Aquella jornada del viernes dieciseis de agosto del año 2019 se completó con un extraordinario y especial momento cuando la tarde agonizaba. De acuerdo a lo charlado en la víspera con Juan Roque, un soltero entrado en años y pintor de obra, me contacté con él mediante un llamado telefónico realizado desde mi equipo móvil celular al suyo. Su voz sonaba agitada y es que Juan Roque, como yo suelo hacerlo, montado en su bicicleta mountain bike Rodado 29", ingresaba en ese preciso momento al bulevar de acceso a San Justo desde el oeste, tras haber pedaleado más de cincuenta kilómetros.
Yo acababa de realizar mi práctica deportiva en el Club Sanjustino junto a Mariano Jesús, mi amado primógenito (aún es el único), y luego de ello acordé encontrarme con Juan Roque en la casa que comparte con sus dos hermanos. La hermana mayor, con quien Juan Roque tiene grandes dificultades de convivencia, avisó al pintor que alguien requería su presencia. Aún ataviado con el traje deportivo que utilizara en su entrenamiento vespertino, Juan Roque vino a mi encuentro con su clásico andar cansino. Luego del saludo protocolar, solicité me mostrase aquello que era la causa de mi visita a su hogar.
Procedió a retirarla del galpón en que la guardaba, mismo en el que se hallan todas sus herramientas. Se trata de una mountain bike Rodado 26" que Juan Roque adquiriera a José Luis, un joyero y reparador de relojes, en 2006, y éste, a su vez, la compró a Casa ANGELONI, un reconocido comercio de la zona.
No tardamos en acordar el precio y, a poco rato de abonar a Juan Roque en billetes de cien pesos el monto de la compraventa, salí de su casa con una sensación agradable y amplia sonrisa.
Montado en mi mountain bike Rodado 26" negra, tomé con mi mano derecha el stem de mi nueva bicicleta y emprendí el viaje hacia mi domicilio. Mariano Jesús quedó gratamente impactado al verla y eso me dio la certeza de haber comprado algo importante. Por el momento, mi nueva y bella compañera de ruta fue inspiradora de este relato.
P.S.: texto escrito por Hugo Mario Bertoldi Illesca - Argentina - 18 de agosto de 2019.
Comentario
Martha Dora, amiga mía, ¡qué lindo lo que me cuentas! Tuviste un susto con aquella caída con ella, pero, ¡cuánto la habrás disfrutado en tu preciosa infancia! Yo recibí la primera y única que me comprara mi padre para la Navidad de no sé bien qué año, pero, creo que tendría unos ocho o nueve años de edad, pues, no alcanzaba el asiento. Era la clásica bicicleta balón de dama. Mi padre la compró pensando en mi hermanita, mas, luego ella tuvo su bicicleta con bisagra, esa que podía plegarse y portar en el baúl de un automóvil. ¡Qué gran alegría tuve al descubrirla apoyada contra el ropero, justo a un lado de mi cama! Imagino con cuánta suavidad la habría llevado hasta ese sitio para evitar despertarme antes de tiempo. Recuerdo que, al verla, como a las seis de la mañana de un veinticinco de diciembre de 1965/66, no resistí la tentación y salí a pedalear por la vereda y alrededor de la manzana. Era negra con vivos dorados y rojos y tenía frenos a varilla, además de guardapollera.
P.S.: agradezco aportar la frescura de tu comentario que deja un manto de nostalgia sana y maravillosa en este relato que comparto. Abrazonrisas y mis buenos augurios para ti, tu familia y mascotas.
Muy bien Hugo por tu PRECIOSA compra, amo la bicicleta desde que era muy pequeña. RECUERDO LAS PEDALEADAS ENTRE LA ARENA CUANDO ÍBAMOS CON MI MADRE, MAESTRA RURAL, A SU ESCUELA DONDE CURSÉ EL 1R GRADO ( TODOS LOS HIJOS APRENDIMOS A LEER CON ELLA) Era la más chiquita bicicleta que compró mi padre y a la cual debió sacar el asiento y colocar uno chatito de madera para que yo alcanzara los pedales. La última fue la que empleé en el campo para dar una vuelta y vaya que se me enganchó el pantalón en la cadena y me dí un flor de porrazo. Fui a parar al hospital pero las radiografías por suerte, no registraron ningún mal. Sigo amando la bicicleta, la pobre no tuvo la culpa , se olvidó solo de ponerme las pinzas. Que disfrutes tu bici, Abrazo, amigo. MARTHA
Jesús y mamihega, mamihega y Jesús, queridos amigos, es muy reconfortante para mí compartir experiencias tan especiales como lo ha sido esta en la cual llegó a mí una preciosa bicicleta, misma que estoy disfrutando a diario y recorriendo con ella kilómetros llenos de aventuras y emociones que llenan mi Vida y me inspiran a escribir.
P.S.: agradezco acercarse a leer y dejar huellas tan deseables en mis aportes.
Que preciosas memorias,que lindos deportes, precioso relato MIS FELICITACIONES Y MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR AMIGO
Un relato apasionante y esa bicicleta debe ser lo mejor felicidades Hugo.
Elías Antonio, querido amigo, agradezco tu muy valiosa presencia, y especialmente por haber invitado a leer este relato, como puedo ver, a tus amigos de la pantalla grande (¿habrán venido en un vuelo charter? Tal vez mi amigo tiene una casa muy grande y los hospedó a todos por unos pocos dólares... ). Abrazonrisas y buenas ondas.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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