MI CONFIDENTE
Nos dirigíamos a la nueva finca donde mi padre había logrado establecerse. Yo era una jovencita plena de sueños y amante de la naturaleza, no solo por haber nacido en el campo sino porque mis padres lograron arraigar en mí un gran amor por todo lo que tiene que ver con tu bella especie. Pasaría allí mis vacaciones y estaba feliz de imaginar las aventuras que me esperaban.
La carretera era empedrada y bastante estrecha, por ello, la mayoría de los árboles que a lado y lado se izaban orgullosos, juntaban sus ramas en el aire formando un hermoso arco que parecía haber sido hecho para recibirme. Mientras avanzábamos, como era costumbre de mi padre, me daba el nombre de árboles y arbustos. Teca es el nombre de aquellos que crecen en el extremo izquierdo del potrero; es una de las maderas más fuertes que existen, tardarán unos veinte años en estar aptos para su corte. Acacia aquel otro, y así me iba contando cosas maravillosas de esos otros pobladores de aquella cálida y acogedora tierra.
Cuando me avisó que después de la próxima curva podríamos ver la casa, instintivamente miré hacia la derecha y alcancé a verte: majestuoso, exhalando frescura y meciendo levemente tus brazos al ritmo de la brisa. Fue amor a primera vista, todo en ti me pareció hermoso: tenías la altura ideal para que tus ramas y tu tronco se viesen perfectamente proporcionados. La enorme sombra que proyectabas invitaba a correr hacia ti y permanecer a tu lado indefinidamente. Fue tanta mi admiración que en lugar de hacerle preguntas a mi padre acerca de ti, permanecí en silencio, extasiada, tratando de calcular tu edad e imaginando el sinnúmero de historias de las que seguramente habrías sido testigo. Te amé porque sí, sin importarme tu vida o tu linaje ni el saber que no dabas frutos.
De inmediato te nombré mi confidente y aunque sabía que el tiempo de mi estadía no sería suficiente para hacer las cosas que había planeado, me hice la promesa de visitarte diariamente. Todos los días, alrededor de las diez de la mañana me acercaba a ti y como preparándome para un ritual, recogía mi cabello para que ni el más mínimo roce de éste turbara los pensamientos, que gracias a la paz que me infundías, me llegaban con la más absoluta armonía.
A veces te leía poemas, unos míos, otros de mi padre, también algunos de aquel libro de poesías que llevaba siempre conmigo, aunque en ocasiones leía en silencio para poder disfrutar del suave sonido del viento que movía acompasadamente tus hojas. Traté de dibujarte con mi acuarela, también a lápiz, pero nunca estuve satisfecha con los resultados; entonces te prometí que en mi próximo viaje te tomaría muchas fotografías. Sentía la necesidad de dejar plasmado el verde indescriptible de tus hojas, la casi perfecta simetría de tus brazos, tu majestuosidad, todos tus ángulos y hasta tu deliciosa sombra.
Te daba las buenas noches desde la terraza que había al frente de mi alcoba en el segundo piso; desde allí te veía aún más imponente y voluptuoso. Cuando había luna llena tu silueta era perfecta; tus hojas contra la luz te hacían ver como si estuvieses usando un manto de fino encaje.
Desde ese entonces, cada año cuando visitaba a mi padre, sabía que también tú eras motivo de mis visitas. Nunca dejé de sentir aquella profunda emoción, cuando antes de la última curva, miraba hacia la derecha buscándote. Allí me esperabas, siempre frondoso, con tus brazos como de diosa oriental, listos para recibirme y ser una vez más mi confidente.
Luego de la muerte de mi padre la finca cambió de dueño; solo una vez regresé para recoger algunas de sus cosas. Los bellos recuerdos que tuve al verte, fueron suficientes para sentirme alegre y agradecida por el tiempo que pude pasar con él, y gracias a él, cerca de ti. No me despedí porque sabía que te llevaría conmigo y que, como en este momento, de solo recordarte vuelvo a sentir la misma paz.
No tengo a quien preguntar por ti y aunque quisiera volver a verte, para mí siempre estarás vivo, siempre serás “mi Roble confidente”.
Comentario
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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