AL DESCUBIERTO

[Rolando Perera Betancourt]

   

       AL  DESCUBIERTO 

       

                       Autor:Rolando Amador Perera Betancourt

                               

                       TENGO TRES DEFECTOS.
                                

                                 El primero pienso como poeta
                                 el segundo sueño como poeta
                                           el tercero.

               no puedo abrazar a todos los que quisiera abrazar,

  

DOS LOCOS

 En la punta de un edificio había una joven semidesnuda a punto de lanzarse al vacío. 

No había la menor duda que se quería suicidar.

Y yo que también quería hacer lo mismo. 

Me quedé estupefacto. 

Mi mente loca y suicida no esperaba enfrentar una colega suicida en mis últimos minutos.

Me acerqué despacio. 

Ella me miró con sus ojos negros azabache.

No le importaba mi presencia. 

No le interesaba ni qué hora ni qué día era. 

Solo morir. 

Me le pegué despacio a su rostro.

Sentí la humedad asustada de su piel.

Sentí sus cabellos trigueños rozando mi expresión estupefacta. 

Quería llorar, quería abrazarla, quería lanzarme junto a ella. 

La tranquilad y el decoro de mi desgracia, me impuso una medida.

Una forma diferente de actual.

Quizás por ser un hombre débil ante tanta belleza.

Quizás por ser un poeta que ama sin ser amado. 

Pues cambié de actitud. 

Decidí dejar de ser suicida para convertirme en lo que mejor sé hacer.

Comportarme como poeta. 

Y empecé hablarle:

 

   -Sabes el mundo no es negro, ni tampoco injusto pardo, 

es más bien talento dulce, del que no somos capaces de comprender.

Solo cuando agonizamos, o nuestras vidas están en realengo de muerte, comprendemos el sabor del planeta, y respiramos inclusos sus perfumes.

 

A noche soñé que yo dirigía una orquesta de mujeres vestidas de blanco pulcro. 

Un aliento a bosques de hadas y ruiseñores levitaban las hojas en vez de caer.

Yo en cambio en el medio rotaba y las liebres danzaban a mi lado.

Lo más interesante fue cuando desperté, no había luz y todo era claro. 

Las paredes en profunda comunión y sin razón, el bullicio de entonces se dilataba tras el silencio.

 

Me di cuenta que me había quedado dormido, no solo con la Biblia de almohada.

Sino además con una joven a mi lado, casi desnuda, casi idéntica a un angelito de novela.

Eras tú mi niña. 

Luego desistió de marcharse por la vía del camino oscuro y tomentoso.

 Ahora mírame a mis ojos muy fijamente:  

Lo único que puedo darte cuando llegues al final.
O creas a haber llegado.
O te figures que no existen más espacios.
O pierdas las esperanzas de vivir.
O quieras morir de la forma más absurda en caída hacia ese vacío largo.

Es decirte sin rencor ni pena:
Que recuerdes que estoy a tu lado, no solo para abrazarte.
No solo para aconsejarte aburridas palabras. 
Ni nada de cantar, ni orar ni pedir perdones.
No, claro que no, no trataré que desistas de tus sufrimientos, ni lo pienses.
¡Estaré a tu lado para llorar junto a ti y además compartir juntos nuestras cargas! 

Y quizás seas tú la que me animes a mí
me ayudes a mí... de que no me lance al abismo.

! ¡Primero que tú!

- Ella dejó que el viento se llevara la sábana,

   que le cubría su desnudes.

Me abrazó con energías. 

Y estuvimos toda la noche haciendo el amor.

Y todas las siguientes noches. 

Como lo que éramos dos locos.

[Miriam Inés Bocchio]

Cuánto amor al prójimo!!!

Un gusto pasar por vuestras letras Rolando.

Abrazos poéticos de Inesita

[Carmen Hertmann López]

FELICITACIONES POR TU ESCRITO 

[Elias Antonio Almada]