LOS PLATOS DE OSCAR SAMBRANO URDANETA

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	Los platos de Oscar Sambrano Urdaneta  Rubén Osorio Canales y su Gastronomía Política  Publicado el 15.06.2011 11:53 Por Rubén Osorio Canales

 

Como suele suceder la muerte de un amigo es un golpe profundo. Te deja un vacío sin fondo que tienes  que rellenar de inmediato con la memoria. En el  caso de la muerte de Oscar Sambrano Urdaneta el  golpe es doble porque además de haber sido amigo insigne,  fue un Maestro. Fueron más de cuarenta años de diálogo, de encuentros, de compartir tiempo y circunstancias  de diversa intensidad, unas veces en funciones públicas, otras más gratas en la tertulia literaria y otras de goloso esparcimiento en torno a un fogón.

 

Si algo admiré  siempre en Oscar fue su culto a la amistad, su manera de ser tenaz en sus propósitos, su persistencia en desentrañar los misterios del arte y en especial del hecho literario. Durante años, desde su columna critica en El Nacional, se convirtió en un guardián y un promotor de los escritores, tanto de aquellos ya llenos de reconocimientos, como de aquellos que comenzaban a dar sus primeros pasos, a quienes, por cierto,  seguía con especial desvelo

 

Un día en el que quien esto escribe,  andaba filmando un corto publicitario para un detergente,   nos conseguimos en un ascensor. Al verme con una cámara en la mano, unos cables que colgaban de mi hombro, y una ponchera de luces,   me preguntó a manera de saludo: “y qué hace un poeta con ese aparatoso  instrumental” y al enterarse de qué se trataba el asunto me dijo: “que eso no te haga olvidar  la poesía”. (Pocas semanas antes había escrito un artículo muy generoso sobre mi libro La Vida Por Los Pies). Renglón seguido me invitó a una tertulia esa misma noche en El Gusano de Luz. De allí en adelante nuestros encuentros fueron habituales y con ello el cultivo de una amistad plena.

 

De Oscar  recibí largas muestras de generosidad que salían de su humildad casi franciscana. Nunca le escuché un despropósito, nunca una crítica destructiva, nunca un trato desdeñoso,  me complacía su manera de analizar un libro, un cuento, un ensayo o un poema. En ese hecho estaba viva su naturaleza, su esencia de cultor de un género con su alta dosis de enseñanza y con una tan grande capacidad de tolerancia por el juicio del otro, que lo hicieron a mí vista un hombre muy especial. Tuvo siempre el  don  de comunicar entusiasmo y todos sus ensayos estuvieron cargados de esa fecunda energía. Sus trabajos,  sobre Andrés Bello, Cecilio Acosta, Julio Garmendia, sus trabajos sobre la poesía venezolana,   no solo tocaron  la excelencia, sino que han servido para inspirar a las nuevas generaciones a estudiar y detenerse en textos que la carrera sin freno de las modas literarias de estos tiempos, han pretendido condenar al olvido.

 

Este hombre tan fecundo había llegado de ese  bosque manso que llamamos Boconó y de allá se trajo la densidad, la fuerza, la energía  que ese paisaje da, y con ellas la paciencia que se requiere para internarse en  el ramaje  y ser parte de el.  Es posible que en eso resida la manera como condujo su vida en medio de la fecundidad, la alegría y una   transparente y solemne sencillez.  Su camino fue largo  y denso como tiene que ser la vida cuando se le honra. A Yolanda mi afecto de siempre. Paz a sus restos y culto a su memoria.

 

EL PLATO

 

Recuerdo  muchos momentos golosos en torno a un fogón  acompañados por estómagos pantagruélicos como el de Horacio Venegas, Manuel Alfredo Rodríguez,  y otros Gargantúas, pero hoy les dejo un momento muy especial cuando en compañía de su hermana Mirian de Urosa, fundadora del Ateneo de Boconó nos comimos, rodeados de una serie de tapices maravillosos bajo el titulo general Jardines de Venezuela, la famosa SOPA RELLENA  plato emblemático de su pueblo natal que él hacía con singular maestría.

 

Aquí va la receta de Oscar publicada en el libro Diez menú bien pensados  que Monte Avila debería reeditar.

 

1. Se frotan las pechugas con limón y se lavan bien. Se colocan en una olla en la cual se añadirán 12 tazas de agua, medio pimentón, la cebolla, zanahoria, un ajo porro, dos ramas de celeri y una cucharadita de sal. Se hierve todo hasta que las pechugas ablanden. Se separan las pechugas, se desmenuzan y se guardan. Se cuela el consomé y se aparta.

 

2. Se prepara un guiso mediante el siguiente procedimiento: Se cortan en trozos menudos y se sofríen luego, seis tomates, un pimentón, tres cebollines y un ajo porro. Después de cinco minutos de cocción se les añade una taza de agua, el medio frasco de onoto, y se dejan en el fuego hasta que hiervan y se sequen un poco. Luego se licuan y se les agrega el concentrado de tomate, la salsa de tomate, la salsa inglesa, media cucharadita de sal y una taza de vino blanco. Se aparta.

 

3. En una taza de agua se colocan las hojas de orégano y de cilantro finamente picadas, la pimienta negra y media cucharadita de sal. Esta preparación se mezcla en un envase con un litro de leche y en ella se van a remojar las rebanadas de pan.

 

4. En un molde refractario untado con mantequilla, se coloca una tanda de rebanadas de pan remojadas como se indica en la fase tres y se las cubre con guiso. Sobre éste se colocan aceitunas, alcaparras, rodajas de huevo salcochado, pechugas desmenuzadas, trocitos de jamón, y abundante queso parmesano rallado. Se repite esta misma operación hasta completar 2 tandas. Se termina la tercera tanda con pan remojado cubierto completamente sólo por queso parmesano. Se le vierten dos tazas de consomé.

 

Esta preparación se lleva al horno durante 30 minutos a una temperatura de 250ºF.

 

Se sirve caliente y se le añade a cada plato media taza de consomé. Acompañante: LA SOPA RELLENA, por ser un plato muy completo, se sirve solo. Se sugiere acompañarlo con vino blanco seco y muy frío.

 

 

Rubén Osorio Canales 
Poeta y periodista 
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[amir ibn tawfik seeman]

Un fiel homenaje a un amigo. El cuerpo esta en los surcos de la tierra. El espíritu trajina los mismos lugares. Bendiciones afectuosas. As Salam

[Federico Landaeta]

Luego de una breve biografia de un ser prolifico en las letras, Oscar Sambrano Urdaneta, donde se hace referencia a su vasta obra literaria, nos encontramos con una estupenda, completa, detallada y concisa descripción de una estupenda SOPA RELLENA que los amigos de "estómagos pantagruélicos" disfrutarán hasta el último bocado... lástima que a mí no me cuadre, porque soy vegetariano... y ademas mi estómago no coincide con la definición estomacal antes descrita...

Bendiciones incesantes

[Carmen]

LA ADMIRACIÓN QUE TE PRODUCE ES EVIDENTE, SIEMPRE SERÁ UN SER ADMIRABLE EN TU RECUERDO Y POR LO QUE EXPLICAS NO ME EXTRAÑA DADO QUE SU GRAN CUALIDAD ERA SER HUMANO.

DESPUES HE LEIDO CON ATENCION LA RECETA Y PUEDE SER QUE UN DIA ME ATREVA A HACERLA

GRACIAS Y FELIZ DIA

ABRAZOS

[Antonio Oxté]

 Gratísimo reencuentro gastronómico, esta receta reconforta  al leer la forma de obtenerla y  sólo con amor puede servirse e degustarla en unión de amigos.

Además las memorias de un ser como el poeta Oscar Sambrano a quien estoy aprendiendo a ser su amigo, lo  saboreo a través de la muestra de un gran amigo como tú estimado Rubén Osorio. Felicidades y agradecimientos mil.