LA FELICIDAD EN UNA CAJA DE ZAPATOS de "cuentos del Caribe Segundo" dedicado a Joé Manuel Sola.

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

 

A José Manuel Sola,

mi hermano de Caguas  ,

Puerto Rico

Querido Manuel:
Recibí tú regalo, y quiero además de agradecerte contarte lo que me ocurrió:

El sábado pasado estuve reunido con varios amigos; uno de ellos me adelantó la noticia de tu libro y que además había llegado tu encomienda, con el libro y un C.D.
Me dejo el aviso para que la retiraran en el correo.
Como puedes imaginar casi no descansé el domingo con la ansiedad de recibir tus palabras en el citado libro.

Sabes? Yo siempre soñé con tener amigos que vivieran a orillas del mar Caribe; isleños y campesinos con la sencillez y ternura que impregna esa naturaleza.
Fíjate que la vida me regaló hermanos en Colombia, Perú, Ecuador y Puerto Rico.
Y tus palabras son siempre el alimento que nutre mi alma y alienta la posibilidad de alcanzar el “Vuelo de los pájaros del alba”.

Bien, luego de tener en mis manos el ansiado paquete me senté en mi rincón y preparé una bebida con ese licor casero que ilusionado fabrico.
Los restos de alimentos del sábado completaron mi bocadillo y escuchando la música me dormité; te juro que soñé lo que sigue...


Estaba yo caminando por una calle desconocida, el calor me corría por la piel pegoteando mi camisa, buscando un alivio entré en el bar, cantina o bodegón.

Estaba allí en la esquina, todos los bares o cantinas siempre están en las esquinas.
Sus ventanales con cortinas raídas daban la ilusión de un pasado mejor.

Al fondo la barra y sobre ésta la máquina de café y la registradora, detrás la estantería multicolor de las botellas
.
Desde el techo bajaban las aletas de unos ventiladores chirriantes por el uso. Las luminarias denunciaban carteles que en las paredes gritaban fiestas, famas y alimentos.

En el salón varias mesas repartían parroquianos.
Me senté y el mozo me acercó el trago pedido dejando la botella.

En una mesa cercana tres viejos narraban aventuras, los nombres femeninos me sonaron muy familiares: Carmen Delia, Adelina, María Tereza, Maribel, Rosa, Micaela, Margarita, María Elena.

-Coño chico, esas eran mujeres, pura vida Rafael-
-Pero, Pedro, tú estuviste ciego de amor por Carmen Luisa y tuviste que pedir perdón a Olga-

El tercero agregaba leña al fuego.

-También estuviste obsesionado por Margie -.
-Esa fue una esperanza inútil y tuve que darle el último adiós-
-Tú Jonny, le juraste amor eterno a Sara -.
-Yo la perdí como pierde aquel buen jugador -.
-Cuenta, Rafael como regalaste tu amor a esas mujeres -
-Mira Pedro, yo le dije a mi capullito de alelí, estoy enamorado de ti y ahora seremos felices, corazón no llores lo siento por ti preciosa, ya verás -.

En esto estaban los ancianos cuando en otra mesa un flaco alto y buen mozo, que con otros compartía su trago, exclamo:

-Y esto es así como te digo, chico -.

Mis ojos no daban crédito. El que así hablaba era idéntico a Gilberto Monrroig y en el resto de la risueña mesa Hernando Avilés, Boby Capó, José Luis Moneró y Vitín Avilés festejaban ruidosamente.
De improviso llega Tito Rodríguez y les saluda:

-Hey, familia, porqué las risas, acaso me vieron cara de payaso?-

En la barra alistaban vasos y botellas los dependientes: Manuel Jiménez y Joe Valle. En un rincón del bar frente a un viejo piano Pedro Marcano, Claudio Ferrer y Noel Estrada rodeaban a Noro Morales mientras don Felo con su guitarra ensayaba “Madrigal”.

-Estando contigo me olvido del mundo y de mí...-

Yo ya no cabía en mí de gozo y dirigiéndome a la puerta me cruzo con Daniel Santos al que le pregunto:

-Oye Daniel y Linda?-

El con una media sonrisa me responde:

-Linda? No sé, se fue, y sabrá Dios, sabrá Dios... –

Salí a caminar por las calles de mi viejo San Juan buscando un bus que me acercara a Caguas.
Ya era de noche y a lo lejos, en una laguna se oían en medio del silencio dos notas como interrogantes, “campanitas de cristal”.

Recibe un abrazo de tu amigo.

Nota: Los viejos son:  Rafael Hernandez, Pedro Flores y Jonny Rodrigues, compositores que viven por siempre en la memoria de los enamorados de la música del Caribe.

Carlos / 05/ 08

[Federico Landaeta]

 

B  U  E  N  A          E S A         C  A  R  T  A    

 

Simpatica y agradable lectura, Carlos Anibal... la disfrute de principio a fin.

 

Bendiciones incesantes

 

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Mi amigo es uno de los mas grandes poetas y escritores de Puerto Rico, y todavia lucha por conseguir felicidad.

[Carlos Aníbal Arboleda Martinez]

Conste que nunca mis pies pudieron besar las tibias aguas del Mar Caribe...