Románticos deseos

[mamihega]

    ROMÁNTICOS DESEOS

Dos  años  han pasado de aquella  agotadora mudanza. Desde ese día no podía suprimir de su mente la imagen de su joven  vecino Ignacio acercándose con el torso desnudo a ayudarla con el ultimo sillón de madera que sola no podía entrar.  Alessandra había sido ascendida en su trabajo. Con sólo 26 años tenía una vida hermosa y era muy dinámica.

               Cada día, al desayunar se llenaban sus ojos observando a través de la ventana a Ignacio que salía bien vestido hacia el trabajo. Entonces le volvía el  recuerdo de él tan atractivo y sin camisa ayudándola. Con el recuerdo,  su respiración se aceleraba, pero se concentraba  en la imagen de sus ojos de color  zafiro y la ternura le invadía.

               Con su tímida manera de relacionarse con los demás no estaba dispuesta a buscarlo y contarle lo que le pasaba hacia él, pero sabía que debía hacerlo si quería cambiar algo de lo que le sucedía. Llevaba dos años alimentando unos sentimientos encontrados hacia él, que tenían su mente confundida. Noches enteras dedicadas a él, llenas de suspiros de placer explorando su cuerpo con sus manos con el recuerdo de Ignacio. Horas y horas le ocupaban mirándolo por la ventana, plena de deseos de abrazarlo y besarle.

                Un jueves de primavera, cuando el crepúsculo era una realidad, Alessandra apretándose las manos sudadas por los nervios y llena  de vergüenza,  toco la puerta de la casa de  Ignacio. Una voz por la ventana respondió:

               – ¿Quién es? ¿Qué quiere?

               Era Ignacio sacando medio cuerpo por la ventana con el torso desnudo. Alessandra respiro profundo y le hizo una petición tartamudeando nerviosa:

               –Soy Alessandra, tu vecina. –Respiró profundamente y continuó sacando valor de lo dentro de sí misma–. Tengo un problema en mi casa.  ¿Podrías ayudarme?

               Sin dudarlo salto por la ventana y sin decir nada la acompañó.  Al entrar, lo miro y casi sin pensarlo cerró la puerta, se acercó a él, sujeto su cara con las dos manos y  lo besó. Ignacio reacciono de inmediato, respondiendo al beso abriendo la boca y su lengua fue la protagonista. La sujetó por la fina cintura con fuerza y continuaron unos minutos más besándose. Y lo hicieron  cada vez más apasionadamente. Ignacio empezó a bajar por su cuello y sin perder tiempo Alessandra, plena de deseo y con su cuerpo estremeciéndose por tener en sus manos el torso desnudo con el que tantas noches anhelo y soñó, tenía bien claro todo lo que quería hacer con él en ese momento.

               Su fantasía de amarlo y tener sexo en aquel sillón de madera que fue por lo que  lo conoció, agarró su mano y sin parar de besarse ambos,  lo llevo al comedor donde el sillón se encontraba. Recostada sobre él y  tomando la iniciativa en todo momento, e impulsadas por sus deseos más fervientes, empezó a recorrer con la punta de su lengua el torso de Ignacio,  el cual  se estremecía por completo mientras sus manos desprendían el pantalón.

               Alessandra, excitada lo empezó a besar de punta a punta y después lamió todo aquello de él que tantas veces había soñado con poder hacerlo. Como si el tiempo se hubiera detenido, le fue sacando mil gemidos. Los ojos de ambos se perdían de placer, las manos de Ignacio por debajo de la falda jugaban con las partes íntimas de ella notando las crecientes humedades, hasta que sintieron ambos como los fluentes productos propios del sexo cubrían las partes de Alessandra y el jadeo intenso comenzó a influirle y totalmente extasiada y superada por la fogosidad mutua empezó a decirle todas las veces que se acarició  por él. La verborrea del amor y el sexo, le hizo decir  todo lo que se imaginó, más todo lo que lo deseaba, lo que excitó aún más a Ignacio Y le llevo a aumentar la intensidad de la penetración, y en escaso tiempo, casi al unísono, los orgasmos de ambos se fundieron casi en el mismo instante.

               Quedaron traspuestos,  abrazados y sudados cara a cara, mirándose a los ojos en una prolongación del placer secundario a la mayor caricia que se conoce. Mientras se miraban y se recuperaban lentamente sin apartar la mira de uno hacia el otro. Las respiraciones, sonoras unos momentos antes se fueran tranquilizando mientras  y volvían a la normalidad.

               Ella, recuperada, reinició su sarta de comentarios abriendo su corazón y diciéndole todo lo que había  sentía  hacia él, Ignacio no pudo contenerse más.

               –Alessandra. Yo también te amo desde que te conocí. Te deseo. Y te observaba detrás de tu ventana cuando salía al trabajo e igual al volver. Mi pasión me llevaba hacia ti,  pero no me atrevía ni siquiera a pedirte salir, pues mi timidez no me lo permitía.

• Cariño mío. Un solo gesto tuyo habría sido suficiente para unirnos en el amor eterno.

               –Quiero estar contigo, lo deseo, lo necesito y además te adelanto que soy muy buen cocinero y me gusta, por lo que me ocuparé de esto y de lo que tú quieras…

               Alessandra lo miró con ternura,  lo besó varias veces en la frente antes de indicar:

               –Te amo mi amor. Esta noche, por fin, ambos dormiremos  juntos y abrazados,  ya no necesitare dibujarte más en mi cuerpo con las manos.

                                                                                                  FIN

                                                                          

[Trina Mercedes Lee de Hidalgo]

Guauuu, tremendo y apasionado cuento que atrapa desde principio al fin, con un bello y feliz final. Felicitaciones. Encantada de leerte.

[mamihega]

Gracias por tus palabras, eres muy generosa, me alegras enormemente, mis cariños y respetos a ti. 

[maria]

MMMMM. EXCELENTE ESCRITO LLENO DE SENTIMIENTO,

COMO UN RAMILLETE DE AMOR, ME ENCANTO LEERTE AMIGA ...

[mamihega]

María linda, que generosa eres, gracias me hace bien que sea de tu agrado linda mía, cariñitos y besos, tu presencia da alegría. 

[Elias Antonio Almada]

[mamihega]

GRACIAS MI LINDO, ATENTO Y AMABLE MODERADORRRRR BESOS MUCHOOOSS

[MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI]

¡CARAMBA! ESTE ES UN RELATO SUMAMENTE ERÓTICO. Y ESTÁ MUY BIEN REDACTADO.

UN ABRAZO.

[mamihega]

¡Oh! gracias querida directora, es un honor tenerla aquí, haber sido leída por ti, y que sea de su agrado. Muy agradecida. Besos y cariños.

[hugo]

¡Aijuna con Alessandra

y esa gran humedad suya...

me da dos opciones: que huya...

o me ponga una escafandra!

Mejor ser cual salamandra,

bicho anfibio y vertebrado

que andaría sin más cuidado

por humedales como esos...

¡Ya sé, piensas que mis sesos

por el calor, se han quemado!

P.S.: Confío en que mi humor sea divertido para vuestro gusto, amiga mía. Al relato de amor, más allá de algunos deslices ortográficos, lo hallé precioso y de buena factura. ABRAZO ENORME Y MIS FELICITACIONES, AMIGA QUERIDA. 

[mamihega]

Aaay... mi querido genuino y ocurrente como ninguno, con tus observaciones aprendo, lo revise muchas veces y sigo encontrando cositas. Gracias me he reído mucho tu humor es único muy especial y yo si lo comprendo.... Cariños para ti y besitos para tu mamita hermosa inspiración de nuestra obra de teatro en curso... Graciassssss por tu apoyo en mis ñetras te quiero mucho y me hace felíz tenerte. Para ti nada y para tu mami estas flores jaja

[hugo]

Ya sé que "no me da nada"

y yo igualmente la quiero;

es que la pienso y prefiero

jugosa como empanada;

ya noté que, más mimada

la tengo, más me provoca,

y es que Usted es medio... foca...

digo, pues, justa del juego...

¡mejor me iré, vuelvo luego

y hallaré lo que me toca!

[mamihega]

Como medio foca jaja, usted sabe que lo respeto y quiero aunque sea ocurrente, bohemio, medio loquito bueno, correcto y terco jaj... las cosas que me hace responder por sus versos. Ya no me mima ni un mensaje me manda para charlar pero no importa... le mando este regalito pa que no se enoje y no me diga foca jaja