LA CENA DE NAVIDAD

[Rafael Merida Cruz-Lascano]

 Cuento Navideño

Impregnado en mi memoria, está el recuerdo de cuando joven me dirigía a casa (con las manos dentro de los bolsillos) después de alguna diligencia. iba bien abrigado a causa de la baja temperatura, que hacía temblar mis labios. No podré olvidar el regocijo que me causó divisar que a lo lejos venía mi padre, que sabiendo del frío venía a mi encuentro con una chamarra más. Acompañados recorrimos aun las varias cuadras que faltaba para llegar a casa, y debo de ser sincero. Sentí más alivio con el abrazo de mi padre que con la prenda de lana con que me abrigó.

Durante ese breve recorrido, se escuchaba el bullicio de los hogares con la música navideña en alto, pero lo que me llamo la atención que algunos transeúntes dejaban divisar en su rostro la melancolía  de no tener la capacidad económica para tanto gasto que genera la festividad, una señora, aun joven, llevaba tres niños solamente cubierto con sus prendad de verano. Ellos iban contentos tarareando…

Noche de Paz, Noche de amor

Todo duerme al derredor  

la inocente alegría de los niños, me causó tristeza, que se contradecía cuando al par pasaba una pareja contentos con sus bolsas de regalos. En la esquina, antes de llegar a casa , estaba acurrucada, envuelta solamente es sus brazos que no alcanzaban a cubrir todos sus harapos, una señora mendigante. Mi padre le dejó unas monedas  y nos dirigimos a ingresar a nuestra vivienda.    

Esa era una tarde gris, pero aun no entraba la noche, a lo lejos venía un grupito  de niños, con una posada, posiblemente la última pues ya era el 24 de diciembre, pero se escuchaba:  

En nombre del cie e e eelo 

os pido posa aada, 

pues no  pue…do 

andarrraar  mi esposa amada. Anaadaada   

¡Y luego otras voces, respondía!

Aquí no es mesón 

sigan adelante, 

yo no puedo abrir 

no sea algún tunante.

 

Llegamos a casa, mi padre a la vez que ponía el llavín en la cerradura, entonaba un silbido familiar para informar que estábamos entrando…  Fiiioouuu  fu fi, fiuuuu  yuuu fuuu. “Que delicia sentir el calor del hogar” El aire calientito reconfortaba, los aromas por los preparativos nos llenaban de embeleso, el bullicio de las charlas se sentía como música.

Mi madre no se desprendía de la cocina, a la vez que revisaba la sazón del algún platillo le dice a mi padre; “Rafa, ve que el arbolito este seguro y si ya terminaros de colocarle todas las luces” / Prepárame la mesa que llevaré las ollas para allí arreglar los platos./  Ayúdame a cortar las frutas para el ponche /  En diez minutos hay que sacar el pan del horno.  

La mayor de mis hermanas, aun se encontrabas colocando adornos en el  arbolito, los había de todo tamaño y de todo color, pero no  tenían ángeles para decorar sus ranas. Otro de mis hermanos colgaba los calcetines vacíos, seguros que pronto vendría Santa Claus. Sobre las camas. No bien había salido  cuando ya mi padre ingresaba con una bolsa grande para llenar esos calcetines con regalitos y dulces.  

Yo terminé de colocar todas las luces del balcón, cuando vi que mi madre presurosamente regresaba de la calle con una cazuela vacía y un rostro que reflejaba una grande satisfacción.  Cuando pregunté a mamá de su salida, ella me  contestó que después de cenar lo comprendería, que todavía era un muy joven para comprender ciertos actos", pues había visitado  a un ángel, pero no a cualquier ángel sino que  al Ángel de la Caridad. (( ”Le había llevado, una ropa y  el primer plato –preparado- a la señora menesterosa de la esquina”)) Ella sonrió y se retiro a continuar con sus actividades.  

Se cierra la noche: Se han encendido todas las luces de la casa,  nos reunimos en la sala e iniciamos el Santo Rosario (la novena finalizó ayer) cuarenta y cinco minutos de oración con toda la familia unida y aun faltan quince minutos para las doce, Mi padre pone un disco de navidad y mi madre ya esta sentada en la cabecera de la mesa, y picando una que otra uva, mientras hace pequeños arreglos en la suculenta cena pues después de descubrir al Niño Jesús, degustaremos esos manjares. Los minutos también tienen prisa y corren para llegar a que sean  las doce.

SUENA EL TIMBRE. Salgo a prisa para ver quién es. Y es la señora menesterosa que pregunta por mi madre, ella que ya venía hacia la puerta la recibe y la señora le entrega muy alegre una tarjeta y dándole las gracias por el platillo le dice que ese es su regalo pero que lo abra durante la cena… y se va. La cuetearía con grande estruendo nos lleva a darnos el abrazo para después de pasar por el  pesebre nos dirigimos a la mesa, Mi madre de pié pide que cerremos los ojos para dar la Bendición a los alimentos. Escuchamos la oración … y todos con curiosidad le pedimos que nos muestra la tarjeta que viene envuelta en papel de periódico.

Ella haciendo bromas lo desenvuelve pausadamente y al leerla se ilumina su rostro. y a todos indica que la tarjeta dice: Me regalaste mi mejor navidad, YO TE REGALO EL ANGEL DE LA FELICIDAD. A la señora que mendigaba nunca se le volvió a ver: Y desde esa fecha, gracias a la caridad de mi madre,  siempre hemos sido felices.     Letra del villancico A las 12 de la noche     A las doce de la noche, todos los gallos cantaron, y en su canto anunciaron, que el Niño Jesús nació. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo. Señora doña María,  aquí le traigo unas peras, aunque no están muy maduras,  cocidas están muy buenas. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo. A las doce de la noche, un gallo me despertó, con su canto tan alegre, diciendo Cristo nació. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo. Ay sí, ay no, al Niño lo quiero yo.

En el portal de Belén, hacen lumbre los pastores, para calentar al Niño, que ha nacido entre las flores.   https://youtu.be/CwGDyRrDZys .

Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano OFS

“Hombre de Maíz 2009”

Guatemala, C. A.

Premio mundial a la Trayectoria, SELAE 2011.

Sociedad de Escritores Latinoamericanos y Europeos. Italia.

[Jesus Quintana Aguilarte]

Muy bello relato mi estimado Rafael gracias por compartirlo.

[mamihega]

Hermoso cuento que describe una noche navideña entre las distintas realidades de las personas y el espíritu de solidaridad  presente en las acciones, muy bello maestro un gusto leerlo. 

[mamihega]

[Robert Allen Goodrich Valderrama]

Maravilloso