CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA... SUGIERO A LOS QUE NUEVOS LECTORES LEER ANTES LOS CAPÍTULOS 1, 2, 3 Y 4 DEL RELATO. Transcribo la parte final del capítulo cuarto a efectos de activar la memoria de quienes lo leyeron...
"-Sugiero declararnos "en huelga de capuchones enroscados" por una semana -opinó Clarita, la SHEAFFER que mantiene cierta distancia con sus muy "brillantes" primas estadounidenses.
-Apoyo la moción que propone Clarita -dijo Griselda, la PARKER 51, y todas extendieron una mano hacia el centro del círculo en gesto de aprobación.
-Yo no adhiero a la huelga, compañeras. Comprenderán que será una oportunidad de ser usado por Humberto, aunque más no fuese para los dibujos que quizás hará mientras dure vuestra huelga. Yo le contaré cotidianamente a Rosa lo que Humberto exprese sobre vosotras y ella transmitirá mi información -dijo Celestino, el lápiz mecánico, aguardando que ninguna se sintiese traicionada por su actitud neutral ante la drástica medida."
A la mañana siguiente, aunque Humberto ni siquiera lo sospechara, sus amadas lapiceras se hallaban en huelga, y organizadas. Celestino, en su fuero íntimo, rogaba que la desopilante medida de fuerza se prolongara. Esa situación permitiría afianzar su vínculo con el incipiente escritor, a la vez que lo haría sentirse útil y deseado, pues, hacía muchos años que no cumplía sus funciones. Pero, ese deseo, por una rara paradoja, le generaba un sentimiento de culpa: lograr sus objetivos más anhelados lo alejaría paulatinamente de sus vecinas, y eso incluía a Rosa, con quien compartía el estuche.
El pequeño lápiz mecánico había intentado conciliar el sueño sin poder lograrlo. La idea de ser rechazado por todas las estilográficas, y, en especial, por su amiga Rosa, lo había desvelado. A mitad de la mañana, luego de tomar su habitual mate, Humberto abrío el estuche de Griselda, la PARKER 51 INDUSTRIA ARGENTINA, la tomó en su mano diestra e intentó quitar la dorada capucha, pero, no logró hacerlo. Parecía estar fundida con el cuerpo de la preciosa lapicera. Con gesto de extrañeza, decidió volverla al estuche para evitar dañarla en un inútil forcejeo. Abrió el estuche de Clarita, la SHEAFFER Imperial II, y, para su sorpresa,ocurrió lo mismo.Y así sucedió con todas y cada una de sus estilográficas, hasta llegar a Rosa, la que duerme junto a Celestino,. Ante la negativa de ésta a ser utilizada, Humberto decidió que tal vez era el momento de dar a conocer al Universo su talento como dibujante.
Celestino estaba exultante. Humberto lo tomó y enseguida le hizo girar su extremo cónico para lograr que aparezca una de sus minas. Acto seguido, sobre un papel que dispuso a tal fin, el escritor comenzó a deslizar a Celestino como si éste fuese un eximio patinador. Sin que Humberto lo notara, Rosa salió del estuche y comenzó a golpear en código Morse cada una de las tapas de los demás estuches.
-... .- .-.. --. .- -. / .- / ...- . .-. --..-- / .--. --- .-. / ..-. .- ...- --- .-. .-.-. -fue el mensaje de Rosa (SALGAN A VER, POR FAVOR).
En cuestión de segundos, todas las estilográficas de Humberto, e incluso, la "roller ball" parisina, observaban a prudente distancia la alegría manifiesta de Celestino y de quien debería estar preocupado por la huelga del virtual sindicato.
La escena generaba en las lapiceras sentimientos muy contradictorios. Si bien ninguna de ellas habría procreado, todas tenían un marcado instinto maternal. Ver a Celestino y a Humberto tan felices como dos niños jugando las emocionaba espontáneamente, aunque, al mismo tiempo les volvía la indeseada sensación de abandono que había motivado la medida de fuerza. Mientras tanto esto acaecía sobre la mesa de madera de algarrobo de Humberto, algo que cambiaría el curso de los acontecimientos estaba a punto de ocurrir. Y es que, desde una remota nación de la Europa Oriental con una larga costa en el mar Adriático, la República de Croacia, había arribado a la República Argentina, una bella lapicera nacida en Italia a inicios del tercer milenio, la cual se incorporaría al selecto harén de Humberto ese mismo día.
Sonó el timbre de la casa y Humberto apoyó suavemente a Celestino sobre el papel para luego caminar hasta la puerta que da al frente de la vivienda. El mensajero había arrojado por entre los barrotes de la reja frontal una tarjeta. Al levantarla, Humberto sintió que su corazón se aceleraba, y no era para menos: la lapicera que adquirió a inicios del mes de febrero de 2019, misma que él esperaba llegase a mediados del año, acababa de arribar a la sucursal local del Correo Argentino.
Aún faltaban minutos para la hora de cierre y Humberto decidió hacer un llamado telefónico tendiente a confirmar que lo atenderían si llegaba sobre el filo de mediodía. La respuesta fue afirmativa. Era un sueño cumplido. Humberto tomó el inflador de mano y agregó el aire necesario a los neumáticos de una de sus bicicletas. Optó por la mountain bike porque ésta tiene suspensión en la horquilla delantera y eso amortiguaría el golpeteo que provocan los baches callejeros y otros desniveles del pavimento. Debía cerciorarse de que su nueva lapicera no sufriese ningún maltrato en el viaje de regreso. En escasos minutos cubrió el kilómetro que separa su domicilio de la sucursal de correo. Mientras firmaba la planilla de recepción, Humberto sonreía imaginando la expresión de cada una de sus lapiceras, y la del propio Celestino, al verle llegar con el paquete conteniendo a su nueva y flamante estilográfica. A juzgar por el estado de cosas en su hogar, este hecho fortuito podría encender una rebelión de consecuencias impredecibles.
P.S.: texto escrito por Hugo Mario Bertoldi Illesca - Argentina - 5-04-2019
ESTA HISTORIA CONTINUARÁ...
Comentario
Mi estimada mamihega, esta historia "en tiempo real" podría dar para mucho, aunque, procuraré no hacerla tan larga para no aburrir a lectores ansiosos que ya estarán deseando ver el desenlace. Le estoy tomando el gusto al género narrativo y confío en que será bienvenido por quienes aprecian mis publicaciones. ABRAZONRISAS Y MI ESPECIAL AGRADECIMIENTO, AMIGA.
Querido Nelson Lenin, que mi humilde relato te resulta agradable ya es un elogio enorme para mí, y que me regales parte de tu tiempo en un comentario tan bello es un plus que agradezco y atesoro, amigo mío. ABRAZONRISAS Y MIS BUENOS AUGURIOS EN TODO LO QUE EMPRENDAS. EL SUSPENSO CONTINÚA... Y PRONTO HABRÁ NOVEDADES EN ESTA HISTORIA ENTINTADA.
En lo personal me ha gustado la manera de encarar la huelga, la solidaridad y luego la resistencia de estas amistades que me hacen presagiar un sentir por mucho tiempo; Humberto no se da cuenta ni creo lo haga pero en todo caso hasta que le pase la alegoría de estrenar esa lapicera todo puede pasar. Nos dejas en ascuas como decimos por aquí, pero esperamos la continuación, felicitaciones Hugo amigo por tan excelente trabajo, te saludo a la distancia
Confío en que a varios les guste como ti, Elias Antonio, mi estimado amigo, este relato en el cual conviven varias lapiceras con un lápiz mecánico (portaminas) y el dueño de todos ellos, a quien se acusa de no atender como se debe al inusual harén. Y ahora que llegó la italiana inmigrada desde la República de Croacia, amigo mío, todo lo que imagines puede llegar a suceder. ABRAZONRISAS Y MI MUY ESPECIAL AGRADECIMIENTO.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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