Una flor empujada por el viento,

una mano malherida de penumbras

en la abrupta pared que se nos cae.

Un reloj que solamente mide soledades

y una espera que hace mares de los pobres meses,

por donde acaso has de venir

con tu red de tatuajes y fantasmas.

El piano no habrá de esconder su…

¿Ahora qué debo hacer?

Algo más que seducirte,

invitarte a la alborada que nos nace

- quizá a destiempo -

cuando tantas llagas nos marcaron

con esas serviles estrías del pasado.

Olvida tantas palabras que imaginé

para buscarte en otras,

ahora que eres la que he elegido

para  mis últimas…

Este nuevo poema que comparto con tantos amigos, confronta el nuevo amor con las carestías y dolencias del ayer y la soledad. Espero les guste.

ME LLUEVE LA TRISTEZA

Yo no sé qué razones,

qué desarraigos cargo,

¿por qué me llueve la tristeza así?

Sólo espero aquí solo a tus besos,

aguaceros sobre mi alma,

que vengan impetuosos a restañar mis heridas.

Como a ti me duele el amor,

yo…

De estas herramientas desenterradas,

de la buhardilla oculta de donde renace

la torcida luz de la claraboya ausente,

de los juguetes tenaces que nos salvaron

antaño de monstruosas sierpes,

de las piedras en fila delante de los libros

que Esteban acomoda,

de un zapato ofuscado en medio de la sala

y tu batalla por…

Mi libro hace un tributo en dos poemas al desnudo femenino, este es el primero de ellos, que se solaza en los colores...

                        TRANSFIGURACIÓN EN ARCOIRIS

                                                           Verte desnuda es recordar la tierra.

                                                          …

En mi libro viene ahora este poema de la noche imposible que forjamos.

ESTA NOCHE IMPOSIBLE         

Esta noche en que te sueño

voy a recordar cuando dormimos juntos,

tú envolviéndome el pecho en una cruzada

mayor que la ternura y sus signos extasiados.

Esta noche imposible de tanta lejanía

en que te tengo, mi pequeña,

letal por la distancia,

heliconia fecunda de mi sed,

boca…

Hay en ti una tristeza

mayor que la curvatura del sauce

entre la niebla.

Y en mí

una tristeza que no cabe

en la garúa insondable de la tarde.

Sin embargo, son apenas las nueve

de una mañana que insinúa sus antenas

contra el cielo.

Vas recluida en esa carrocería gris

contando los espacios para llegar a algún vacío,

o los segundos que también yo voy contando

en…

¿Acaso nos hicieron con esta misma sed

de incendios solos?

¿Y que fuese entonces la medida de tu boca

y sus pulsaciones igual a mis delirios,

completa de latidos circundando la noche?

¿O es que podemos prescindir

de ser uno sólo en este instante

que la eternidad nos regala, a raudales ?

¿Puedo…