LA ESTRELLA MÁS BRILLANTE

[Maria de los Angeles Villar]

LA ESTRELLA MÁS BRILLANTE

(CUENTO)

Vivían en una pequeña casita de madera construída por su padre, su madre enamorada del padre desde que le conoció; les envolvía una capa llena de amor, y de ese idílio nacieron 2 niñas con 4 años de diferencia entre ambas.
Las cosas se sucedían una tras otra,los paseos al parque del pueblecito era una dicha para los cuatro donde se divertían al igual que las niñas,disfrutando de la felicidad que les rodeaba. Después un chapuzón en el río les refrescaba del paseo tan agitado.

En las mañanas el padre después de desayunar se dirigía a la parte de atrás de la casita donde tenía un pequeño taller de carpintería y con lo que se ganaba el sustento para su familia, fabricandoles los muebles a los residentes de ese lugar e incluso, algunos más lejanos.

Le gustaba su oficio, desde pequeño se inclinó a la carpintería,sus padres se maravillaban de su destreza, pués si caía un pedazo de madera en sus manos la convertía en un lindo adorno.

A su vez, la madre se dedicaba a la costura, todos y cada uno de los habitantes de ese pueblito vestían su ropa confeccionada por Doña Severa,una señora dulce,buena y consecuente con todos,jamás la vieron enfadada con nadie ni por nada.

Don Paco el padre de las niñas y marido de Doña Severa una noche se sintió mal de pronto, llamó a las niñas con el pretexto de contarles algo,presintiendo que le había llegado el día del adios definitivo.

Sentandose frente a las dos niñas les tomó las manos y comenzó a decirles:
Ustedes van creciendo y nosotros nos ponemos viejos,pero es hora de que sepan qué hacer cuando se queden sin sus protectores,porque es ley de vida,sepan que lo más natural despué de la vida es la muerte,pero mientras no llega, lo más hermoso es vivir en dicha,felicidad y armonía,teniendo un corazón sano y lleno de amor para el prójimo todo tendrá solución.

Ustedes dos son la luz de mis ojos,mi razón de existir y las he educado con todo mi amor,dentro de conceptos humanos intachable,lo que sus abuelos hicieron conmigo hoy yo hago con ustedes, espero que a sus hijo les inculquen lo mismo. Vivan y sean felices,tratando de que les toque a cada una de sus amistades y seres queridos un pedacito de esa felicidad. Sean dos en una, que no les falte el apoyo mútuo,en las buenas y en las malas,siempre juntas,aunque las separen lagos o praderas,siempre estarán disponible para acudir al primer llamado. Cuiden a su madrecita como si lo hiciera yo mismo,que no extrañe el cariño al que está acostumbrada. Cada año que recuerden el día de mi muerte,las dos juntitas,salgan al jardín y miran una estrella,la más brillante, esa seré yo que desde el cielo las estaré guiando y desde lo alto yo estaré felíz de verlas convertidas en dos mujeres,esposas y madres de bien. El padre se volvió acostar pués había llegado el médico, las niñas de 8 y 12 años ya, no dejaban de llorar,incapaces de comprende qué pasaba y porqué Dios se llavaba a su padre.

No lloren angelitos, su padre se ha idio pero ha sido sin dolor ni sufrimiento.- les dijo el médico,las tres se abrazaron como una muestra de resignación,reafirmando que siempre estarán unidas.

Pasaron muchos años más, por suerte conservaban a su lado a su madre,muy viejecita pero felíz de ver a sus hijas valerosas queriendose, tal y como se lo pidió el padre antes de decir adios, y cada año el dìa en que perdieron a su padre salían al jardín no solo ellas, sus esposos,sus hijos, todos miraban al cielo buscando la estrella más brillante y le dedicaban una oración a Don Paco el apreciado y valeroso padre que jamás podrían olvidar.

Ma Angeles

[Maria de los Angeles Villar]

MAB

[Maria de los Angeles Villar]

INES

MUCHISIMAS GRACIAS POR ESTAR

ABRAZOS

[Miriam Inés Bocchio]

HERMOSAS LETRAS Ma. ÁNGELES!!!

[Maria de los Angeles Villar]

VILMA

[Maria de los Angeles Villar]

ELIAS

[Maria de los Angeles Villar]

ROSEMARIE

[Elias Antonio Almada]

que bello, admiro tu poesía

[Vilma Lilia Osella]

Los buenos ejemplos cunden. Gracias María de los Ángeles por este relato encantador.

Vilma Lilia