Camila [Cuento infantil].

[Manuel Antonio Ibarra Acosta]

Camila

 

Había una vez una gatita llamada Camila, la cual vivía en el granero de una casa, donde había otros animales como perros, chivos, caballos, vacas los cuales siempre la pisoteaban y golpeaban burlándose de ella le hacían la vida imposible. Un día uno de los niños de la casa agarro una cuerda y amarro a Camila por el cuello, jugo un rato hasta que se canso y luego la lanzo a un profundo hueco. Dos días paso Camila maullando, tratando de salir del profundo y oscuro hueco, cansada y agotada casi sin fuerzas se dejo caer desfallecida al suelo, pensó que le había llegado su hora, pero de pronto vio pasar a su lado a un pequeño ratón y casi agonizando pidió ayuda:

-Por favor amiguito ayúdeme a salir de aquí, estoy a punto de morir-.

El ratón detuvo su marcha y sorprendido respondió:

-No puedo creerlo, tu una altiva gatita pidiendo ayuda a este humilde ratón-.

Haciendo un supremo esfuerzo Camila argumento:

-Disculpe amigo ratón, entiendo que algunos seres de mi especie les han hecho a ustedes mucho daño, pero yo no soy igual que todos ellos, solo quiero que me ayudes a salir de aquí, le estaré eternamente agradecida-.

Tras escuchar aquellas sinceras palabras y viendo el estado de la agotada gatita, el ratón se ofreció para ayudarla, apoyándola sobre su lomo la llevo hasta una abertura en el barranco por donde lograron salir a la superficie. Luego caminaron un largo trecho hasta el bosque hasta que por fin llegaron a una cueva. Allí Camila fue atendida y alimentada por la familia del ratón hasta que pasados los días se recuperó totalmente.

La semana siguiente Camila se dispuso a marcharse de la cueva y dio las gracias por la ayuda recibida. El ratón muy amablemente se ofreció para acompañarla hasta el bosque, jugando y correteando entre los arboles llegaron hasta un lugar donde avistaron una casa. Camila pensó que había encontrado un nuevo hogar, estrechando la mano del ratón se despidió agradecida pero no había caminado veinte metros cuando escucho unos gritos de auxilio, angustiada corrió hacia el lugar y observo como un grupo de seis normes gatos tenían acorralado a un pequeño ratón. Inmediatamente Camila se percato que aquel indefenso ratón, era su amigo, quien le había salvado la vida. Sacando fuerzas y valentía, corrió y se interpuso en medio de los embravecidos y hambrientos gatos y les dijo las siguientes palabras:

-Oigan amigos deténganse por favor, si quieren hacerle daño a mi amigo ratón, tendrán primero que pasar por encima de mi cadáver, les diré que el me salvo la vida y le estoy muy agradecida. -

Los feroces gatos sorprendidos por el arrojo y valentía de aquella hermosa gatita llamaron al gato mayor quien fungía de jefe, quien viendo la situación dijo:

-Escuchen amigos estamos frente a una hermosa dama y si ella dice que este ratón le salvo la vida, debemos creerle y respetarlo, dejen que se marche-.

Seguidamente los enormes gatos se retiraron hacia la guarida mientras el asustado ratón corrió y abrazo a Camila agradeciéndole lo que había hecho por él. Para prevenir otra situación Camila decidió acompañarlo hasta el profundo bosque para que de esta manera regresara sano y salvo a su cueva. Luego la gatita regreso a la casa y allí los demás gatos la consintieron y mimaron ya que por ser la única y hermosa dama la aceptaron como la princesa de todos ellos. De vez en cuando Camila se escapa de su nueva casa y se interna en el profundo bosque para ir a visitar la cueva de su amigo ratón, desde entonces    nació entre ellos una sincera, hermosa y larga amistad.

 

Fin.

Autor:  Manuel  Ibarra

Caracas/Venezuela

07-02-2022

Derechos reservados.

 

 

[Manuel Antonio Ibarra Acosta]

Feliz noche de este lunes, 07-02-2022, apreciados amigos. Comparto este fantástico cuento infantil como una muestra de mi ciclo de apoyo escolar y bibliotecario a las escuelas y bibliotecas de Venezuela y Latinoamérica. A través del cual fomento la lectura en nuestros niños y jóvenes así como el fortalecimiento de los valores familiares. Debemos enseñar a nuestros hijos a dar amor hacia las mascotas.

[Elias Antonio Almada]