Cuando somos jóvenes
De sienes divinas
Para nuestro Amor
Todo es un camino de rosas.
No importa que nuestros padres
Nos enseñen sus espaldas
Con las llagas de la Vida.
Ni veamos las sangrantes heridas
Que traspasan el corazón
De nuestra hermana
Que tiene un niño de once meses
Habido de un Amor quinceañero
Y que el novio la dejó.
No importa pisar el agua
O la hojarasca mojada
Todo el paisaje que vemos
Es un cuadro impresionista
Con una cama, la más hermosa
Para dar vida y alegría
A nuestra Pasión.
Sin darnos cuenta
No vemos que, a lo lejos
De tan bella estampa
Se encuentran la angustia
Y un gran desamor
Si el hipócrita novio o novia
Que nos ha tocado
Se convierte en afrentoso marido
O infiel esposa
Y se cumplen estas tres cosas
A cual más peor:
Perder la honra, la vida y el corazón.
Etiquetas:
Daniel de Culla
poema narrativo, la vida misma
Excelente
mary
Gracias, Mary. Un cordial abrazo.
Cruel verdad en versos
querido poeta Daniel
Gracias, Luisa Un corxdial abrazo.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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