VIÑETA SOBRE UN SIMPLE ABRAZO

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

AQUEL ABRAZO

Aquel abrazo aun no se apaga. Todavía enciende todo el cuerpo.Se queda y no se va, permanece terco clavo hondo en la madera. Y yo no sé si quiero que se quede el fantasma de ese abrazo o que se vaya. Sé que el abrazo fue amistoso, amistoso para ella, que me lo dio con sabor de inocencia y se fue tan tranquila. Mientras sigo paralizado, sudando, lloviendo por  aquel abrazo suyo que no me suelta, y cómo, si me agarró desprevenido y fue entonces luz y sol ardiente, y al fin entendiendo porque miraba en lo profundo de sus ojos cuando hablaba - inclinado en el borde de esas claraboyas - como buscándome sin saberlo. ¿Sin saberlo? No sé si lo ignoraba, pero aquel abrazo me dejó alucinando más allá de la curva. ¿Cuánto vale su abrazo?, ese que se metió por mis poros: ¿Vale un suspiro? ¿Un rechinar de dientes? ¿La noche en vela y su imagen? ¿Esta fiebre loca? ¿Un dolor como de muela en todas partes y en ninguna?. ¿Y qué es este dolor que les digo? ¡Psss! Ustedes lo saben, ese dolor que me muerde, es su abrazo.