EL 27 de marzo de l937 las campanas de la iglesia de Santa Catalina doblaron a muerto, su sonido quebró la calma del pueblo, angustiadas las vecinas se asomaron a la puerta ¿quién habrá muerto?... ¿será doña…? O tal vez…la pregunta recorrió las calles y cuando encontró la respuesta desandó el camino: murió el escritor ¿Quién?...el amigo del cura…. ¿donde lo velan? Dicen que no habrá velatorio, el médico aconsejó que lo lleven de inmediato, porque está muy hinchado… ¿de que murió?...una enfermedad de nombre difícil: ascitis… ¡ah! Pobre, que descanse en paz.
El escritor, amigo del cura Badanelli era Alberto Nin Frías, escritor y diplomático uruguayo, autor entre otros libros, de Sordello Andrea, Un huerto de manzanas, El árbol, El culto al árbol y el polémico Alexis, en el cual trata un tema tabú para su tiempo: el homosexualismo. Después de “haber viajado suficientemente” pobre y olvidado acabó sus días en Suardi y en su tanatorio reposan sus restos. Nosotros no nos detendremos ha analizar su obra literaria, simplemente trataremos de conocer al hombre a través de su pensamiento. Para desandar los años y acortar distancias, invocamos a los duendes de la imaginación, ellos nos transportarán al punto y al momento elegido.
El lugar es Montevideo, nos detenemos frente a una casa antigua de dos plantas, con techos planos y una torrecita mirador, declarada Monumento Histórico Nacional por estar unida al esplendor del modernismo literario en el Uruguay.
El modernismo es básicamente un movimiento poético, nacido en Hispano América a fines del siglo l9, a principios del 20 que se proyectó hacia el exterior. Aportó a las letras la renovación del lenguaje y de la sintaxis. Heredero del romanticismo americano, tiene influencias del simbolismo francés. Ha sido definido como un gran movimiento de libertad hacia la belleza.
En esta casona vivió Julio Herrera y Reissig, el máximo representante del modernismo en su país. Atraídos por su fuerte personalidad se agruparon a su alrededor poetas y escritores, creando una de las grandes capillas literaria de ese movimiento, cuyo Maestro o Pontífice era el dueño de casa. En este cenáculo Julio y el resto de los miembros, en medio de alabanzas y aplausos desmedidos leían sus poemas. El ingreso de un nuevo integrante era celebrado con una sesión especial, allí además de poesía y lecturas había mate, naipes, tabaco y guitarra.
El pequeño mirador de 2,50 x 2.50 m. con vistas al mar y a las azoteas de un Montevideo ediliciamente chato se convirtió en sede de la torre de los Panoramas. Por carecer de electricidad, el cenáculo funcionaba de día y ocasionalmente, en noches claras se realizaba una que otra tertulia lunática.
Aún hoy, vecinos aprensivos aseguran que como antaño al embrujo de la luna, la torre se ilumina, se escuchan ruidos extraños, risas...aplausos…música…gritos…puertas que se cierran bruscamente… ¿será verdad?
El portal entreabierto nos invita a entrar y una sentencia escrita en la pared nos detiene “Dejad toda esperanza los que entráis...” nuestra curiosidad es más grande que los recelos ¿acaso no hemos convocado a los duendes de la imaginación a llegar al punto y al momento exacto para conocer a nuestro hombre?
Lograda la primera meta avanzamos hasta alcanzar la segunda…cruzamos la amplia entrada…escuchamos ruidos, corridas en la terraza…son pisadas…quejidos…¿quién anda allí?...¡bah! gatos jugando al amor…ya con un pie en la escalera los rumores son más claros…voces quedas…arrastrar de sillas…hemos cruzado esa línea intangible que separa el presente del pasado, la realidad de la fantasía, el mirador se ha convertido en la Torre de los Panoramas, la estrecha escalera en la Senda de Latona…parados en el último escalón atónitos observamos en el diáfano cielo guiños de luz..¿Son relámpagos?...en la azotea convertida Avenida de los Suspiros vemos sombras luminosas que se deslizan presurosas, se ubican en las sillas dispersas…los convidados a la sesión del 9 de noviembre de l903 han llegado, los fantasmas acudieron a nuestro reclamo, al momento que hemos elegido, hoy ingresa al cenáculo un nuevo rapsoda.
Un rasguido de guitarra invita al silencio, el Maestro termina de leer su poema:
Fuera: el trueno juega y corre con su inmenso monolito
El huracán, monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
Los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito,
Como el fosforo encendido del gran cerebro de Dios!
Herrera y Reissig con un gesto detiene los aplausos, extiende el brazo. Su índice señala a un joven y pronuncia el discurso augural:
Almas amigas y bellas/ teóricos trasnochadores/ navegantes espectrales/ ¿Qué ha pasado, por qué ondean/ los aleluyas de bronce/ por qué cruzan briosos carros voladores/por qué se ufana de dar rosas/ la primavera y se embriaga / de los besos de la noche/ ¿Qué despunta en los laureles/quién aparece, quién corre/ de repente se hace el ritmo/cien mil grillos cric-craquean / su sonata monocorde, claros aplausos estallan,/truenan los ígneos tambores, se alza difusa y enorme/la silueta amaneciente/ de un misterioso dios joven/ Alberto Nin: mil veces/tu has hecho temblar los antiguos robles: eres tú la sombra augusta, que a una señal del arquero/ se alza en el gallardo monte.
Desde el grupo una sombra se pone de pie y responde:
Yo soy Alberto Nin; aunque nacido en Uruguay, soy escasamente de este continente. Mi mentalidad ha experimentado el influjo poderoso de uno de los países que amo sobremanera: Inglaterra. En ella se deslizó mi infancia. Tres fundamentales verdades me fueron allí develadas: la afición a la naturaleza, la pasión por la libertad política y privada y la genialidad del sentido común.
Tengo afición a los cuentos de hadas, pues creo que dentro del corazón del hombre cabe el del niño.
Las horas que más prefiero del incierto día son las frescas, tempranas y levemente soleadas de la mañana y las tardías de la puesta.
Adoro la vida, mis sentimientos me llevan a amarlo todo, comenzando por el árbol, hermano silente, terminando por la más mísera de las criaturas.
Obra maestra, obra de arte es la vida. Ansió volverme perfecto por la contemplación de la suma belleza, procuro lograrlo para que mi vivir sea digno de ser vivido.
Aspiremos a servir en todo sitio, a aquel en que nacimos, o a aquel hacia donde nos lleve, ya cerca, ya lejos el azar. Cada cual es rey de su voluntad, y del rey se dice, que es el primer criado de su pueblo.
Conocimos parte del pensamiento de Alberto Nin Frías y nos quedan muchas preguntas sin respuesta, como es posible que alguien que prometía ser una gloria de la l literatura no sólo uruguaya si no americana hay terminado su vida en una pequeña población, tal como era Suardi en aquellos días, como no lo sabemos con certeza preferimos callar y hacemos nuestras las palabras del escritor peruano Julio Lupo Chaparro:
Hoy quiero hacer volar la imaginación porque es el único boleto, el único pasaje que tengo para trasladarme a ese bello mundo de lo Quimérico.
Comentario
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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