Tercer capítulo
Como el invierno se estaba acercando, era necesario prepararse, estar provisto con todo lo indispensable para afrontarlo y pasarlo de la mejor manera posible.
Pues manos a la obra, me dije, y dí comienzo al trabajo empezando por revisar el techo. La verdad no fue fácil trepar utilizando el árbol del fondo, los años no venían solos; alrededor de la chimenea una tabla levantada, me ocupó más de una hora reemplazarla. El resto, por suerte, estaba en buenas condiciones.
Al día siguiente me dediqué a revisar puertas y ventanas.
Los vientos alcanzaban elevadas velocidades en el invierno, propio de aquellas alturas.
Era necesario verificar el buen cerramiento de todas las aberturas; cualquier orificio, por pequeño que sea, daría paso al viento, y a los pocos instantes éste arrancaría de cuajo tal puerta o ventana. Todo ello aprendido en mi ya larga estadía por aquellos parajes.
Dos ventanas y la puerta en el galpón, en la parte trasera, exigieron unas cuantas horas de trabajo, hasta quedar en condiciones.
Realicé un recorrido final alrededor de la cabaña.
Quedé pensando en la posibilidad, aunque remota, pues nunca había ocurrido, que las copiosas lluvias que acosaban a la zona en general y a la montaña en particular, ocasionen el desborde del pequeño arroyo tan cercano a mi cabaña, obligándome a evacuarla en medio de la tempestad.
Estudié las orillas del susodicho arroyo. Calculé las posibilidades. Llegué a la conclusión de que la solución más adecuada sería construir una pequeña empalizada al costado izquierdo de la casa. Me pareció el lugar propicio.
En los siguientes días...más de una semana, logré apilar decenas de piedras, de todos los tamaños, en el lugar elegido.
Al comienzo, los perros iban y venían acompañándome en mi labor, lo tomaron como un juego; al poco tiempo se aburrieron y me esperaban al frente de la cabaña.
Ojeando un viejo libro de historia (lo había traído entre otros al instalarme allí, allá lejos y hace tiempo) que trataba sobre la antigua Grecia, me detuve en un plano que hablaba de construcción de empalizadas en aquellas épocas. Me jugó un buen pasar la suerte.
Allí estaban detallado las cantidades y tipo de material, medidas, clase de terreno y demás detalles necesarios. Por supuesto las medidas no coincidían con mis necesidades, ni el terreno era del tipo allí detallado, y por descontado que no tenía en mi poder las herramientas ni materiales por ellos utilizados. Pero como el tiempo llegó a ser mi mejor amigo, pues siempre está conmigo, me permitió dedicarme al estudio de la futura construcción de mi anhelada empalizada.
La zanja en la cual debería construir la base de la empalizada, detalle primordial para que resultase una construcción fuerte y segura, requirió bastante tiempo.
Mis manos, no obstante acostumbradas al trabajo, empezaron a mostrar indicios de pequeñas ampollitas, acompañadas por dolores que me obligaron a tomar unos días de descanso.
Mientras tanto, separé las piedras según formas y tamaños, comenzando a probar los elementos necesarios para la mezcla que me serviría para conseguir la unión de las mismas. Al carecer de cemento, al igual que los griegos antiguos, sumado a la falta de los elementos por ellos utilizados, fueron imprescindibles toda clase de experimentos hasta lograr una mezcla adecuada a las necesidades, es decir que posea la suficiente resistencia capaz de sostener una pared de un metro de altura.
Todo ello no me impidió realizar mi caminata diaria, en compañía de mis perros obviamente. No obstante, el tiempo que dediqué a la construcción me privó, lo cual lamenté, dedicarme a ellos, como acostumbraba. Pero dejé por descartado que entenderían las razones y no se enojarían. Mientras yo trabajaba, sentados observaban cada uno de mis movimientos sin perder detalle alguno.
Un día me resultó imposible mantener un tronco para sostén; tuve la idea brillante de atar una cuerda a uno de los extremos del mismo y por señas logré hacer entender a mis perros que sostengan con sus mandíbulas el otro extremo de la cuerda, tomando un árbol como ayuda. Captaron al vuelo mi pedido. Dos de ellos, apresaron con sus dientes el final de la cuerda, mientras que Cleopatra había tomado una pequeña protuberancia que salía del tronco, más o menos en la mitad de éste, evitando que se deslice.
Yo mismo me asombré de la inteligencia aplicada por los caninos. Al terminar los acaricié, uno por vez, premiándolos con tres respectivos huesos con carne, restos del animal que había cazado la semana anterior. Y allí se fueron, cada uno a su rincón, a deleitarse con el trofeo que bien se lo habían merecido.
Yo también aproveché el momento, tomé un descanso y fui a comer algo.
En más de una ocasión, a causa de las dificultades que se presentaron al no tener ayuda, me vi obligado a intentar una y otra vez, hacer y deshacer; ello me llevó a la conclusión de que lo por mí emprendido, era un utopía. La tenacidad, la fuerza de voluntad y mis fuertes deseos se arremolinaron y no obstante el tiempo requerido, más de lo calculado, lo logré.
Frente a mí se erguía la empalizada.
Una hermosa y firme pared de un metro de altura y de unos doce metros de longitud. La susodicha debería soportar los miles de litros de agua, descontando los golpes sin miramientos que ellos efectuarían contra ella, evitándoles el paso y manteniendo el cauce del curso correspondiente.
Sólo restaba aguardar la época de las lluvias, que, a juzgar por las frías mañanas, los atardeceres más cortos, y las largas noches, calculé, entonces, que no faltaría mucho para su aparición.
Los tres compinches al percatarse del final de mi trabajo, y por supuesto significaba que nuevamente me dedicaría a ellos como estaban acostumbrados, quisieron demostrar su alegría saltando alrededor mio.
Consiguieron provocarme una caída, con tal mala suerte que encontré una piedra, no chica, cara a cara.
CONTINUARÁ
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Comentario
Querida MARÍA de los ÁNGELES, te espero en los siguientes capítulos...
Queridos amigazos, ELÍAS Y CRÍSPULO, el cuarto capítulo ya los espera...
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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