¿Por qué de dolor
su mirada se llena?
¿Por qué se pierde
en el infinito?
¿A quién le duele
su dolor?
¿Por qué sufre
mi pueblo?
Mi pueblo color
de la tierra.
¿Dónde están perdidas
sus esperanzas?
¿Quién les ha robado
sus sueños?
¿No ven los gobiernos
el cansancio acumulado
en sus cuerpos?
¿Quién es culpable
de su ignorancia, de su pobreza
de la falta de oportunidades?
¿A quién hay que cobrarles
sus lágrimas,
llenas de desesperanza?
¿Es que acaso
no merecen una vida
mejor?
¿Serán sus culpas
más grandes?
¿Será que sus manos
son oscuras, y su cuerpo
todo,
como el color de la tierra?
Pero ellas saben
también acariciar.
Y sus ojos negros
son tan bellos
cuando en ellos asoma
una tímida sonrisa.
Son sus cuerpos
Igual que el tuyo y el mío.
Con un corazón
grande que ama a su
tierra.
Un alma
que a pesar del dolor
sigue en ella anidando
una fe inquebrantable.
Lleno está también
de una fuerte solidaridad.
Tiene unos brazos
que a pesar del cansancio
se abren cual abanico,
para acunar en ellos
a quién así lo requiera.
Esta es mi gente
que sufre, que llora.
Pero que siguen
en lucha por una vida
mejor.
Es mi pueblo
color de la tierra.
Hermosillo, Son. A 24/abril 2009
Carlos M. Valenzuela Quintanar
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