Carezco de titulo honorario,
de abolengos genealógicos y estirpes destacadas
Mi arca está vacía,
no tengo otra herencia
más que estos ojos indios
y el peso de los sueños que me cercan
Llevo los dias simples,
como mis pies descalzos cuando me alejo de ti en la madrugada
y ese aire que desciende en la mañana
y se repliega en los rincones de las sabanas
No soy destacada en academias,
los diplomas se empolvaron
en algún lugar debajo de mi cama
Adolezco de ponencias,
no he publicado un libro
-tengo tanto que contar que las páginas no bastan-
mis discursos no van mas allá de cien palabras,
disertando sobre asuntos tan fútiles
como el por qué se estira un gato
sobre la amarilla tibieza de la esquina
Ignoro las políticas,
las cumbres,
los simposios,
los tratados y rupturas
Reconozco el acuerdo del hombre por ser hombre
y de la mujer que le espera
en el portal de su morada
Se me hace imprescindible
saber si en un lugar lejos de aquí
acaso las flores se susurran
cuando el sol se esconde
Soy una mujer sin patrimonio comprobable,
desposeída de lo que otros denominan importante
Ciertamente
no encontrarás en mi
mas que un atado de historias y tristezas,
la ilusión que se esconde detrás de mis pestañas,
esta manía
de inventar el mundo en una línea,
una pasión resguardada en lo profundo de mis venas
y unos versos,
mal tejidos,
en esas horas ciegas cuando tu voz se aleja
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