La humedad crece entre las manos,

entre las manos está vivo el viento

como un ángel que recorre praderas incansables.

La piel es un ojo por donde empezamos la noche.

El cielo se rompe contra el mar.

Algo queda vivo, de pared a pared,

y más allá de todos estos lazos,

de todos estos muros que partimos

a labios, a caminos, a…

La sombra limita con la palma extendida.

Aquí donde nadie nos contiene,

ni la sangre,

donde estamos fecundando a las estrellas, tranquilos,

como si todo trascendiera al mar.

Aquí

cada ventana es una mano

tropezadamente blanca

contra la noche.

Y aquí, la lluvia habla. Estrellas sostenidas

por los dedos, paredes…

A Olga Marta.

“Pues nuestro propio corazón

nos sobrepasa siempre.”

R.M. Rilke

Nadie ha determinado qué duración ha de fijar la estrella,

solo sé que se esponja como un ojo

en la lágrima

y entibia la tarde.

Ya no has de buscarme más por el nombre:

soy esta larga cadena de ríos y muertes y soles

que comienzan la…

A veces, como un museo de espesa niebla me corroe.

La tarde es mustia, no desentraña nada,

no levanta la muerte sus rincones callados.

Yo me quejo de la soledad,

del miedo, de todo lo que trenza un corazón

contra la sangre,

y me desnudo entre el aire detenido.

(Los niños huyen de mi jardín.

Todas las casas se cierran a mi…

Acércate más,

une el cielo a tus llagas.

Un día, la violencia crece en la flor.

Y el canto es tan violento

que nos marca los ojos, y es tan violento el beso

que nos hace los labios.

Acércate.

Aquí donde siempre estás rozando estrellas,

beso la piel blanca

de tus brazos,

bajo lentamente hasta tus muslos

a…

ABRAZO

Hay abrazos que aprietan el silencio para hablar.

Abrazos que son solo el grito de la tarde.

Abrazos que hacen hondos poros en la mitad de todos.

Hay abrazos que contienen al viento y lo desnudan.

Abrazos hondos que no miden la muerte.

Abrazos rotos que sopesan la sangre.

Hay el abrazo triste, el abrazo fuerte,

el abrazo suave de la espuma del aire.

Y hay abrazos que comunican solo cicatrices.

Abrazos que tiritan como estrellas…

Donde se derrumba el cielo es necesario hablar,

y faltar a los ojos es absurdo,

porque cada instante está hecho de ojos

y el viento se construye a ojos frescos.

Las alas de la noche,

¡mutiladas por un solo grito!

Alguien palpa mi espalda contra el cielo,

y levantamos juntos la noche.

Cuando se derrumba el cielo,

el…