Viernes de Bohemia 17 de junio del 2011

[DR.RANSES BENJAMIN DIAZ BELLIARD]

‘’Silencio, nadie a mi dolor responde. Tus labios callan y tu voz se esconde. A quién decir lo que mi pecho siente. (Nicolás Guillén) ’’ Hoy el Viejo Rey de Crinejas Doradas se ha despertado algo perezoso. Aun no se ha despojado de su pijama. Está algo aletargado; pero, sé que no nos hará esperar para mostrarnos todo el esplendor de su reluciente cabellera dorada, que por estos días se ha tornado calcinante. Santo Domingo es una tierra extraña, tan exigua, tan pequeña, y con tanta ganas de en todo ser grande. Porque así somos en esta isla, grandes en todo. Si hemos de ser pobres, que tengamos la nación más pobre del hemisferio: Haití. Si hemos de tener la ciudad más llena de basuras y hoyos: Santo Domingo grita por su corona. Si se busca adonde no se respetan ni leyes ni instituciones, desde la época del Gran Almirante, ¡epa! No desespere más, aquí está la cuna. Donde todos claman por lo que dicen desear pero quieren que nunca llegue, no camine más, venga únase al coro. Donde se penaliza el robo domestico de energía pero no los apagones financieros, ¡jeje! ¿Ustedes que creen? Cáiganse por aquí. Somos tan extremos que hasta conocí a un mecánico que se tomaba dos ampicilina de 500mm, cuando iba a darse su escapaditas extramaritales, para que no se le ’’pegara’’ el SIDA. Aaah, se me olvidaba. Fuimos el primer país de este vecindario, llamado planeta tierra, que pusimos a pagar al pueblo las deudas contraída por los ricos con los acreedores extranjeros y; que le dimos al mundo la receta para salir de la crisis de los bancos, permitiéndoles a los banqueros y a corruptos mantener sus fortunas, porque al final todo lo debe pagar el pueblo. ¿Qué chulo no?

 

Pero, también le dimos al mundo y a los cielos a Papá Liborio. Un mesías que vino ha hacer lo que le faltó a Dios, nuestro Señor, por lo menos así cree los liboristas: vino a hacernos iguales. Liborio Mateo Ledemas nació en el sur, en la Maguana en 1876, allá en San Juan, la tierra del chenchén con chivo, los brujos y de las habichuelas. La tierra del Yaque del Sur, dragón de hídrica musculatura, que riega y baña todo el sur. Que cuando ruge o brama, ¡Que sé yo! tengo cero en tragonerías, su cristalino aliento barre con todo lo que le haga resistencia. Pues del valle de San Juan era curandero.  El era un hombre más entre los desheredados de la tierra. Un simple jornalero. Un hosco hombre, de esos mismos que pare el pueblo. Que no sabía leer, tan solo sabia de cosas del suelo. Que se puso malo, que enfermó y se lo llevaron unos monteros. Su mujer y su familia lo dieron por muerto. Y así fue, murió Liborio Mateo Ledesma, en una loma de San Juan de la Maguana quedó bien muerto. Si no fuera porque al tercer o al octavo día, sus hijos no se ponen de acuerdo, se apareció uno igualito a aquel, pero hablando como perico, y sanaciones haciendo, a cojos, ciegos, hechizados y parapléjicos. Volvió como Papá Liborio, quien no cobraba por su ciencia. Sanaba a campesinos y a los terratenientes, sanaba a gente del pueblo, y hasta a los animales. Fue mesías Papá Liborio, que andaba hasta con sus apóstoles, predicando del espiritusanto, resucitando hasta las mulas, sanando sin aceptar nunca un pago.

 

Pero tanbien cogió las armas en contra y en favor de gobiernos, en contra de extranjeros que vinieron a despojar a los pobres de sus tierras. El era tributario de Caonabo, Hatuey, de Guaroa, Anacaona, Enriquillo y Lemba. Por eso cogió las armas en la revolución de 1912 y cuando en 1916 por aquí llegaron los Yanquis. Y durante 7 años, fue su sombra más amarga, pues Papá Liborio a los gringos les espantaba hasta en los sueños. Hasta que en el mismo averno, se le abrió a Papa Liborio, por la Cueva del Infierno. No quiso comer Papá Liborio. Dijo antes de partir: ya no estoy en este mundo. Y el plomo con saña se arrojó contra su pecho. Los gringos, que nunca cambia, en parigüela lo pasearon por el pueblo. Y como aquel Mesías, su cuerpo al otro día desapareció. Para unos, que se lo llevaron unos amigos de santiago, que vinieron para llevárselo; para otros, se lo robaron los Gringos. Pero de tiempo en tiempo a sus hijos, se le aparecen unos mensajeros, diciéndoles a cada unos: alégrense que Papá Liborio les mandó a decir que él no está muerto. El sigue sanando aun. El sigue viviendo en novenas, en convites y en fiestas del espiritusanto,en fiestas de palo y en las de San Juan y en las de la Virgen María. Vive Papá Liborio en todo el sur, velando por los campesinos que sufren, por los que son oprimidos.   ‘’Dicen que Liborio ha muerto. Liborio no ha muerto ná, Lo que pasa es que Liborio a los yanki no le come pendejá. ’’

 

Bueno, mis queridos Tainos Locos Bohemios, y en eso de parir políticos malos, ¡ay mi mai’! ¡junn! Mejor ni les cuento. ¡Ja! Abur.

 

Cae esta lluvia, cae

Y de parar no sé cuando

En ella la vida trae

Y la muerte con ella viene andando

 

Cae, y florecen los arrozales

La yuca, el maíz y el ñame

Cae, y hay inundación en los arrabales

En Los barrios, y en los tugurios solo derrame

 

Cae esta lluvia como lagrimas mansas

Como un niño implorando a Dios

Cae, que a cualquiera cansas

Cuando arremetes con que nuevos brios.

 

Cae

‘’Cae’’

¿Cae?

¡¡¡Cajaro!!” Caeeeee. Ransés 11:16 a. m. 17 de junio del 2011