Alguien dijo: la poesía trascendentalista deja muchos cabos sueltos.
-Al menos eso deja- dije. Otros hacen cabos sueltos insustanciales. Yo he recorrido varios caminos y mi poesía se ha teñido con muchas lecturas, incluso con las parodias y la ironía, en este poemario hay poco de eso, un poco más de mis búsquedas de una belleza que no demerite ante el arte actual, que salga del barro y se hunda en las estrellas. Nunca haré realismo sucio, porque prefiero bañarme en las aguas cristalinas del río, mientras estas queden y sueñen con nosotros un mundo mejor.
A veces, en esta obra, poemas de metalenguaje poseen la conceptualización de querer hacer arte poética y sobre todo plantear semillas de mi propia estética, como forma de pensamiento, pero la mayor parte de estos apelan más al sentimiento que a la razón, algunos son un divertimento, y muchos quieren alertarnos ante los peligros en que hemos puesto a vivir a nuestro propio planeta, la nave que, al decir de Guadalupe Urbina, nos suple de todo y no merece nuestro flagelo.
Muchos otros continúan los cantos del amor que siempre he cantado, en ellos viaja conmigo la poeta Lucía Alfaro, pero también muchos hombres y mujeres que me acompañan en este trajinar por la poesía.
La mayoría de los poemas de la primera parte, fueron motivados por imágenes plásticas y participaron de páginas en internet, en pequeños concursos donde siempre obtuvieron lugares destacados, algunas de estas ilustraciones se incluyen para dar un ejemplo y clarificar mejor los contenidos poéticos. La segunda parte son poemas que fueron compartidosen una red de escritores y artistas en internet, son sobre el otoño y la primavera; aunque nuestro país tropical no siente marcadas las diferencias de esas estaciones, hay una evocación de lo que no he vivido, o solo muy poco; una metaforización al respecto y un construir nuevas estaciones en este ambiente donde el verde nos identifica, en esta cintura de América, en esta orilla donde llueve y llueve y a veces vuelve a llover.
Al final un poema escrito que dedico a los y las poetas, diz que virtuales, que tan solo se conocen por estos medios donde el aire es consustancial a la metáfora, y de los que a veces soy parte, como parte del aire.
En fin, es un libro que lleva siete años de gestarse, lentamente.
Por primera vez, utilizo mi segundo apellido Carvajal, como parte del nombre artístico, como un homenaje a mi madre Odilíe, y a todos mis ancestros del lado materno, de los que tanto me enorgullezco también.
Ronald Bonilla Carvajal.
Porque estamos hechos de pequeños trozos, de pequeños trazos, de ínfimos soplos, de ineludibles barros, de granos de maíz que se desandan uno a uno en cada paso que damos, por eso cada paso debe apuntar al horizonte, a los sueños, y que no se derrumben siquiera en las tormentas, aunque a veces parezcan solo cabos sueltos.
EL AUTOR
PORTADA CON PINTURA DE MARVIN CHINCHILLA.
Comentario
Gracias, Críspulo, por tu mensaje, abraos
Gracias Josefina, un fuerte abrazo
Ronald Bonilla Carvajal, compañero de sentires, estimadísimo escritor gracias por compartir y dejarnos entrever todo este camino recorrido para dar luz luego de siete años a su libro. Cabos sueltos, Felicitaciones y mucha suerte abrazo desde el sur.
Gracias por destacar esta página, abrazos
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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