Cuando el diablo templó la guitarra en la Peña Colorada

[amir ibn tawfik seeman]

LA COLPANA

(Cuando el diablo templó la guitarra en la Peña Colorada)

 

Entre el tupido follaje, de la exuberante vegetación, El pueblito de San Antonio se alzaba. Sus casitas de barro y sus techos de teja que al paso del tiempo habían florecido, silvestres enredaderas.

            A un costado del caserío, corría el río Pilcomayo.Como siempre rugiendo como un león herido y malhumorado-. Por las noches, el río, era una larga cuenta de plata. Cómo un espejo en su centro, la pálida luna gustaba reflejarse. Infinitos diamantes destellaban sobre su superficie.

Los pescadores, eran sombras en constante movimiento. Tendieron la red tijera en busca del codiciado sábalo o zurubí.

Jesús, miraba el paisaje, mientras su mente era un torbellino de ilusiones. ¡Mal le tenía Lourdes!-Una chica de ojos claros y choca. Esta vivía en el pueblo de Villamontes.A su lado Santos, su primo hermano fumaba, entonando una copla:

“ Mi primo Jesús, ando enamorao

y la Choca es la miel y la trampa...

Quien tiene la culpa... sino

Esos ojos claros...

Que embrujaron su corazón...

¡Vaya mi primo, aopao! _”

 

 Jesús, suspirando responde:

-No sea así primo-Usted tiene suerte con las mujeres-Toca lindo la guitarra y canta como cardenal en calentura-

Y así siguieron charlando por largo rato. Jesús se quejaba y Santos le respondía con una copla.

Ya entrada la noche se fueron a la casona a descansar.

A la mañana siguiente llevaron los mejores cebúes a vender a Puesto Uno. Sobre el río Pilcomayo, las garzas reales cumplían sus rituales. El toro del agua anunció su presencia. Más allá el chaja levantó vuelo ante el paso del ganado.

De regreso picaron espuelas y entraron galopando por un costado del pueblo. La tarde ya había caído y las luces de los mecheros se encendieron en las casitas. Se detuvieron en la venta de doña Lolita, que se ubicaba al final de la calle principal, donde acabada el pueblo.

-Buenas noches doña Lolita-dijo Santos

-Bien venidos jovencitos-¿Qué les sirvo ahorita?-`pregunta la buena señora

-          Unos vinitos-Para sacar la tierra del monte, que se nos ha pegao en la garganta-dice Jesús

Y entre hablar de animales, cacerías y mujeres. El vino hizo su efecto. Muy luego se encaminaron a la casa de Lourdes a dar serenata.

Así, era cada chupa. Terminaban dándole serenata a la “choca”. Santos cantaba:

“A la hora que la luna va saliendo,

Pos y cuando vos te ponés a soñar.

Se abrió la ventanita de tu cuarto...

Escucha mi serenata... ”

Jesús miraba la escena sentado en la vereda. Esperando ver que Lourdes asomase por la ventana... Pero ella nunca aparecía. ¡Cómo ansiaba aprender a tocar la guitarra¡- Ladraron los perros, los vecinos encendieron los mecheros mal humorados. Así ambos primos montaron en los caballos y picaron por el largo y tortuoso camino.

Una tarde de mateada-Jesús le cuenta al abuelo. Que deseaba aprender a tocar la guitarra-Este le confiesa:

-¡Mirá nieto!- Si vas la noche de San Juan a la Peña Colorada y le sientas bajo “La Colpana”, el diablo te templará la guitarra. Serás el mejor de los mejores guitarristas de la zona-¡Podrás darle serenata a más de una corteja!-

Al día siguiente, le contó a su primo Santos, la historia de la “Peña Colorada”, cuál le había contado su abuelo. El primo se rió a más no poder, y agrega:

-          Todavía, sigues siendo un ingenuo-avívate primo-¡ja, ja, ja!

Y llegó el día de San Juan-Habían estado cortando madera cerca de la casona y Jesús vuelve a insistir:

-Primo querido-Acompáñame esta noche a “La Peña Colorada”... ¡por favor!-

Santos, secándose con el dorso de la mano la frente sudorosa-responde:

-No sigas con el cuento-A la “Choca”, debes mostrarte fuerte y agarrarla no más-

-Pero, quiero aprender a tocar bien la guitarra y...también cantar. Dice Jesús, con voz quejumbrosa.

-          Bueno, bueno. Porque eres mi sangre te acompañaré. Y como hace frío, tenes que llevarte un vinito-

Ensillaron los caballos ya entrada las sombras y galoparon por el camino, río arriba. La luna se escondió entre chañares y algarrobos frondosos, que parecían gigantes negros. Apenas titilaban las estrellas, rasgando un trozo de cielo. Los curucusi eran diminutos cometas fugases.

Llegaron a la “Peña Colorada”. Amarraron las bestias. Encendieron una fogata. Santos estiró unos cueros en el suelo. Jesús, con la guitarra en la mano se ubicó bajo “La Colpana”.

La noche era más negra todavía. Los sonidos del silencio molestaban. Santos cansado se durmió. Jesús, cabeceaba y trataba de mantenerse despierto. Sus dedos recorrían las cuerdas de la guitarra. Nada pasaba y la escuchó desafinada. Cruzó una estrella fugas. El “guapajó” entonó su siniestro canto... Unas manos heladas agarraron las manos de Jesús.Sintió pavor. Quiso levantarse y se sintió pegado a la roca. Quiso gritar-ningún sonido escapó. Sus dedos se movieron hábilmente por las cuerdas, rasgueó y la guitarra templó.

Comenzaba a clarear-El alba sembrando su color... Cantaron los cardenales y los momos se dejaban oír. La sinfonía del agua caer entre las rocas y peñascos, se confundían en el torrentoso río.

La noche del sábado, Jesús se acercó a la casa de Lourdes. Templó la guitarra y cantó con toda el alma:

“Esta es la última noche,

Que cante para ti.

Porque todo fue un sueño

Si lo quisiste tú.

Mi amor, fue el pensamiento en las hojas de tu cuaderno...

Esta es la última noche,

Que cante para ti...

Llevaré el sabor de tus besos primero...

Porque todo fue un sueño

Así lo quisiste tú.”

La ventana se abrió. Un rostro tierno somnoliento asomó:

-Gracias, gracias Jesús-susurró Lourdes. Una lágrima de amor rodó por su mejilla. El joven, le regaló una rosa roja. Luego montó en su caballo y se perdió en la noche.

 

 A Lula

Un gran amor que se quedo en los polvorientos caminos de América Latina

 

 

Amir Ibn Tawfik

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 (Esmeralda, junio de 1977)

Gran Chaco, Bolivia