La Paz ¿Podrá el hombre conseguirla sin ayuda?

[Miguel Enrique Murrugarra Angulo]

LA PAZ ¿Podrá el hombre conseguirla sin ayuda?

La palabra paz se define como “Situación y relación mutua de quienes no están en guerra, no están enfrentados ni tienen riñas pendientes”, se contrapone a la guerra o a la revolución y significa reconciliación, vuelta a la concordia,  tranquilidad, calma o sosiego. Esta se da en un lugar o momento determinado y su antónimo es la guerra. A este tipo de paz podemos llamarla “Paz política” y su alcance social repercute a las autoridades y población en general.

Pero también existe la paz espiritual, interior o paz personal subjetiva; sentimiento que tenemos cuando nos liberamos del miedo, el sufrimiento y las preocupaciones, estado en que podemos ser conscientes de lo maravillosa que es vivir. La paz interior nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y espiritualmente de los problemas que se generan continuamente en nuestro diario desenvolvimiento y podemos aceptarlos y tener la plena confianza de resolverlos personalmente o con la ayuda de alguien que puede ser un semejante o un ser superior en quien creemos.

Considero que para conseguir la paz mundial, debemos impedir los conflictos entre países, etnias y naciones; para evitarlos, debemos eliminar las causas que originan estos enfrentamientos. Años atrás, la confrontación entre dos o más países casi siempre fue consecuencia de la disparidad ideológica (religiosa, social o política); actualmente el germen que da inicio a una contienda bélica de gran proporción (cantidad de soldados y años de duración) se debe al deseo de poseer los grandes recursos naturales que otros detentan. Por lo consiguiente, la Organización de la Naciones Unidas debe reunir a todos los gobiernos del mundo para reorganizar esta institución y brindarle la suficiente jerarquía y jurisdicción mundial  que le permita arbitrar sobre cualquier diferendo que se produzca entre naciones, estados y etnias. Para ello, la ONU debe modificar la Corte de Justicia Internacional de la Haya de tal manera que sus miembros con voz y voto sean cada Presidente, Primer Ministro, Emperador, etc. que represente a un país. Probablemente, algunos estados poderosos económica y bélicamente hablando, no querrán participar ni menos someterse a esta autoridad; dado el caso, esta organización bajo una sola bandera y pacíficamente, deberá ordenar que sus países miembros rompan todo tipo de relaciones con los beligerantes, en espera de la comprensión y pronunciamiento de los habitantes de aquellos pueblos cuyos gobernantes sobreponen sus ambiciones al irrenunciable derecho a la paz que tiene toda la humanidad. Entre tanto deberá ir solucionando conflictos revisando los tratados sobre límites de sus estados participantes que pudieran aún estar en litigio, a fin de dictar sentencia que deberá ser considerada como cosa juzgada.

La solución entre etnias es casi similar a la anterior, en ella deben intervenir todos los gobiernos afectados y una vez que se dicte la solución, los estados deben concientizar a su población para que acepte la decisión que se haya acordado tomar a corto o largo plazo.

Para evitar los conflictos entre naciones (cuyas causas son de carácter religioso), también deben reunirse con la ONU, los líderes religiosos antagonistas, los jefes mundiales de todas las iglesias del mundo entero, un representante de cada área científica y tecnológica (astronomía, geología, paleontología, antropología, medicina, etc.) y buscar llegar a una conclusión unánime: ¿Existe o no existe Dios, tal vez existen seres superiores extraterrestres o el hombre nace, se reproduce y muere sin intervención de otros poderes ajenos? Cualquiera sea la respuesta a que se llegue, ésta debe ser aceptada por el mundo entero y considerarse como la nueva y única doctrina mundial, pasando a ser enseñada como ciencia en todas las escuelas, colegios y universidades del orbe.

La Corte Internacional de Justicia de la Haya debe reorganizarse por dos razones muy importantes:

1º No todos los países son miembros de esta Corte.

 2º Ha demostrado incapacidad comprobada en sus sentencias; pongo como ejemplo el reciente veredicto sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile. Antes de que ambos estados expongan este problema, peruanos y chilenos mantenían relaciones bilaterales muy cordiales; luego de la decisión dictada por La Haya, estas se han puesto muy tirantes debido a que (sospechosamente para mi entender) se ha dejado un pequeño triángulo de tierra sin resolver su pertenencia y que puede conllevar a un conflicto armado entre ambos países.       

 

Seguramente mis lectores dirán que habrán personas que se opondrán a estas propuestas que he dado para conseguir la paz entre países, etnias y naciones; a ellos les digo que yo también pienso que no habrá generalidad. Entiendo que la actitud humana es genética y todos los seres que habitamos la Tierra y tal vez otros planetas, hayamos desarrollado genes que nos llevan a la discordia en razón que a través de miles de años, nos hemos visto obligados a usar la violencia para defender lo ganado para la subsistencia personal, de grupo y/o de la especie como también lo hicieron otros mamíferos, aves, peces y todos las entonces criaturas vivas. Mientras los seres pensantes tengamos dentro de nosotros, ideas o deseos de acciones malévolas a las que las religiones llaman pecados, no se conseguirá ni siquiera la paz espiritual personal y por lo consiguiente concluyo que será imposible conseguir la Paz Mundial sin la intervención de un ser omnipotente con el poder de hacernos pensar positivamente y eliminar el mal sobre toda la tierra, consecuentemente, tiene que haber un Dios para que haya paz.

Mientras tanto, los humanos debemos tomar las siguientes medidas:

1-      Que todos perdonemos y olvidemos cualquier ofensa que hayamos recibido.

2-      Dar a la humanidad todas estas virtudes:

a-      Respeto: Reconocer que los demás así como nosotros, quieren un buen trato y tienen los mismos derechos.

b-      Sacrificio: Dejar de lado nuestros intereses personales y ser capaces de dar hasta nuestra propia vida por los demás, como lo han hecho muchas personas a quienes consideramos nuestros héroes.

c-       Perdón: Tener siempre presente que nuestros semejantes no siempre actúan porque así lo quieren, sino que hay una fuerza superior a ellos que no les permiten hacer siempre el bien; recordemos las palabras de Jesús: “Padre mío, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

d-      Esperanza: Creer que siempre habrá alguien o algo que vendrá en nuestra ayuda.

e-      Fe: En nosotros mismos y en nuestra capacidad de resolver.

f-       Caridad: Si todos diéramos una pequeña parte a quien verdaderamente la necesita, habría más igualdad en todo.

g-      Creer: Que nuestros buenos actos nos lograrán una vida plena.

h-      Justicia: Juzgar a los demás como si fuéramos nosotros mismos.

i-        Paciencia y Tolerancia: Reconocer que la imperfección es propia de todos los seres y no incomodarnos cuando algo no resulte como hubiéramos querido.

j-        Pensar con la Consciencia: Reconocer nuestra responsabilidad de nuestros errores y no culpar al destino o a otros por nuestros fracasos.

k-      Abrir fronteras: A los que acuden a nosotros y las de todos los países.

l-         Empatía: Aprender de las experiencias de otras personas y ayudarlas en sus problemas.

m-    Confianza: En nosotros mismos y en aquellos a quienes damos una misión, si lo hacemos es porque creemos que son capaces. Y

n-      Amor: Hacia toda la naturaleza.

 

Miguel Enrique Murrugarra Angulo

Perú

 

 

[MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI]

MUY BUENOS PLANTEAMIENTOS QUE MOTIVAN A LA REFLEXIÓN.

[SENDA]

[José Rueda Ardila]

COMPARTO ESTOS SENTIMIENTOS POR LA PAZ.

SE TRADUCE EN ARMONÍA Y CONVIVENCIA EN UNIDAD.

MIS RESPETOS POR ESTA TAN IMPORTANTE APORTE A CONSEGUIR QUE LA PAZ LA EMPECEMOS A USAR DESDE LO PROFUNDO DE NUESTROS CORAZONES.

JOSE RUEDA A. 

DON SIERVO.