¿Preguntas como soy?.
Soy uno de esos hombres sin fronteras,
sin montañas obstruyendo el paisaje,
soy del desierto, oasis de palmeras,
un hombre de llanura, sin laderas,
sin urgencia en la marcha, ni peaje;
donde llegar no es motivo del viaje.
Siempre de paso, con amor, sin prisas,
y en mi ruta crezcan bellas sonrisas.
Nos dieron un destino inevitable,
y es inútil dejar pasar los días
yo sé de ti; latente en mí vivías
quise olvidarlo, o no reconocerlo
escritas en arcanas profecías
y por siglos, sin tú ni yo saberlo;
De que un día llegáramos a verlo;
y nadie deberá sentirse culpable.
Bajo mi piel una pantera en celo
de callado rugido está encerrada...
lleno su pecho de bárbaro anhelo
con furia invade tu tierra sagrada;
hasta lograr pegar tu espalda al suelo,
robando tu virginidad amada;
¿Y quién nos arriesgará al saqueo?
por no poder contener su deseo.
Corre incesante manantial sereno
de la fuente que me otorgó la vida,
y es plenitud de ti, junto a tu seno,
o por la senda de la despedida,
o descansando sobre el hombro ajeno,
o en soledad callada y dolorida...;
En mí vas, en ti estoy, íntimo lazo
invulnerable al roce de otro abrazo.
Los dos unidos un día construimos,
torres, caminos, rápidos veleros,
una mañana turbia descubrimos
que sólo fueron sueños pasajeros;
nada nos queda ya de lo que fuimos,
amantes de sí propios extranjeros,
Refugio en ruinas, y senda destruida,
y la galera del amor hundida.
En ti escuché del ruiseñor el canto,
más hoy oigo del cuervo los graznidos;
ha sucedido el silencioso llanto
al alborozo en flor de los sentidos;
y de los surcos de ilusión que planto
sólo cosecho frutos corrompidos.
Sacudirá mi espalda este bagaje,
y pisarán mis pies otro paisaje.
Son las calles arroyos de apatía,
y en desamparo voy, y en desaliento,
solitario soñando compañía,
desdichado gimiendo con el viento,
incapaz de escuchar tu melodía,
de ti nostálgico, de ti sediento;
Y cada transeúnte inesperado
me hace pensar que pasas a mi lado.
En la distancia se generan dudas,
como hiedras en lluvioso atardecer;
sobre tus ojos dos nubes tozudas
que no cesan amargas de llover;
lágrimas lentas, pertinaces, mudas,
que renuevan las pérdidas de ayer.
Cuando el dolor a renunciar te invite
piensa que el gozo a veces se repite.
Jesús Quintana Aguilarte.
Comentario
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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