¿VERGUENZA O COBARDÍA?
AUTOR: MIRNA LOPEZ BAEZ
Ricardo era un hombre de unos treinta y tantos años, alto, de ojos café, cabellos castaños claros, de un cuerpo atlético y muy atractivo. Trabaja en una empresa de corretaje de seguros, sin novia pues su trabajo lo absorbe y no se quiere dar tiempo para el amor, siempre lo acompaña una cajetilla de Marlboro y un encendedor de plata, del cual hace siempre alarde, en su puesto de trabajo siempre impecable en su presencia y en su proceder. Una mañana al llegar a su oficina, encuentra un chocolate y una nota que decía: “quisiera besar tus labios dulces, pero prefiero endulzarlos más con este chocolate hasta que olor del cigarrillo pase”. Ricardo miro a su alrededor y no encontró a nadie a quien preguntar. Y destapo el chocolate y lo comió poco a poco pensativo.
Una tarde al llegar a su escritorio, encontró una rosa amarilla, muy hermosa con una nota: “para el hombre que ha robado mi corazón y con el cual quiero encarcelar mi vida”. Al leerla, sintió algo dentro de sí que le atraía. Paso unos días de permiso y al regreso a la hora del almuerzo, va al mismo sitio diario donde van casi todos los compañeros de trabajo y una joven le entrega una cajita, la cual contenía un pañuelo rosa con una nota. “mis lágrimas por tu ausencia están en ese pañuelo, pregúntale cuánto sufro por no tenerte”.
Las notas y los objetos demostraban que era alguien que se había enamorado de él y él en su interior sentía la necesidad de un amor y éste estaba logrando conquistarlo, aún sin saber quién era, ni como era, pero su corazón sentía un cariño muy especial por esa persona que en silencio lo amaba. Fueron transcurriendo los días y las semanas, cada detalle, cada mensaje lo fue enamorando más y más, pero sentía que la impotencia lo estaba consumiendo pues esta persona conocía su alma, su interior, mientras él no sabía de quien se había enamorado. Sus noches solitarias se convertían en angustia, sus días desde el amanecer era un desespero por llegar a su trabajo y encontrar las notas y objetos de esa persona que lo amaba. “Eres el hombre que busque por el universo y cuando ya creía que jamás te encontraría llegaste como agua de vida”. “Tus ojos son los luceros que alumbra mi alma cuando me miras y tu voz es el susurro que acaricia mi ser cuando me hablas”, “Las noches en mi cama son inmensas porque no estas a mi lado y mi cuerpo se retuerce del dolor con el vacío de tu cuerpo”, “Mis manos, son tus manos imaginarias que consumen este amor desbocado que cada se hace más inmenso por ti”, “Amor mío, te entregaría mi vida si con ella eres feliz”.
Ricardo sentía una pasión y un amor loco por la persona de las notas y un día deja una nota en su escritorio al momento de partir a su casa: “Quiero conocerte, porque sin conocerte te amo, te deseo y quiero hacer realidad este amor que llevamos los dos”. La nota fue leída y en su lugar quedó otra en donde había una dirección y Ricardo con alegría y suspenso a la vez la toma y guarda pues ese día a las seis de la tarde conocería a ese ser que lo había enamorado. Su corazón palpitaba y su piel sentía el calor de la pasión que jamás había sentido por alguien.
Las seis de la tarde… un edificio de lujo, un portero que pregunta a dónde va e indica el camino a los ascensores. Ricardo sube y su corazón palpitante parece salirse del pecho, siente sus latidos fuertemente en sus oídos. Camina. Llega al apartamento indicado, mira la nota, alza la mano para tocar el timbre pero ve que la puerta esta entreabierta, la empuja, observa una decoración exquisita de muy buen gusto, unas rosas amarillas en un jarrón grande, acompañadas de lirios que perfuman la sala, un sofá de cuero negro con dos butacas iguales, en la mesa una escultura delicada y de buen gusto, al lado dos copas de vino blanco, uvas y quesos en una fuente, las cortinas blancas hasta el piso dejan ver una figura detrás de ellas en el balcón. Ricardo no habla, se acerca lentamente, la incertidumbre lo consume, el deseo lo está enloqueciendo y el amor enternece un poco a la fiera que quiere devorar su presa. Llega hasta el balcón y desliza la cortina suavemente y la persona tan esperada se voltea suavemente dejándose ver por fin.
Ricardo, abre los ojos despavoridos, un grito en su interior se ahoga y quiere salir corriendo, pero algo dentro de sí no se lo permite y pregunta ¿tú?.
_ Sí, yo. Es que acaso no tengo derecho a amarte?, es acaso mandamos en nuestros corazones?. Te he amado en silencio desde que te conocí hasta que tuve la valentía de hacértelo saber, y sé que tú también me amas, ¿por qué entonces negarnos este derecho?.
Se acerca a Ricardo toma suavemente su rostro y lo besa. Lo besa con ternura y pasión, entregando en ese beso su alma, su amor, Ricardo responde al beso y caricias, sus manos recorren sus cuerpos, poco a poco las ropas van cayendo por la sala, dejando en cada una un trazo de pasión y locura, se besan cada milímetro de sus cuerpos, sus deseos se van convirtiendo casi en salvajes pero envueltos en una ternura, se aman y se entregan el uno al otro, sin pensar más que su amor, sin pensar en más nadie, no existe más mundo que el de los dos.
Ricardo llega a su casa, aun envuelto en las sensaciones más divinas que hombre alguno hubiera vivido y al llegar a su trabajo encuentra una rosa roja con una nota que decía: “Hoy es roja como la pasión y el amor que sentimos, amor mío te amo, te amo como nunca antes ame a un hombre, quiero amarte cada día de mi existir y si existe vida después de la muerte también allí te amare. Besos. Te amo”
A la hora del almuerzo en el restaurant de siempre, llegan dos homosexuales y se toman de la mano y almuerzan como una pareja normal. Los compañeros de Ricardo comienzan a criticar el amor entre hombres y a despreciarlos, Ricardo aboga por ellos pero es víctima de sus compañeros. Con una sonrisa casi obligada se retira del restaurant.
A los pocos días en horas de la mañana, se reúnen los trabajadores de la empresa, con caras tristes y mil preguntas sin responder ante un féretro que pronto cubrirá la tierra, las lágrimas y palabras de condolencia se oyen por doquier y una rosa amarilla es depositada sobre el ataúd y Manuel su asistente le dice en voz muy baja “¿Por qué lo hiciste?, yo te amaba y tú a mí. Espérame en el cielo porque allá también te amare”.
Comentario
lindo cuento de corazón y pensamiento
Interesante historia que mezcla el amor, la mentira y la reflexión un gusto pasar por tus letras.
Robert
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL