TERROR de mi libro "Con los pelos de punta".......

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

 

Un amigo sufrió una desgracia en su salud y se encontraba imposibilitado de cumplir con su labor radial.
Era locutor y animador de bailes.

Junto a otro compañero “tomamos la posta” y realizamos la suplencia para asegurar el sueldo de el y su esposa.

Todos los días llegábamos a la radio con el material pronto para la emisión.
Unos veinte discos compactos que terminado el programa devolvíamos a su casa y armábamos la rutina siguiente.

Una tarde que regresábamos conversando entretenidos, nos cruzamos con dos hombres, uno traía un palo, parecían ser dos cuidadores de coches o porteros de algún edificio.

-Si se me ponen delante los mato de un garrotazo. -

La violencia ajena aveces causa gracia, con mi compañero nos sonreímos y seguimos caminando.

Al doblar la esquina un aire frío me recorrió la espalda y trajo a mi memoria aquellos días en que la violencia era cotidiana.

Todos los coches de la cuadra tenían los parabrisas rotos, un rumor de carreras silenciosas nos pegó contra la pared.

Una turba de treinta o cuarenta niños de un promedio de cinco años venía hacia nosotros, armados con piedras y palos.
Corrían gritando, no les importaba nada, la droga se denunciaba en ellos.

Unos se tiraban dentro de los coches, limpiando todo lo que hubiera de valor, otros invadieron un pequeño almacén tirando a la calle mercaderías y comestibles.

Otro grupo de cinco o seis tenían arrinconada a una estudiante que gritaba abrazada a sus libros tratando de bajar sus faldas mientras los salvajes le arrancaban el reloj, las caravanas y el monedero.

Todo sucedió en treinta segundos que fueron siglos para mí.
Instintivamente apretaba en mi espalda el bolso con los discos y rezaba pidiendo que todo fuera un sueño.
Ninguno de los chicos se fijo siquiera en nosotros.

Cuando doblaron la esquina se sintió la sirena de un coche policial.
Un enorme oficial traía, colgando de los pelos, a un niño que llorando gritaba:

-¡¡ yo no tengo nada que ver, yo no fui, mamá, mamá!!-...

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Martha, la pena es que este relato es una narración de la realidad, lastimosamente...

[Martha Alicia Lombardelli]

¡Hola, Carlos! Muy bueno tu relato.  Es interesante jugar con el terror y el miedo. Me apasiona. Sucede que esas sensaciones te conducen por el sendero de la imaginación, que es tan fertil en imágenes de todo tipo.

Cariños.

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Gianina, gracias por tu comentario, y tu deseo...

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Es una cruel realidad, gracias Silvia por tu comentario.

[SILVIA]

es de temer mas a los pequeños, increiblemente real y doloroso, saludos y gracias por compartir tus letras.

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Nuestra realidad esta enferma,y:

 

"El peor cáncer que aflige a la humanidad es la indiferencia..."

lo dijo Eloy Alfaro en el siglo pasado y lo mataron a machetazos...

[Rafael Merida Cruz-Lascano]

Aprecio tu obra, gracias por compartirla. Nuetra sociedad està podrida, en mi paìs encuentran el torso de una mujer , en otro lado su piernas, y lejos su cabeza.
¿y las autoridades? ¡Bièn, gracias!



Rafael Merida.

[liliana gonzalez]

Que pena vivir estos dias , el miedo nos paraliza, los recuerdos vuelven a nuestra mentey la inseguridad nos acecha.

 muy buen relato!

          mary

[CARLOS EGISTO ANTINORI ASCOY]

RELATO QUE NARRA LA INSEGURIDAD EN LAS CALLES DE LA MAYORÍA DE LOS PAÍSES DE AMÉRICA Y COMO SIEMPRE LOS NIÑOS PAGAN PATO, RELATO REFLEXIVO, QUE LAS AUTORIDADES DEBEN TRENEN EN CUANTE LA LITERATURA CONTRIBUYE A MEJORAR LA SOCIEDAD, SALUDOS

[amir ibn tawfik seeman]

Los relatos cortos, son mensajes a la conciencia. En este caso, un aviso a quienes tienen la obligación de velar por el pueblo, sobre todo la niñez. Hoy son utilizados en las guerras, en las minas, en fabricas, vendedores ambulantes y mafias que los prostituyen. Los niños deben ser cuidados de los traumas que la sociedad indiferente los maltrata. Felicitaciones. Bendiciones. As Salam.