En el Dia de la Mujer

[César Chupina]

Por algo la vida es mujer y se escribe en femenino
Por César Chupina

En marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer como una manera de reivindicar el rol que ella ocupa en la sociedad y su participación en el engrandecimiento de la humanidad. Las siguientes son palabras y reflexiones en torno a las mujeres y el lugar que ocupan en mi vida, en la historia y en la sociedad en general.

La vida es la mejor oportunidad que da el Cósmico para que el alma del hombre evolucione. Es una de las mejores expresiones del Creador y lo más hermoso que puede pasarle a todo ser humano. Pero no es lo único. Es un ciclo que debe verse con naturalidad y aprovecharse para aprender lo más que se pueda. Para mí el ser humano es producto de un triángulo de milagros. El primero es que cuando Dios creó todo y al mundo entre ellos llegó el momento en que aparecimos sobre la faz de la tierra. El segundo, el que el esperma de nuestro padre haya sido el justo para que estemos nosotros aquí. Si llega otro al óvulo de la madre no seríamos nosotros. El tercero es el encuentro que se da entre el ser humano y las demás cosas de la creación, entre ellas otros seres humanos. PARA MÍ LA VIDA ES SAGRADA. Y la vida es mujer por escribirse en femenino.

Y ese tercer milagro, los seres más parecidos a Dios aparecemos como hombres o mujeres. Por ello, para mí, la mujer para mí es igual que el hombre y me opongo a eso de los roles. La pareja es un sujeto y no un objeto. Debe ser el perfecto o la perfecta compañero o compañero. No el proveedor. No el mantenedor. No la sirvienta. No el ama de casa. Esos roles antiguos me dan nausea. A las mujeres hay que promoverlas para que obtengan más espacio en la sociedad.


En lo personal

En la gráfica, mis padres me acompañan en la entrega de la Antología de Poesía del Mundo, en la que el autor Enrique Godoy Durán incluyó poemas míos.

Eso del rol de género me parece uno de los obstáculos más arraigados de la humanidad. Qué tiene de malo que un hombre cocine. Yo viví también ese tipo de trato obsoleto en la familia paterna. De allí me sacaban hasta de la cocina. Era criticado que un hombre sirviera la mesa. Y cuando aprendí eso, todos pusieron el grito en el cielo. Pero me sirvió porque con mi contacto con otras culturales y nacionalidades el ser independiente implica hacerse uno las cosas y no esperar le sirvan. Toda la vida me he visto rodeado de mujeres, lo cual me gusta. Sobre todo en el campo profesional. Es como tener algo de Dios cerca. Y algo que siempre nos hará crecer o no.

Mi madre para mí representa la lucha contra el racismo y la apertura de otros roles que no sea el doméstico para las mujeres. Le costó estudiar. Pero lo logró. Se impuso y abrió brecha. Desde mi perspectiva me sentí orgulloso porque era diferente al resto de madres que sólo eran amas de casa. Tener una madre profesional, estudiada y universitaria fue motivo de orgullo en mi infancia. Me hacía de pequeño sentirme orgulloso ver cómo si la mayoría de niños no tenía una madre universitaria, yo sí. Y cómo mi madre luchó por su superación a toda costa.

Ligia Villagrán, psicoastróloga, es una de mis mejores amigas. Nos ha unido la búsqueda del interior y cual ángel se ha prestado a ayudarme en lo mío. Una vez, como producto de un experimento de una técnica en la que se hipnotiza sin hipnotizar me dijo si me prestaba y le dije que sí. En el mismo, lo recuerdo todo bien, logramos llegar al dolor más grande de mi vida y asociarlo a un miedo, metido en mí el día de mi nacimiento. Se trata del miedo que tenía mi madre a consecuencia del parto que duró tres días. Ella estaba muriendo y temía no sólo morirse y dejarme sino que me pasara a mi algo. Después de esa revelación mi actitud hacia ella cambió. Llegué, además, a admirar a todas las mujeres de manera especial. Y sobremanera a todas aquellas que son madres porque trayendo a mi conciencia presente mi nacimiento logré saber lo que es un parto tanto para quien nace como para quien da a luz. Es realmente, como su nombre lo indica, un embarazo.

Si de alguien fui el preferido fue de mi tía abuela Margarita quien ejerció una especial influencia en mí. Como lo señalo en mi autobiografía como “la novia del Sombrerón” me introdujo al realismo mágico, parte integral de mi existencia como guatemalteco y ciudadano del mundo. y la mención a mi madre y tía abuela no puedo dejarlas a un lado porque si he estado rodeado de mujeres y promoviéndolas es porque siendo del nahual que soy en la Cosmovisión Maya, una de las coas que vine a hacer a este mundo fue promoverlas como la expresión de Dios que son y que ha estado más cerca de mí de lo que cualquiera pudiera creer.

Una mujer que me marcó para siempre fue Irina Polá, la musa intelectual que apareció y se fue sólo para dejar la semilla y la marca de lo que ahora soy. Tras los años que lleva de muerta, todos se preguntan por qué está tan presente en mí. Sencillamente, por ese don propio de la mujer de dar vida, engendró en la mía muchos de esos aspectos que sólo en el espíritu y la psiqué se encuentran. Y ella tenía la capacidad para lograrlo.


En la historia

En la gráfica, Luz Méndez de la Vega me acompaña junto a Ana María de la Rosa quien la encarnó en una obra que hice en el homenaje “Mujeres de Maíz”.

Guatemala, a través de su historia, ha registrado nombres de mujeres ilustres; figuras como doña Leonor de Alvarado, Sor Juana de Maldonado, doña Dolores Bedoya de Molina, Pepita García Granados y Vicenta Laparra de la Cerda son emblemas para las épocas en que les tocó vivir. Así, doña Leonor, hija de don Pedro de Alvarado y la princesa doña Luisa de Xicontecalt podría considerarse la primera guatemalteca; es decir, la primera mestiza, producto del cruce entre españoles e indígenas como parte del proceso de conquista y colonización del nuevo continente en general y de Guatemala en particular.

Ya en la época colonial, encontramos a Sor Juana de Maldonado, polémica figura de las letras que se convierte en la primera dramaturga, gracias a que uno de sus escritos, una loa, es considerada la primera pieza dramática de nuestro país. Y es que las mujeres han estado al pie de los cambios sociales como también es el caso de doña Dolores Bedoya de Molina, esposa del prócer Dr. Pedro Molina, reconocida en su apoyo al movimiento independentista que contribuyó al cambio de época, estatus y modo de gobierno de toda Centroamérica.

Posteriormente, encontramos en el mundo del arte a la sobresaliente Pepita García Granados, hermana de don Miguel García Granados, claro ejemplo del papel que la mujer jugó en el período liberal del siglo XIX. También nos encontramos con el monumento socio cultural que fue doña Vicenta Laparra de la Cerda, mujer de amplios kilates para el mundo de las letras, el teatro, la política y, ¡sobretodo!, de la historia de la defensa de los Derechos Humanos y de la mujer; especialmente, en lo referente a la libertad de expresión.


En la Cosmovisión Maya

En la gráfica, Elsa Beatriz Son Chonay, viceministra de Cultura de Guatemala cuando se dirigía a la concurrencia en el Año Nuevo Maya 2011.

La Cosmovisión Maya es incluyente, no discrimina, pretende que los errores sean corregidos y dan siempre una segunda oportunidad. La visión antigua, en la que yo estaba inmerso, nos condena de antemano llamándonos producto “del pecado original”. Es excluyente, discriminatoria, no perdona y sólo castiga. No hay opción de cambio. Y lo que es peor: La mujer es la culpable absoluta del pecado. No sólo del suyo sino también del de los hombres. Como decimos en buen chapín (guatemalteco) ¡qué de a huevo! ¿Verdad?

A la mujer la Cosmovisión Maya le da un lugar igual al hombre lo cual se ve desde los aspectos más profundos de la Mitología en la que los géneros comparten responsabilidades a nivel deidad hasta en la vida cotidiana donde el papel de la niña, la señorita, la señora, la señora grande y la nana sobresalen en el desenvolvimiento de las comunidades. Promueve el respeto a todos los roles.

A nivel histórico vemos en Guatemala figuras como la esposa de Canek, cacique de la isla principal entre los itzaes cuyos consejos a su esposo fueron definitivos en la guerra contra los españoles y la conquista de Tayasal. Es de observarse, como curiosidad cultural, que los itzaes llevaban en primer lugar el nombre de su madre y después el de su padre.

En la actualidad, muchas mujeres han promovido el respeto a la diversidad cultural. Es el caso de personajes como la premio Nóbel de la Paz, Rigoberta Menchú; la dirigente Otilia Lux de Cotí, ex ministra de Cultura y Deportes; la promotora de Derechos Humanos Rosalina Tuyuc, ex congresista; la Dra. Soria Acevedo, profesional de las Ciencias Sociales; la Licda. Amalia Velásquez, sacerdotisa y antropóloga; la sociolingüista Elsa Beatriz Son Chonay, viceministra de Cultura… El etcétera es muy largo pero bástenos estos nombres para ilustrar el importante trabajo de las mujeres mayas en nuestros días.

Todas ellas, íconos culturales de la reivindicación no sólo de su género sino de los pueblos indígenas. En el caso de Rigoberta Menchú, trasciende las fronteras patrias. Le fue conferido el Premio Nobel de la Paz, justamente al conmemorarse el Quinto Centenario del Descubrimiento de América. La Academia Sueca tomó en cuenta no sólo su labor socio política sino el hecho de pertenecer a la etnia quiché a manera de símbolo de la reivindicación de los pueblos tras quinientos años del choque cultural que fue la Conquista y Colonización del Nuevo Mundo. es, además, el ícono de los problemas de la postmoderna. Problemas que según los especialistas se dan en tres rubros: Discriminación sexual, discriminación racial y discriminación de la mujer. Rigoberta envuelve los dos últimos, obviamente.

Doña Concepción Ramírez, la señora que apreciamos en la moneda de 25 centavos, “la choca”, como llaman a esta “ficha” popularmente. Desde la misma fue acuñada la presencia de doña Concepción y de su etnia, la tzutuhil, han estado presentes en nuestra cotidianidad como recordándonos el importante papel que la mujer juega en la sociedad guatemalteca y como diciéndonos, desde mucho antes que empezara a hablarse del tema, que la interculturalidad es el mejor camino para la construcción de esa patria que todos llamamos Guatemala.


Mis “Mujeres de Maíz”

En la gráfica, con mi querida amiga Lili Palomo, la primera homenajeada en “Mujeres de Maíz”.

Con la Red del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala promuevo anualmente el homenaje “Mujeres de maíz” a mujeres destacadas. El nombre obedece a que en el primer homenaje se presentó la colección de pinturas, realizadas sobre papel de maíz de figuras estilizadas femeninas de la autoría del maestro César Samayoa.

El evento se ha desarrollado en varios escenarios siendo las homenajeadas las siguientes damas: Pintora, escritora y promotora cultural Lili Palomo Jáuregui; primera edición. Actrices Eva Ninfa Mejía, Ana María Iriarte y Sandra Veliz, segunda edición. Ambos homenajes se realizaron en el Centro de Desarrollo Humano. Damas de la tercera edad, Amanda Espinoza, escritora; Genoveva Bonato, teatrista y Edelmira de Chupina, trabajadora social. Este homenaje se realizó en el marco del Instituto Italiano de Cultura. Escritoras Luz Méndez de la Vega, Delia Quiñónez de Tock, Carmen Matute y Margarita Carrera fueron homenajeadas en el Museo de la Universidad de San Carlos.

Estos eventos, se complementan con los famosos Libros de Oro del maestro César Gómez Rubí. Estas “Mujeres de Maíz” son una muestra de lo que el talento femenino es capaz de realizar en los diferentes campos del quehacer cultural.

En el caso de Lili Palomo, ha innovado, utilizando material reciclado la creación de la plástica. Así pinta sobre piedras, botellas, acetatos antiguos, semillas, azulejos y cuanto material sea susceptible para darle forma siguiendo lo que la propia naturaleza de los materiales sugiere. Además, utiliza tinturas poco convencionales como el café instantáneo. En casi todas sus exposiciones, Lili Palomo, combina sus cuadros con poemas de su inspiración. Una de sus series más interesantes es la inspirada en la mujer.

Las actrices Eva Ninfa Mejía, Ana María Iriarte y Sandra Veliz constituyen la trilogía femenina más representativa de la Escuela de Teatro de la Universidad Popular. Primero porque adquirieron en dicho centro educativo un estilo o forma de hacer teatro distintivo en ellas y, segundo, porque toda su vida ha sido dedicada a las tablas. En el caso de Eva Ninfa y Ana María ya han partido de este mundo pero dejan escrito en la historia un anecdotario y una hoja de vida en los que se perfilan como mujeres de extraordinario talento, amplios conocimientos y partícipes de la lucha en pro de las mujeres en nuestro país. Sandra sigue activa poniendo muy en alto el nombre de su escuela para orgullo de sus familiares. Una característica importantísima a resaltar en las tres damas de la UP es su sencillez y don de gentes que las han hecho ganar la simpatía de todo aquel que las conoce a nivel trabajo y a nivel personal.

La escritora y pintora Amanda Espinoza, la teatrista Genoveva Bonato de Hurtado y la trabajadora social Edelmira de Chupina son ejemplo de entregar toda su vida a la educación. En el caso de Amanda, proyecta la misma en sus escritos y pintura llegando a ser considerada de las pocas plumas dedicadas a los niños en nuestro país y de los nombres más importantes en la literatura latinoamericana para niños. En el caso de Genoveva, varias generaciones recibieron su instrucción y la historia la ha registrado no sólo como una gran pedagoga sino como gente de teatro de la época de oro perfilando su talento como actriz, dramaturga, profesora y directora escénica. Edelmira es admirada porque a los 70 años se licencia en Trabajo Social coronando sus estudios para orgullo de los suyos. Su incansable labor humanitaria la ha llevado a promover el arte, la cultura, la ciencia y todo aspecto positivo del quehacer humano en centros correccionales para todas las edades.

Las escritoras Luz Méndez de la Vega, Delia Quiñónez de Tock, Carmen Matute y Margarita Carrera son el cenit de la literatura guatemalteca contemporánea. En el caso de Luz Méndez de la Vega nos ha dado extraordinarias piezas en los géneros de poesía y teatro. En este último también fue actriz en teatro y televisión y crítica. Además de la literatura, ha cultivado el periodismo colocándose a la vanguardia de la lucha de los derechos de las minorías tales como los indígenas, los homosexuales, las trabajadoras del sexo dando propuesta de solución a problemas que afrontan dichos grupos de manera valiente y atrevida para la época en que fueron emitidos.

Por otra parte, ha cultivado la investigación y la docencia universitaria como también ha ocurrido con Delia Quiñónez de Tock, quien, por su parte, es una de las poetisas más exquisitas con que cuenta nuestro país. Al igual que la de Luz, Carmen y Margarita, su obra figura en las antologías más importantes del mundo y promueve a las nuevas generaciones para que sigan adelante. Delia, además, ha escrito otros géneros y hecho periodismo, destacándose en el tema turístico, área en la que se ha convertido en una gran promotora. Carmen Matute también se perfila como poetisa de amplios kilates. Como Luz, Delia y Margarita se ha hecho acreedora a infinidad de galardones que reconocen su labor. A nivel profesional, su carrera ha colindado con la Diplomacia. Margarita Carrera es uno de los nombres más fundamentales de la literatura guatemalteca contemporánea. Escritora de todos los géneros también ha destacado en la promoción cultural, el periodismo y la docencia. Amplia conocedora del alma humana ha hecho de la psicología uno de sus temas. De las pocas conocedoras del mundo heleno y latino con que cuenta nuestro país entre los académicos universitarios.

Enlace Página Mujeres de Maíz
www.mujeresdemaiz.galeon.com


Lo cotidiano
Al mencionar a mujeres brillantes no olvido de ninguna manera a la mujer sencilla, la heroína anónima, la que hace la vida cotidiana su escenario y que casi siempre pasa por desapercibida. Aquella cuyo rol de hija, madre, esposa, tía, cuñada, abuelita la hace entregarse a los más nobles ideales de la humanidad en su hogar y en su trabajo.

Todos sabemos el aporte a la producción y a las economías formal e informal que ejercer las mujeres. Muchas de ellas, al ser abandonadas por su compañero se ven en la penosa tarea de combinar su labor de crianza de los hijos con un trabajo que la hace sacar dobles fuerzas para el sostenimiento del hogar y la familia. Han sido también las víctimas de esa nueva modalidad de crimen que se ha dado en llamar Feminicidio y los autores de los mismos nos dan con ella un nuevo pretexto para reivindicarlas.

[Martha Alicia Lombardelli]

Un recuerdo para Juana Azurduy que luchó  y sobrevivió luchando a su marido por defender su tierra...

[César Chupina]

 

Y que casualidad que la inspiración también es femenino. Feliz día a todas.