CUANDO LLOVIERON LAS BALAS
A Inés Natividad, mi madre, que jaló una cerca el nueve de enero
Ya llegó tu abuelo, tú papá lo va a acompañar a la 4 de Julio, tienen que tomar fotos de lo que está pasando, hay que publicarlas en el periódico. ¡Cuidense mucho! Cuántos tiros, ¡no se asomen a la ventana! Una bala loca puede entrar al departamento. Vamos a meternos bajo la cama, sí, sí, bajo la cama. Prende el radio, hijo, ¿qué dice? ¿Qué pasa en el Santo Tomás? Heridos, ¡qué vaina… desgraciados! Pero creen que son impunes, tirotear con saña un pueblo, ¡esto lo sabrá el mundo entero!
Ya ha pasado mucho rato y tu padre no llega, no salgan a la sala. Voy a contestar, debe ser tu abuela. No, no han regresado Lalita. Sí, claro, estoy oyendo la radio. Es terrible. Desde aquí oigo los tiros. Son muchos. La gente pasa por la calle con palos y piedras. Van para allá. ¡Imagínate, con palos y piedras! Cuando lleguen te llamo. ¡Oye, quédate bajo la cama! Bruto, ¿qué quieres? ¿Qué te maten? No llores, quiero oír la radio. ¡Qué vaina, más heridos! El teléfono, no Lalita, no llegan, cuando lleguen te llamo…
¡Qué va! me voy a buscar a tu padre, se fue hace más de dos horas. Esto va de mal en peor, tengo que encontrarlos. Oigan bien, cuando salga trancan la puerta y se meten de nuevo bajo la cama, y no contesten el teléfono que va a ser tu abuela. Yo la llamo cuando regreso, no voy a demorar. ¿Cómo hago? ¿Subo por la calle lateral del Instituto Nacional? No, mejor me voy hasta el “Nápoli” y de allí llego a la 4 de Julio, es más seguro.
Carajo, ¿de dónde sale tanta gente? ¿Cómo los voy a encontrar así? Bueno, por lo menos llegué. ¿Qué dice? Que me tire al piso, claro, claro. Disparan desde aquella colina, ¡míralos veee…cobardes! Que ayude, ¿cómo? si ya hay mucha gente tirando de esa cerca.
Dios mío, le dieron al señor, ¡hay que llevarlo a un hospital! Me voy a quitar los zapatos, así corro mejor. La desgraciada cerca no se cae, tanta gente y no se cae, ¡jalen carajo, jalen! Juntos, todos juntos, ¡vamos! Esta vaina no se va a caer, mejor me regreso a la esquina, quizás por allí los vea. Piedras contra balas, qué digo balas, lluvia de balas, así no vale. Allá van, ¡oigan, soy yo! No me griten, ¿qué querían que hiciera? No sabía de ustedes, la radio dice… Ellos están en la casa. Perdí los zapatos. Vayan al Santo Tomás, dicen que hay una avalancha de heridos. Primero acompáñenme a la casa y se van para allá. No hombre no, que yo no estaba en la 4 de Julio, sólo llegué hasta donde me viste, no estoy loca. Chinito, llama a Lala que está muy preocupada.
¡Hijos, ya llegamos, saluden a su papá! Cámbiense la camisa que están empapados, ¿quieren un café? ¡Que te digo que no, cómo se te ocurre, no estuve en la 4 de Julio! ¿Ya se van? Cuídense mucho. Hasta mañana. Tú trata de llamarme de vez en cuando, que me preocupo mucho. Abracen a su papá. No, hombre, no, no voy a salir más, sólo quería saber cómo estaban. ¡Que Dios los acompañe!
Cerca del carajo, no se cayó la infeliz. ¡Cómo me duelen las manos! Si me hubieran pillado, la bronca que me habrían armado. ¡Qué suerte tuve!... ¡Hijos, bajo la cama y no apaguen la radio!
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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