostrándome en el reflejo de un cuadro de la pared, como es que las cholitas cargan a sus guaguas en la espalda, El cristal me devolvió la imagen de una cholita alta y rubia, y esa cholita era yo.
Carmen Amaralis Vega Olivencia |
Comentario
Cierto Delia Pilar, aprendí a valorar su cortesía, respeto y dignidad, fue una esperiencia maravillosa, amiga, bendiciones, Amaralis
Bellísimo, Carmen, me has enternecido... ¡muy emocionante tu relato!
La culturas autóctonas americanas tienen mucho que darnos,
realmente maravilloso lo que cuentas.
Felicitaciones y gracias.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL