Soy trigo recién plantado
que algún día morirá,
para volver transformado
en rubia espiga de pan.
Soy brisa que mece tu alma
luego de la tempestad.
Y soy la tormenta brava
que puede hacerte temblar.
Pero todo es por amor.
No te asustes vida mía.
Yo también tuve dolor
hasta encontrarte aquél día.
Oj Alá que sean buenos
los días que nos esperan.
Y largas noches de sueños.
Y muchas las que nos quedan.
Somos dos sobrevivientes.
Dos botellas en el Mar.
Dos seres que ahora sienten
y que tienen sed de amar.
Despeñaderos, Paravachasca, el 9/4/17/
Ricardo Arregui Gnatiuk
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Sublimes y bello poema que con gran melosidad guste de su lectura, gracias Ricardo por este aporte tan valiosos
Felicitaciones Alicia.
¡Gracias por la inconmensurable melosidad de tu gentil comentario hacia mis simples cosas! Dios te bendiga.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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