"De lo que no se puede hablar , mejor es callar"
Cuando José Saramago escribe su libro “Las intermitencias de la muerte”, cita a Wittgenstein que dice: sería extraño en verdad que no tuvieras que conocer por ese hecho nuevas representaciones, nuevos ámbitos del lenguaje. También Fernando Savater-quién con su sapiencia nos ayuda a entender la vida enraizada en la cultura- se refiere a Wittgenstein, quién se dedicó a la ingeniería pero tenía mucho para darle a filosofía y así lo hace, su trabajo quedó para la posteridad desde aquel día en que realizó sus primeros apuntes y se lo entregó a Russell, quien a su vez le dijo que no debería dedicarse a la ingeniería sino a la filosofía. De nacimiento austríaco, después de la muerte de su padre en el 1913 se retiró a Noruega y vivió aislado manteniendo correspondencia con Russell, en el 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y se alista a las fuerzas militares de su país, es tomado prisionero por el ejército italiano y estando en prisión escribe su obra cumbre: Tractatus-Logico-Philosophicus. El rehúsa su herencia y sigue en contacto con Russell, la obra es publicada en alemán en 1921. El mérito es que puso el lenguaje en el centro de atención del pensamiento contemporáneo. El lenguaje que manejamos de una manera espontánea da lugar a todo tipo de trampas, equívocos, y paradojas. Su obra es un esfuerzo por concretar una teoría del lenguaje, y a través de él una teoría del mundo. Cada uno de nosotros tenemos un mundo que nos viene a través del lenguaje, Wittgenstein analiza como el lenguaje se relaciona con el mundo. Explica sobre la semántica, lo que expresamos y todo lo expuesto en su obra cabe al final en una proposición que se hizo universal: “De lo que no se puede hablar, mejor es callar”. El Tractus de Wittgenstein gira en torno a siete tesis doctorales. Habla de lógica, de las tablas de la verdad, pero sobre todo expone su afirmación más polémica: “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo”, eso comprende a que cada uno en su lenguaje es algo privado. El simbolismo, lo inexpresable, lo místico, todo está analizado en su obra. El mismo declara que el “Prólogo” lo más importante de su obra, no era lo que decía, sino lo que callaba. Más tarde, elaboró otras cuestiones filosóficas con revisiones sobre la anterior pero lo que más emociona es su vida, su intelectualidad, vivió duros tiempos de la guerra, un ingeniero aeronáutico , filósofo que obtuvo su Doctorado ,cuestionaba la ética y la forma como nos expresamos y por último enfermero, ayudando siempre y rodeado de muchos seguidores. Queda mucho que analizar sobre su obra pero sin necesidad de profundizar, me acerco a su tiempo pues en el nuestro, el actual, hablar de otro lenguaje parece extraño y es difícil progresar en temas como la honestidad , la bondad, la reciprocidad, el desinterés, la amistad, la transparencia, la educación en la paz…y no claudicamos, pues todo proviene del lenguaje incorporado, analizado y entregado con mucha lógica que sea lo más fértil y positivo para el cuidado de la vida y los seres que habitamos, donde desconocemos el lenguaje privado del otro, un tiempo donde todo vale asaltado por la comunicación, donde debe privar la lógica para poder separar la incoherencia , ya no se piensa en la ética ni la estética del lenguaje, el cual camina todo el tiempo por la cornisa.
@ Susana Roberts
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