CARMEN NARANJO, VIDA DE LUCHA Y REALIZACIONES
OBRA LITERARIA DEL DOLOR DEL DON NADIE, DE LOS PEQUEÑOS SERES
Disertación en coloquio organizado por la Fundación Carmen Naranjo, 2020.
Hay dos libros de Carmen Naranjo que considero están muy emparentados por la misma pulsión de dolor, ante la angustia existencial y la solidaridad con los desvalidos: dos aspectos fundamentales de toda su obra son: la preocupación por la incompletud, por la falta de realización del ser, por los pequeños seres que vagan sobre el mundo sin propósito y sin sentido. Y por otro lado, el compromiso vital por dotar a la vida, no solo a la propia, sino a la del prójimo de sentidos, y ahí, hace ancla su objetivo social al esgrimir la literatura como un arma, como una herramienta de cambio.
Carmen Naranjo era una mujer enérgica, fuerte, capaz de grandes realizaciones, como Directora Ejecutiva de la Caja conoció muy bien ese mundo a veces anodino del burócrata y lo expresó en diálogos en la novela LOS PERROS NO LADRARON, mientras ella lograba políticas públicas importantes, luego fue la segunda Ministra de Cultura, Juventud y Deportes, en la historia y allí fue fundamental y fundacional de una institución, que en medio de problemas presupuestarios, siempre ha logrado insertarse en la vida nacional, dándole forma al precepto instituido por Pepe Figueres “Para qué tractores sin violines”, tan venido a menos en los momentos actuales.
Bueno, pero los libros a los que me refiero como gemelos, son un poemario de 1983: Homenaje a don Nadie, y la novela publicada en 1978. Memorias de un hombre palabra.
El primero en realidad es un largo poema, casi un diálogo del yo lírico (mujer poeta) con el hombre ausente llamado don Nadie, un indigente, un fracasado con que se alegoriza la vida y se contrasta.
Quizá este personaje resignifica en la vida de Carmen Naranjo el temor a no realizarse, a no cumplir los propósitos de vida que son los motores que nos mueven. La contraposición de la voz poética con su actuante lírico, un tú lírico que representa al ser anodino de la calle, el alcohólico, el miserable, El mediocre, la representación de la otredad sin valores, pero que se emparenta con muchos otros, con multitudes incluso.
Memorias de un hombre palabra por su lado es una novela que intenta aprovechar todas las características de la novela moderna, incorporando técnicas como el monólogo interior. En realidad, es un monólogo interior de principio a fin de un narrador protagonista (uso de primera persona) que fragmentariamente va contándonos toda su vida, utilizando muchas enumeraciones o frases nominales que exhiben la técnica de las acumulaciones para dar el ambiente, los objetos, los instantes, los sentimientos. Esta técnica fue muy importante para dar imágenes a través de la superposición de elementos en la poesía propia del exteriorismo.
Es la historia de un hombre que en su infancia no recibe los afectos propios de una familia por problemas de disfuncionalidad familiar. La presencia de la madre es fuerte desde su dicotomía presencia-ausencia. Es fuerte pero devastadora para la mala formación del sujeto narrador, que en toda novela no es nominado, nunca se sabrá cuál es su nombre, es decir, es un ser anónimo, insignificante, pero como sí tiene acceso a la educación, y es un buen lector en la juventud, tiene a su haber la capacidad de usar bien las palabras y, también, profusamente. Llega a ser un burócrata en condiciones de soledad, vive en una pequeña pensión, atraído por el mundo del consumismo, se va endeudando con chunches, televisores, grabadoras, equipos de sonido, etc. Y empiezan los embargos cuando su situación financiera no le permite pagar sus deudas. Recibiendo múltiples amenazas de despido. Luego empieza con pequeños hurtos a los compañeros que descuidan objetos, dineros de la oficina, caja chica, etc. etc. Y se hace cliente y usuario de las casas de empeño. Es labioso para lograr que le sigan dando créditos, ahora para disimular los problemas del avance de los años, peluquería, tratamientos contra la temprana calvicie, etc. Al fin, descubierto por la policía, es aprehendido y va a la cárcel por los hurtos y robos a la misma oficina. Una mujer a la distancia paga sus deudas y logra sacarlo de la cárcel. Se sugiere la ayuda de la madre distante. Ahora no consigue trabajo y va cayendo en el alcoholismo y la indigencia. Vive en las calles. Se convierte en pedigüeño. Sus buenos discursos existencialistas y hasta nitzcheanos, lo hacen popular entre los bares, sus palabras, retroalimentan su vicio, le llueven invitaciones. Sus discursos o peroratas, que en la novela se reproducen y que son reflexiones de hondos contenidos humanos, aunque siempre fragmentarios y a veces rayan en el absurdo, siempre tienen oídos atentos entre sus iguales, entre visitantes de bares de todas las clases sociales. Al fin es adoptado (queda viviendo con un amigo, no tan pobre como él, que requiere de sus palabras para justificar y ponerle poesía a su propia vida). Él dice cuatro palabras, y nuestro personaje completa poéticamente sus vivencias. Es una manifestación de prosa poética y reflexión filosófica que el personaje principal desarrolla con sus improvisaciones sobre los pasajes incompletos que le cuenta el amigo. Al fin, conoce una mujer vecina que habita en la pobreza extrema, en una pobre choza, llena de hijos, (siempre los que van creciendo se van yendo) pero quedan los más pequeños, de diferentes padres, ella lo acepta como su conviviente y comparten pobrezas, él a veces lleva unas cervezas, la mujer desdentada y vieja lo acoge como su compañero y hasta llegan a casarse, ella intenta darle un hijo, se embaraza pero lo pierde, por lo avanzado de su edad, entonces le regala a nuestro personaje al más pequeño de sus hijos quien le llama papá. Querías un hijo, te doy este, y en medio de esa pobreza extrema, él piensa que será un buen padre. Veamos el final maravilloso de esta novela, que en las últimas 20 páginas es una novela de altos vuelos poéticos y literarios, una novela experimental, pero fundamental en el desarrollo de la novelística costarricense:
Lo repite hasta creerlo. Lo oigo hasta creerlo. Alcanza mi mano y la teriene cn fuerza pegajosa. No puedo hablarle. No se hab la con facilidad a un hijo. Tiene un mundo de bla, bla, bla, que es difícil seguir Lo contemplo en silencio y mete la manos en mi piel para encontrarme. Me llega encontrar como si yo fuera un objeto grande. Me llega a encontrar como si yo fuera un objeto grande. La Adelilla nos mira y sonríe. Me ha dado un hijo. El primer y el último encuentro verdadero con uno mismo.
-Papá…yo…quiero…un…carro…
El quiere muchas cosas en su lenguaje tartamudo…y yo solo quería un hijo.”
Es decir, el símbolo del hijo, de futuro, al final prevalece como símbolo de esperanza, aún en las condiciones más adversas.
Y no podía ser de otra manera, que Carmen visualizara el futuro. Muy propio de las vanguardias y de una generación de escritores que vive la Costa Rica del ascenso social de los años 70, 80. Donde la educación y el Estado bajo las ideas de un proyecto socialdemócrata, posibilita ese ascenso social a las clases trabajadoras o clases bajas.
Otra novela digna de mencionar, creo que la última que publicó Carmen naranjo es Más allá del Parismina.
Esta es la historia no de un amor, sino de dos narradores, en la primer parte; Miguel, un hombre que se cree enamorado de una mujer que huye de él por sus múltiples agresiones. La personificación del patriarcalismo llevado al extremo de la violencia, de la peor manifestación del machismo: la violencia doméstica. La mala construcción de la masculinidad en una sociedad que no sale de ese paradigma de dominación y poder del macho.
La segunda parte: el relato en primera persona de la mujer: Isabel, que en su huida llega hasta Parismina, que representa la arcadia bucólica, lo opuesto a la ciudad, la selva, donde se refugia en brazos de una mujer que la cura, la cuida, la ama. Y entonces la entrega lésbica de la protagonista, que en su vida había buscado el amor en la heterosexualidad, se completa vivencialmente, en brazos de la mujer amada. La reflexión que el lector debe hacer es muy importante, en nuestra sociedad. Podemos aprehender que el amor y las preferencias sexuales no solo se respetan sino que se acogen, se aceptan como parte natural y consustancial de nuestra vida, pero mucho más. Podemos reflexionar sobre las dificultades de la masculinidad para aceptar los nuevos paradigmas de igualdad y de libertad en el amor, y combatir las odiosas dependencias, en todos los órdenes, económicas, emotivas, sexuales e intelectuales.
Carmen Naranjo fue un ejemplo viviente de la valentía en la búsqueda de la realización, en la ayuda desinteresada a otros y otras para que se fortalezcan y desarrollen. Hacia el final de su vida, es digno reconocer su labor como tallerista. Y además, como fue también creando una obra plástica que quizá era un disfrute para sus soledades, de la cual, se ha dado testimonio ya en múltiples exposiciones organizadas por la Fundación Carmen Naranjo.
RONALD BONILLA
Premio Nacional de Cultura Magón 2015
Comentario
Gracias, Críspulo, abrazos
Gracias, Elías, por destacar este escrito,abrazos
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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