Perspectiva Actual del Currículo
El currículo comprende un conjunto de elementos que permite crear guías para desarrollar objetivos, contenidos y métodos, mediante una evaluación permanente en las áreas de formación, lo constituyen los siguientes componentes:
En esta dirección, el profesor conoce su área de formación, sabe en qué momentos empleará sus estrategias de enseñanza, las modifica basándose en la respuesta de sus estudiantes, interactúa naturalmente con ellos y sabe qué evaluará en cada clase. Pero, ¿qué sucede cuando, de un momento a otro, docente, estudiante e institución educativa se ven obligados a migrar a educación a distancia?, es aquí donde los entes educativos emplean estrategias que les permitan continuar el proceso educativo virtualmente; sin embargo, dichas estrategias no son iguales, a lo requerido por una educación a distancia formal para constituirse, así pues, ante esta situación, se necesitan habilidades que ayuden a la adaptación de una forma de vida que no es parte de la normalidad.
Según Villafuerte, (2020), más de 861,7 millones de niños y jóvenes en 119 países, se han visto afectados educativamente al enfrentar la pandemia del COVID-19, por lo que, el docente actual debe adecuarse al contexto, usar herramientas tecnológicas para solventar la distancia física, éstas requieren de un contenido, planeado, adecuado al hecho educativo, aun cuando, la educación a distancia no es la solución perfecta, es necesario que la comunidad educativa esté dispuesta a adaptarse para lograr los avances en materia pedagógica.
Resulta relevante mencionar que, el aula presencial o virtual, es un espacio donde los estudiantes conviven día a día, participando de un mismo evento educativo, el cual, es interpretado desde cada realidad de una forma diferente. En un país, donde menos de la mitad de la población, tiene acceso a las tecnologías, es difícil imaginar que el recurso tecnológico sea una solución total. Según González, (2020) apenas 44,3% de los hogares cuenta con computadora, 56,4% cuenta con conexión a Internet y 10,7% acceden a Internet fuera de su hogar.
Además del recurso tecnológico, la educación presencial y la educación en línea, se distinguen por el formato y disponibilidad de los materiales y recursos didácticos que se pueden emplear, concentrados ahora en un solo dispositivo, el cual, permite tener acceso instantáneo a una cantidad inmensa de información. Sin embargo, debe existir una habilidad para seleccionarla y procesarla adecuadamente, ya que, según Pérez (2012), el internet no puede considerarse simples vehículos que transportan la información, sino que, al ampliar el proceso de acceso, procesamiento y expresión del conocimiento, modifican sustancialmente la manera en la que el individuo construye, comprende el contexto y se comprende a sí mismo. Una vez más, se remite a que, más allá del recurso tecnológico, se encuentra la redefinición de los lugares de los actores y las relaciones que establecen, lo que genera una dinámica particular.
Es así, como surge el axioma de la relación humana, en un aula el profesor tiene la comunicación inmediata con sus estudiantes, en un evento a distancia la interacción depende del profesor como guía del proceso educativo, pero su labor se complica al encontrar estudiantes con diferentes roles de acuerdo con sus personalidades y conocimientos: los expertos en la tecnología, los que se sienten cómodos en el ambiente virtual y ayudan a otros, los que tienen dificultades en el manejo de tecnologías o los que consideran irrelevante la educación a distancia.
Otro punto relevante es, la tecnología no desplaza al docente, por lo menos en las condiciones actuales. En el sistema educativo venezolano, le falta un largo camino por correr para que la tecnología, por sí sola, pueda tomar el papel central. No se trata únicamente del uso de dispositivos, se debe implementar estrategias de enseñanza orientadas a privilegiar un procesamiento de la información que permanezca en el estudiante como un conocimiento ligado a su vida, pues, si se descontextualiza, en una modalidad desconocida, estereotipada, con tintes de ansiedad y apresuramiento porque el sistema no puede parar, puede volverse terrorífica una situación de descontrol para docentes, estudiantes y familia.
Cabe destacar, que hacer para entregar y hacer para aprender es diferente, en ello, se distinguen dos rutas: la primera, de producir, pretende hacer algo que quede como evidencia, para ser evaluado y la segunda, de aprender significativamente, proyecta que el estudiante se adueñe del conocimiento nuevo a través de un anclaje con la información ya poseída. Si bien, el trabajo en el aula se apoya en materiales, no es la única fuente de saber, debido a que, la enseñanza, ya no se centra en contenidos, ni en docentes, ni estudiante, sino en una visión integral. Por ello, no es igual cantidad que calidad. Grandes volúmenes de actividades no indican aprendizaje auténtico y significativo del estudiante.
Aunado a esto, la delgada línea que la evaluación cruza para confundirse con medición. Aún en educación a distancia, se debe contar con un proceso evaluativo eficaz. Es cierto, que se requieren datos que permitan generar indicadores, pero en ocasiones pareciera que la preocupación central es entregar evidencias de que se hizo algo. Por ello, Dorengo (2006), expone una evaluación funcional para el aprendizaje, atiende decisiones fundamentadas, criterios explícitos, una evaluación auténtica y una planeación.
Por lo tanto, es difícil imaginar una educación formal, donde, no haya alguien del otro lado que retroalimente el desempeño del estudiante, aportando su experiencia y el manejo del contenido clave para la formación, que motive a los estudiantes e identifique sus fortalezas y debilidades para que éstos tengan la oportunidad de indagar, especializar su conocimiento e ir construyendo su perfil.
Además, el docente se vuelve solucionador y mediador de conflictos, lo cual, no implica únicamente el manejo de contenido, pues, requiere del despliegue de habilidades de interacción que no únicamente aplican de forma presencial, sino, en cualquier espacio donde el docente y estudiante se encuentre, por ello, el docente debe aproximarse al contexto inmediato, ser consciente, que el proceso educativo en el aula presencial o virtual no depende exclusivamente de él, tener claro cuál es la finalidad formativa y cuestionarse, cuáles son los medios que le ayudarán a alcanzarla, es ineludible reconocer que los estudiantes necesitan un sentido educativo de las tecnologías, ya que, el estudiante de estos tiempos es percibido como un individuo que requiere información clara y concisa en paquetes pequeños que no le demanden mucho tiempo de su atención; de lo contrario, se corre el riesgo que encuentre poco atractivo el material de estudio y lo abandone.
Sin embargo, aunque se debe considerar el perfil del estudiante, no se puede ser una regla general para la elaboración de recursos que pertenecen a distintas disciplinas, que sirven a diferentes tipos de conocimiento y de objetivos. Aunado a esto, Según Kalman y Guerrero, (2010), el aprendizaje actual está enfocado al cambio, la renovación, la reestructuración y la reformulación de problemas.
En la sociedad virtual, donde algunos estudiantes tienen a su disposición entornos y herramientas en las que pueden expresar y explorar sus identidades: desde redes sociales hasta plataformas de mensajería instantánea, sitios para compartir videos, blogs, videoblogs y mundos virtuales, hay que pensar en un currículo que los integre, en un sentido menos vertical y más comunitario, en el que los aportes de cada uno sean valiosos, donde puedan llevar los elementos que les son propios en la construcción de su aprendizaje.
En este contexto, surge la inferencia que la enseñanza presencial y a distancia no son iguales, en algunos argumentos se sugiere que son idénticas por tratarse de educación, sin embargo, este es un soez error, pues, es cuestión de cómo se construye el evento educativo en cada una. Así mismo, los elementos propios de la educación a distancia que la hacen diferente de la educación presencial impactan en el actuar docente, en el aprendizaje del estudiante y en el logro de los objetivos programáticos e institucionales, dicho de otro modo, la diferencia evidente es el uso de la tecnología como engranaje en la educación a distancia. Es relevante señalar que, el aprendizaje no pase a segundo plano, en un episodio donde sólo se busca el reporte de resultados en cifras que muestren logros en hacer y no logros en aprender.
Es necesario referirse que, la educación a distancia en Venezuela es una singularidad que no tiene la misma trascendencia que la educación presencial, pues, la educación a distancia va más allá de superar la barrera física entre estudiante y docente, teniendo claro que aplicar estrategias que sean una solución temporal para una situación extraordinaria requiere una planeación, no surge de un día para otro, demanda un trabajo de expertos educativos que establezca una estructura adecuada, facilitando seguimiento al trabajo en cada etapa, asegurado una secuencia de estudio con recursos de calidad, permitiendo al estudiante surcar por una experiencia de aprendizaje satisfactorio.
En consonancia con lo anterior, Coll (2013), refiere que, el aprendizaje ocurre a lo largo de la vida, que se orienta a la adquisición, dominio de habilidades y competencias genéricas y transversales que permiten aprender a aprender, que las tecnologías de la información y la comunicación generan múltiples lenguajes. Además, estos aspectos suceden a la luz de tendencias como las trayectorias individuales, la personalización y la universalidad del aprendizaje, por lo tanto, las instituciones de educación formal enfrentan grandes retos, para cumplirlos hay que redefinir él para qué de la educación formal.
“La tarea del educador moderno no es cortar selvas, sino regar los desiertos”. Lewis
Gráfico 1. Currículo. Fuente: Adaptado de Coll, (2013)
REFERENCIAS
Coll, C. (2013). El currículo escolar en el marco de la nueva ecología del aprendizaje. [Documento en Línea]. Disponible en: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/53975/1/627963.pdf. [Consulta: 2021, Enero 31].
Dorrego, E. (2006). Educación a distancia y evaluación del aprendizaje. [Revista enLínea],Nº23.Disponible:http://www.um.es/ead/red/M6/dorrego.pdf.[Consulta: 2021, Enero 30].
González J. (2020).Tecnologías de la información y comunicaciones TIC's en hogares. Caracas: UCV.
Kalman, J., y Guerrero, I.(2010) La inserción de la tecnología en el aula: estabilidad y procesos instituyentes en la práctica docente. Revista Brasileira de Educação. /Año 2010/ Vol. 15/ Nº 44/. Rio de Janeiro: Brasil.
Pérez, A. (2012). Educarse en la era digital. España: Ediciones Morata.
Villafuerte, P. (2020). Educación en tiempos de pandemia: COVID-19 y equidad en el aprendizaje. Caracas: UCV.
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Excelente, ensayo Pedro, Me gusto mucho, expone de forma sencilla la realidad que se esta viviendo, sobre la educación venezolana, el curriculo que tiene de una u otra forma relación con el contexto mundial. Ahora bien, la educación online, ¿solución o problema? En Venezuela, con una precaria conectividad, una escasa disponibilidad de equipos, una cobertura de señal limitada y un servicio eléctrico inestable, solo en las zonas en las que todos estos factores funcionen simultáneamente la educación online puede ser una opción viable.
Pero la realidad del país es que, si este tipo de enseñanza tuviese que prevalecer, se convertiría en un elemento más para el fracaso escolar de los sectores más vulnerables de la población venezolana.
Los datos de pobreza correspondientes a 2018, obtenidos a través de la Encuesta ENCOVI son elocuentes. El 87% de los venezolanos están en situación de pobreza y el 89% de esos pobres no tienen ingresos suficientes para comprar alimentos. En este contexto, imposible de mejorar en el corto plazo, la implantación obligatoria de la educación a distancia traerá como consecuencia el ensanchamiento de la brecha educativa, no solo entre pobres y ricos, sino entre quienes tienen y no tienen acceso a internet por localización dentro del territorio, independientemente de su condición social.
Todo esto obliga a reflexionar sobre los efectos de la no presencialidad de la actividad educativa en escuelas y universidades venezolanas. Habría que evaluar si vale la pena la educación online, cuando esta desdibuja un concepto fundamental de las democracias liberales del mundo: el de la igualdad de oportunidades.
Por otro lado, ante esta situación los docentes se enfrentan a un gran desafío, fundamentalmente aquellos acostumbrados a las prácticas tradicionales; ahora, en tiempos de pandemia, donde se impone el difícil y acelerado cambio de modelo, se necesita la adopción de nuevas estrategias didácticas, sustentadas en variados soportes virtuales y que consideren los medios más accesibles para ellos y sus estudiantes. Ademas de la preparación de todos los actores del proceso de enseñanza aprendizaje ante este urgido cambio, el cual, sin estar prevenidos, ha condicionado que se asuma una modalidad virtual con francas desigualdades tecnológicas y a la consecuente adecuación apresurada de programas de estudios, lo que, sin dudas, ha provocado zozobra, intranquilidad y preocupación...
Totalmente de acuerdo, gracias por su comentario fructífero. Sin lugar a dudas, esta emergencia sanitaria invita a pensar en un nuevo orden planetario donde se privilegie la vida misma en su relación armónica con la naturaleza, nos interpele el porqué de una pobreza insultante y marginalidad radicalizada en una de las épocas de mayor productividad, opulencia y consumo de la humanidad.
¿Cómo podemos prepararnos para un nuevo futuro en la educación? ¿Cómo repensar que otra educación es posible? Estas preguntas nos invitan a pensar en un nuevo punto de partida para la educación y las nuevas relaciones e interacciones, como relacionalidades emergentes, entre los diferentes actores de la comunidad educativa mediada por la tecnología y las estrategias a la distancia, donde la educación se articula con el seno del hogar y cuando es tiempo para innovar y transformar la enseñanza y el aprendizaje.
Otro metodo de educación es posible cuando la educación virtual empieza a articular varias estrategias desde la educación en línea, la educación a distancia, la educación en casa, la educación innovadora, la educación mediada con tecnología, entre otros. para lograr efecto y efectividad en el proceso educativo, en ese que tanto se busca la calidad... Exitos
Gracias por publicar tu excelente ensayo en este espacio mundial.
totalmente de acuerdo con lo que planteas en el ensayo doncde en evidencia como el proceso educativo tradiconl se migra a una educacion a distancia, donde el docente debe innovar y bucar la estrategias ams adecuada para el abordaje del proceso educativo
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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