Caudal

[Armando Acuña]

Yo estaba
recién viendo la luz
Recluso recién liberado
saliendo de un infierno
de un año eterno
al que yo mismo
por honor me encadené

Por esos días
conocí un nuevo camarada,
Amigo forastero
desgraciadamente
no tuve más días
ni la valentía
para recodar su nombre
él cuidaba una fábrica
y estaba de asueto

Eran los días de fiestas
de las empanadas,
la cerveza y el vino
Le dije a mi nuevo compinche
Vamos que estoy de pago
y no tengo obligaciones
Hoy voy a celebrar
que no tengo hogar
Si quieres alguna
chica sacar a bailar
ve tú con ella
yo me contento
con solo beber y fumar

Comimos, bebimos
haciendo salud
estuvimos
en medio de dos peleas
esquivando el cuerpo
de puñetazos y botellazos
una era de mujeres
-menuda batalla campal-
entre gritos
se tiraron todo, de cerca y de lejos
la otra fue entre amigos
silenciosa
y rápida
con los perdedores en el suelo

Por ahí apareciste
con tus dos trenzas morenas
a pedir fuego,
Mi amigo invitó cervezas
Te quedaste a conversar
Yo los dejaba solos
a ti y a mi amigo
Regresaba a ratos
para pedir más vino
conversar un poco
y reponer cigarrillos
A tropezones los tres
salimos de ahí
no recuerdo si por el cierre
o porque ya clareaba
Caminamos hasta un parque
y nos tiramos al pasto
intentando beber del esquivo chorro
de una cerveza en alto

De pronto
fuiste a mi lado
bebiste un sorbo
y lo pusiste en mi boca
sin que escapara una gota

El mundo se detuvo
se dio vuelta
se hizo cielo
cuando vi que
tus ojos eran pregunta
y tu boca una promesa
Mi nuevo camarada
quizás pensó en un trío
pero
yo no iba a compartir
el cielo
Hablamos poco
entendió rápido
y se alejó lento
con cerveza vacía en la mano
No lo volví a ver

Ya había salido el sol
cuando llegamos abrazados
a mi pequeño cuarto de alquiler
en el viejo barrio del hipódromo
Tres días nos encerramos
entre panqueques
sardinas y tomates
De lo que hablamos,
no recuerdo
solo me quedan tus miradas y
tus profundos silencios.
Olías mis viejos libros
y los ponías como si fuesen
cartas
ladrillos de un castillo
Te gustaban mis dibujos
clavados en la pared
Aquel que despegué para ti
el de los peces,
¿recuerdas?
te dibujó en la cara
la más bella Mona Lisa

Al cuarto día, en noche
desapareciste,
casi sin ropa
Te encontré bajo la lluvia
los ojos enrojecidos
y las pupilas dilatadas
No te pregunté nada
pero te vacié los bolsillos
Ahí tenías tus blancas cadenas
Tus ojos me imploraron
que no te abandonara
Te cubrí con mi leñadora
y volvimos a mi cuarto
en noche
en tormenta
en silencio
abrazados en duelo
mientras
mis labios tragaban
lágrimas y lluvia

Sucedió
dos, tres y cuatro veces
quizás más
Hicimos planes
para escapar en tren
Irnos al campo
donde no habrían
calles ni sueños blancos
El día que partiríamos
me quedé sentado
inmóvil
al borde de la cama
mirando una ventana cerrada.
No sé si dijiste algo
solo podía negarte con la cabeza
y partiste
con mis peces en la mano
Te llevaste mi chaqueta leñadora
Yo quedé con tu chaleco incaico
de lana alpaca.

Sé que tuve miedo
cuando casi al embarcar
retrocedí
Y más tarde,
Tarde, tarde ya
cuando quise seguirte
ya me habías cambiado,
Cada fibra
cada pensamiento mío
quedó en brasas
Busqué el árbol más alto
para olvidarte
aleteando hasta el cielo
y me dejé caer sobre el mundo
para romper tu recuerdo.
No sé cuántos días necesité
para levantarme del suelo
y salir a la calle.

Una amiga
ángel samaritano
me vio perdido, errante.
A la fuerza
me llevó a su casa
a asearme
comer algo
y vaciar el costal que cargaba
Con ella comencé a hablar
derramé todo
Dolor, sensaciones, silencios
miradas, risas
Imágenes de ella, de mí
De mis nuevas profundidades
de nuevas bellezas que me dejó
Ya no tenía llave, puertas ni muros que detuviera
toda esa agua fresca, chispeante
que corría liberada.
Dancé, reí,
agradecí
Me di cuenta que
estaba convertido en caudal
sin miedo
a entregarme de nuevo.

Mi amiga me dijo riendo:
Casi te matas por
aprender a amar sin aferrarte
 triste que ella no sabe lo que dejó
lo que perdió.
Enseguida se puso seria
Por favor vete en la mañana
Seré estúpida o quizás avisada
pero no quiero verte cuando yo vuelva
¿Comprendes?
Por favor
Comprendí y me fui al amanecer.

[Josefina Camacho]

Buen tema , que nos deja vivencias de los seres  en cosas del amor  que puede hasta desviar del camino. El amor hace milagros pero también puede lastimar  sin piedad. Placer de leer  compañero poeta , gracias por estar , desde el sur un fraternal saludo.

[Armando Acuña]

Luisa
Que bueno que disfrutaras de estas líneas
Y muchas gracias por tus comentarios!!
Un cordial abrazo

[Luisa Yanira Vides Arroyave]

Me perdí dentro de tus sensaciones.

Excelente el haberte leído.

Felicidades, querido poeta Armando.

[Armando Acuña]

Iris, Elias, Beto y Críspulo
Muchas gracias por sus estimulantes palabras
Es un verdadero gusto compartir con almas sensibles como ustedes.
Un cordial abrazo

[Beto Brom]

Un popurrí de vivencias, amores, sentimientos , alegrias y tristezas.

Muy bien desarrollado.

Shalom javer

[Elias Antonio Almada]

[Iris Girón Riveros]

"...Casi te matas por
aprender a amar sin aferrarte
 triste que ella no sabe lo que dejó
lo que perdió..."

Cuando se pierde algo,

recién se valora.

Un relato que conmueve

y hace meditar en lo que es la soledad

en compañía efímera

como la vida misma....acaba.

Te leí con mucha atención.

FELICITACIONES Armando.