MIRINDA RECIBE CONDENA
Durante el tiempo que Mirinda había estado en La Tierra, el único amigo verdadero que había hecho era un ciego, al cual había tenido el placer de ayudar a cruzar la calle, sin que éste se asustara por su extraño aspecto verduzco. Agradecido, el invidente lo invitó a vivir en su casa, suficientemente amplia para dos seres renegados del mundo que parecía ser el normal.
Este ciego, fue de gran ayuda para él, porque lo enseñó a ver cómo eran los procedimientos y la corrupción en La Tierra. Pero, lo más interesante fue que aprendió a conquistar a una mujer y a hacer el amor como los mortales.
Un día, una nave extraterrestre frenó de repente frente al árbol donde vivía antes Mirinda, …¡ ñiiiiiiiiiit!! … venían a buscarlo para llevárselo a su planeta y castigarlo, porque se habían enterado de los desarraigos y barbaridades cometidas entre los humanos, pero solo se encontraron una paloma cucurreante que les informó su nuevo domicilio, era un lenguaje extraño, por lo cual el Recolector de Almas Descarriadas hubo que hacer cierta adaptación en el decodificador cerebral para comprender el mensaje.
A Mirinda lo encontraron en la casa del ciego, desayunando con los exquisitos condones que había usado con su novia, ya que el caucho era de excelente calidad y no debía desperdiciarlo, y menos con la carestía que imperaba en el pueblo. No sería suficiente para satisfacer su hambre, por lo que había decidido completarlo con unos exquisitos espaguetis de cable en salsa al escabeche, cuyo sabor le parecía al preferido de los dioses.
Su amigo el ciego había salido muy temprano a su acostumbrado trabajo, de manera que lo encontraron con los cables en la boca, lo esposaron con las manos atrás y se lo llevaron detenido.
Allá en su planeta, le leyeron una gran lista de los cargos en su contra, preguntándole luego que tenía que decir a su favor, pero Mirinda estaba muy asustado y sus palabras sonaron entre mentiras (porque ya estaba aprendiendo a mentir) y verdades incoherentes.
- Perdón, pido perdón, ya estoy aquí, he vuelto. ¡Gracias por traerme a mi bello planeta!! (mentía porque amaba hartamente la tierra y ya se había acostumbrado a sus imperfecciones). ¡No me formateen por favor, se los suplico!. No hace falta, mi cerebro funciona a la perfección, los pequeños fallos y bloqueos mentales se han debido a otras cuestiones. ¡Frios míos del alma y recalentamiento del pene!. Lo único que tenía eran pájaros en la cabeza... Procederé a soltarlos como solución del problema, - dijo mientras sintió un vacío en sus intríngulis- Aunque es bastante probable que los próximos días, "voy a estar trinando". Pero, se me pasará, será solo un efecto secundario, se los aseguro.
La Corte reaccionó asustada, porque aquella enfermedad podría desatar una epidemia contagiosa entre la población, y decidieron castigarlo dándole cadena perpetua, de permanencia en ese inmundo planeta llamado La Tierra, adonde lo devolvieron para nunca más acordarse de él…
Hago reconocimiento al personaje creado por mi amigo Zumm
©SorGalim
MIlagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de sueños