EL DÍA MARTES DE ESTA SEMANA, EL ESCRITOR ANDRÉS VILLA PRESENTÓ A LA GENERACIÓN DEL 64 DEL INSTITUTO NACIONAL Y AL PÚBLICO QUE TUVO A BIEN ASISTIR, SU OBRA 9 DE ENERO - LA NOVELA, EN EL SALÓN PORTOBELO DEL HOTEL PANAMÁ, COMO UN MERITORIO ACTO DE RECORDACIÓN DE AQUELLA GESTA PATRIÓTICA QUE MAÑANA CUMPLE 50 AÑOS. POR TAL MOTIVO, ME PERMITO REMITIRLES EL ESCRITO CON QUE COMENTÉ LA OBRA ESE DÍA EN EL SITIO. OBRA QUE RESULTA ESENCIALMENTE TESTIMONIAL YA QUE MUCHOS DE SUS PERSONAJES OFRECIERON SUS RELATOS DE LO VIVIDO AQUEL DÍA PARA QUE CONSTARAN EN LA TRAMA DE LA MISMA:
SOBRE LA OBRA “9 DE ENERO - DE ANDRÉS VILLA”
Luego de leer la obra 9 DE ENERO – La Novela resulta fácil colegir que su autor tiene muy claro que nuestra capacidad de pensar en lo que ha de ocurrir depende en gran medida del conocimiento de lo que ocurrió en el pasado y por tanto, no podemos olvidar nuestra historia. Esta percepción se enfatiza, si tomamos en cuenta que en su publicación anterior titulada Buenaventura Correoso – Arrabal Ardiente, Andrés Villa nos obsequia, con riqueza investigativa y gran imaginación, no sólo el quehacer de Buenaventura Correoso, sino las circunstancias sociopolíticas que le tocó vivir, con una mirada crítica que devela diversos hechos que rodean el acontecer anterior a 1903.
Probablemente, la proximidad del quincuagésimo aniversario de la gesta patriótica del 9 de enero de 1964, que da inicio a causa de las legitimas aspiraciones e iniciativas adoptadas por valientes estudiantes del Instituto Nacional, así como la certeza de la importancia de salvaguardar la memoria de hechos que generan una sólida conciencia nacional, son algunos de los factores que impulsaron a Andrés Villa a incursionar en este relato histórico.
Entre los méritos incuestionables que tiene este esfuerzo literario e histórico debemos resaltar que los personajes, lugares y hechos narrados son verídicos y es por ello, que resulta imprescindible recalcar el carácter esencialmente testimonial de la narración y el esfuerzo investigativo desplegado por este escritor, que con meritorio oficio logra colocarnos de manera casi vívida en el lugar de los hechos de aquel 9 de enero de 1964 y los días que siguieron al mismo.
Es a su vez digna de elogio la destreza con que coloca en la obra cada una de las experiencias que rescata de aquel día, a fin de dar a este compendio histórico - de acontecimientos personales y colectivos - las características necesarias para que lo narrado alcance un discurso intenso y coherente que se adueñe del lector desde el principio de la obra, entre otras cosas, por su palpable carácter humano y dramático. Es claro, que Villa conoce que es preferible no construir el pasado desde una sola fuente, pues en muchas ocasiones, lo efímero de todo lo que nos envuelve hace algunos acontecimientos pretéritos impermeables a la percepción, y es allí donde entra la agudeza del creador a develar hechos, circunstancias y escenarios que se esconden bajo la bruma del tiempo a la espera de ser rescatados. Claro está, que si bien recoge las voces de otros, su sagacidad lo lleva a narrar este evento heroico en tercera persona y de igual forma, mediante una voz omnisciente que le deja espacio para ficcionar, por supuesto, dentro de los límites razonables que le permite una historia relatada desde y por personajes reales.
Andrés Villa también tiene la perspicacia de introducir de tanto en tanto acotaciones históricas que refuerzan o dan base al desarrollo de la trama, y además reflexiona, explica y califica los acontecimientos que se suceden sin alargar innecesariamente los párrafos, pues la gesta patriótica que nos cuenta así lo exige. En este orden de ideas, Villa no pretende controlar lo que ocurre en aquellos escenarios heroicos de su obra - la Zona del Canal, la Avenida de los Mártires, Plaza Amador, la Ciudad de Colón y la Presidencia de la República, entre otros -, al contrario, deja fluir sin trucos innecesarios los sucesos, logrando fundirse con el lector en una redacción que se vuelve a su vez – por la manera de escribir la obra - casi una imagen fílmica de los hechos y así, camina de la mano del lector y de la historia que han tenido la deferencia de contarle personas - personajes que sobrevivieron aquellos dramáticos sucesos.
Por otro lado, Villa hace gala de una intuición ponderable al narrar 9 DE ENERO – La Novela, ya que a pesar de que la realidad deja poco espacio a la fantasía, es allí donde su experiencia periodística sale a relucir, dando al relato una focalización que realza todo aquello que nos narra en la obra. Y eso que nos cuenta no es cualquier evento, sino uno que quedó marcado en la memoria de generaciones de panameños, no sólo por su trascendental significado sociopolítico e histórico, sino además por el arrojo de una multitud que ratificó a riesgo de su propia vida y con el saldo de más de una veintena de muertos y 300 heridos, el ferviente deseo de soberanía total sobre el territorio panameño.
El autor de 9 DE ENERO – La Novela hace acopio de figuras estilísticas y buen tino para narrar aquellos dramáticos sucesos, reflejo de la conflictiva relación que siempre existió entre Panamá y los Estados Unidos de Norteamérica a causa de la existencia de la otrora Zona del Canal. Quede registrada en esta reseña, como un ejemplo del tono de la novela, el siguiente párrafo: “Las historias individuales se suceden y juntas forman parte de la gesta de ese día. Un panameño lleva un asta y en ella flamea su bandera. Como si fuera en un desfile, orgulloso y desafiante sube por la colina del Hotel TÍvoli. No le importa la presencia de los policías que con sus cascos blancos y garrotes amenazantes le cierran el paso. Las bombas llenan de gas el lugar. Otro panameño con una enseña pequeña pegada a su pecho se planta muy recto un poco más atrás del que lleva la bandera. No se mueve, esa es su manera de protestar. Un policía gringo, llega corriendo blande el tolete y ¡zaasss! lo derriba golpeándolo con furia en las piernas. Los panameños son rechazados por una fuerza brutal. Pero no importa: ha comenzado la lucha.”
Por todo lo dicho, no dudo en recomendar la lectura de esta obra, subrayando que olvidar el pasado es renunciar a un futuro promisorio.
ALBERTO O. CABREDO E.
Comentario
GRACIAS ESTIMADO POETA CRISPULO CORTES, SALUDOS CORDIALES
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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