LOS GUIÑOS DE LA SOLEDAD

[ADELAINE SOTO ALVAREZ]

Nunca seré testigo de tus aullidos
Aunque me lance a los extremos
E ilumine todos los faros

Te has empeñado en cerrar los ojos
Mientras voy desangrándome
Entre los fulgores que me llegan
Y me revuelco entre la soledad
Pidiendo a gritos
La bondad se apodere
Y llegues bestializado y sediento

Pero pasan los días y las horas
No veo rastros de humedad
Solo el desinterés lanzando sus saetas
Y tus ojos convertidos en vidrio
Seco y turbio

Planto nenúfares
En tierra prohibida
Me desgrano en poemas
Te repito una y mil veces
Este amor de holocausto
Abierto hasta los tuétanos

Pero solamente me responde la luna
Fría y serena penetrando a toda hora

¿Habrá encontrado entre mi llanto
Su habitad…
O penetra al son de tu ironía
Encumbrada de esa amargura subyacente
Que arrastras sin cesar?

A veces me haces sentir fantoche
Aferrada a un pedazo de vida
Y le sigues poniendo zancadillas a mi pasión
En estos momentos en que tanto necesito seas la verdad
Que como candil atraviese este espíritu desesperado
Que necesita poses tu voz grave e inconfundible
En mi interminable oscuridad

¡Qué importa que no me sirvan los ojos!
Si te veo con el alma y sus latidos
Y te venero rey y dueño
Noche a noche
De esta forma tan vehemente
De inocular cada partícula
Que me lleve hasta ti.

[Miriam Inés Bocchio]

[Elias Antonio Almada]