HIROSHIMA
La infinitud, mon amour
I
Agosto en Hiroshima es siempre el mismo día, la misma hora.
Allí cada ejemplar de la especie humana dice ¡NO!
Y detiene el mundo a pensar.
II
El hombre se aparta de la mentira para tapar la luz que no cesa ni pierde memoria,
fuerza incandescente que le zanjó muy hondo la vida .
¿A quién no duele esa tranquilidad que siente Hiroshima en su dolor ?
“Que jamás vuelva a ocurrir semejante barbarie”
Fue un grito de Mi País que no deja de ser Isla solidaria
/a su manera/
Ella nos sostiene unidos pensando en los héroes
que dieron un estrechón de sangre por la historia
abriendo el interior y más adentro del alma
para enseñar escaras del tiempo que añora
savia en la resplandeciente floresta de los senderos
que van hacia la vida, para rehacer la vida de Hiroshima.
III
La paz construye vergüenza ante ojos que aún vivos
pueden decirnos cómo vieron almas desaparecer.
Sus cuerpos esfumarse en un zoom fluorescente.
Oídos que escucharon sonidos inolvidables in-tempore eterno.
Corazones que vibraron con el miedo abstracto del holocausto in sito.
Aún no se como han podido vivir la temperatura del sol en La Plaza de la Paz
vivir con la elegancia de saber que pueden rehacerlo todo
que han vivido en las vísperas del nuevo amanecer- haciéndolo de nuevo-.
Que grande el sufrimiento en su carne sin culpar a los que no estuvieron ,
Simplemente se fueron, por ir después prendidos en el suspiro
de un niño perdido entre los hierros incandescentes,
retorcidos en amalgama de temores al acecho de los desperdicios.
Seres detenidos en el valor humano de la trayectoria solemne
que se borra con el silencio esfumado en un chasquido
/clic/
que dura mil años haciendo ecos interminables
como para llenar los huecos de ese final
donde siempre hay personas despiertas
provistas (armadas)de la modorra contemporánea.
IV
La humanidad invisible se suma un instante al hombre-Hiroshima
dueño del horror que no debió sentir su tierra .
Con él , estarán sembradas las voces del indio y el pampero.
Negro , corto y largo ,en el seno de la mujer prolija ,
en las ondas del lago del río y el mar,
todos abanderados en el sendero de los sentimientos.
Otros, no tendrán que velar el valor final que se da a la vida,
los sedientos de fe responderemos por ese futuro.
Ahí es donde suelen pedir un tanto más los prevenidos de la historia
para hacer la impresión de vivir sobre cualquier precio.
La condición para reconocernos ha de humanar la soledad,
la gloria ha de subir la paz al sentido de los santuarios del alba .
A quién duele la Hiroshima fija del injusto ejemplo
¿necesario?
¿Loentendemos?
¿podremos mirar de frente a nuestros hijos ,
Podremos vivir sin llorar por ella?
Esa ciudad , su hermoso nombre… reconstruida…inalcanzable.